Diogo y yo tuvimos una deliciosa noche de juegos e intercambios de besos sexuales que me hicieron correrme hasta dejarme sin fuerzas, nunca imaginé que alguien que conocí en un día pudiera hacerme sentir libre para hacer las cosas que hice. Apenas salió de mi habitación ese día, pero insistí porque tenía miedo de que mi madrastra volviera y nos sorprendiera allí intercambiando intimidad.
Al día siguiente los intercambios de miradas entre nosotros fueron intensos y vergonzosos, confieso que me asusté después de decirle que nunca hice eso. Mis amigos siempre dicen que cuando un hombre descubre que una mujer es virgen, se vuelve aún más loco hasta que consigue lo que quiere. Me encantó la experiencia de venir por primera vez con un hombre y sentirme mujer y querida. Samira entró en la habitación y yo estaba viendo la televisión y Diogo pasaba.
Samira - Hoy salgo por el día, quieres que te lleve a algún lugar en especial?
Diogo - No mamá, me quedo en casa y estudio.
Me miró, me sonrojé porque mi papá llegó justo después.
Juliano - Y tú princesa, ¡no faltes a la hora de clase!
No sé por qué, pero en el discurso de mi padre sentí celos y miedo de estar sola con él en casa. Nunca fue del tipo celoso y pegajoso conmigo, pero si estaba actuando así, sin duda es porque notó los ojos de Diogo en mí.
Camila- Si señor.
Me di una ducha y me alisté para ir a la universidad, en ese momento solo éramos Diogo y yo en casa. Agarré mis cosas y salí de puntillas tratando de no llamar su atención, pero él me agarró por la cintura antes de que pudiera llegar a la puerta. Me dio la vuelta para mirarlo y nos besamos...
Diogo - Quédate conmigo princesa, no puedo sacar tu olor y tu sabor de mi boca. Si no te tengo de nuevo, me voy a volver loco.
Camila - Tengo que ir a clase, hoy no puedo faltar.
Diogo- ¿Me tienes miedo?
Camila - ¿Miedo? ¡claro que no!
Por supuesto que sí, estaba aterrorizado de estar solo de nuevo a pesar de que era tan bueno. Tal vez miedo a apegarse demasiado y crear falsas expectativas para los dos.
Diogo - Entonces bésame una vez más.
Nos besamos aún más fuerte, me salí de sus brazos con mucho esfuerzo y me fui a la universidad. No podía concentrarme en mis estudios, caminaba por la biblioteca e incluso perdí las últimas dos clases hasta que finalmente mi papá me recogió para ir a casa.
Juliano - ¿Qué es lo que está tan perdido en sus pensamientos?
Camila - Nada importante.
Bajé la mirada, mi padre me conocía demasiado bien como para no darse cuenta de mi camino.
Juliano - ¿Problemas con el curso?
Camila - No papi, no te preocupes por eso...estaré bien.
Llegamos a casa, Samira había pedido una pizza y nos estaban esperando para cenar.
Camila - Me voy a duchar y bajo a comer.
Diogo - ¿Cómo estuvo la clase?
preguntó mirándome.
Camila - Estuvo bien, discúlpame.
Sé que dejé que mi inquietud se mostrara, no puedo hacer que mi padre se dé cuenta de lo que está pasando porque sé que sería un gran lío. Me duché y me puse un vestido cómodo, lo único que quería era descansar un poco.
Nos sentamos a comer la pizza, Diogo me miraba demasiado...no podía hacer eso. Comí una rebanada muy rápido y me dirigí a mi habitación y refugio.
Samira - ¿Te vas a la cama tan temprano? ¿Sientes algo?
Camila - Nada, solo quiero poder estudiar un poco.
Samira - No hagas eso, entonces pensaré que Diogo y tú pelearon o que algo te está molestando.
Camila - No, es un buen chico y todo está bien conmigo.
Samira - Entonces pruébalo y veamos una película como una hermosa familia.
Diogo - Lo lograré.
Intensificamos los besos íntimos y el cariño, sacó su polla y comenzó a masturbarse mientras me besaba y metía su lengua caliente en mi boca. Verlo masturbarme mientras me besaba y me tocaba me volvió loco... tan loco que decidí seguir adelante.
Camila - Quiero intentar tenerte dentro de mi.
Diogo - ¡Qué rico, te prometo que iré muy despacio!
Se puso frente a mí, pasó la cabeza de su polla en mi coño y puse los ojos en blanco de buena gana. Lo puso justo en mi entrada apretada, empujó lentamente y empezó a dolerme como si me estuviera desgarrando por dentro. Quería quitármelo de encima, pero Diogo se tumbó impidiéndome...
Diogo - Te prometo que el dolor será breve y luego me lo agradecerás.
Empujó todo el camino hasta el final, solté un gemido infernal y tuve miedo de que me hubieran escuchado. Afortunadamente, la habitación de invitados está lejos de la habitación de mis padres. Diogo gimió y se movió ligeramente sobre mí, se estaba poniendo muy bueno e incluso lo abracé también.
Diogo - Bésame gatita apretada hmmm.
Se movió lentamente dentro y fuera de mí, mordiendo mis pechos y besando mi boca. Nunca pensé en convertirme en una mujer así en casa y con el hijo de mi madrastra. Luego me sacó la polla y la vi cubierta de sangre...
Diogo - Es normal que sangres un poco.
Como aún me dolía, volvió a acostarse sobre mí y se lo volvió a poner, gemimos juntos mientras él entraba y salía lenta y deliciosamente. Tomó una de mis piernas y la puso en su cintura, se acostó más y chupando mi lengua comenzó a moverse más rápido. Estaba disfrutando de tenerlo dentro de mí, lo abracé con ambas piernas…Diogo susurró y comenzó a cansarse más y más. Tuve un orgasmo y esta vez mucho más fuerte que los que tenía en su lengua, parecía fluir de adentro hacia afuera con más intensidad.
Diogo - ¡Yo también te doy leche, putita putita! aaaaaaaa
Sentí que algo se liberaba en mi cuerpo, estaba caliente y se sentía muy bien. Diogo se derrumbó, jadeando y con el corazón acelerado sobre mi cuerpo, sé que estaba muy feliz y satisfecho con lo que habíamos hecho.
Diogo - Te hice mujer, ahora me perteneces.
Camila - Si sigues haciendo que me corra así lo seré.
¡El fin!
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