Mi nombre es Luan, tengo 18 años y trabajo como repartidor. Era mi primera semana en el trabajo y todo iba bien con mi colega, pero esa misma semana se enfermó y yo estaba a cargo de las entregas y de conducir el camión esa semana. Era miércoles y el movimiento estaba más tranquilo en el supermercado, solo me quedaba una entrega más.
Silvio - Luan esta última entrega es más pequeña, la puedes hacer en tu moto y sale para hoy.
Incluso suspiré, estaba demasiado cansada y aunque eran pocas entregas, hacer ambos trabajos era agotador. Me monté en la bici, puse la compra en el carrito y me dirigí a la dirección, era una auténtica mansión en la zona noble de la ciudad.
Llamé por el intercomunicador.
Solange - Pasa por favor.
Soltó la cerradura electrónica de la puerta y entré lentamente, ¿porque había un perro? La voz de esa dama era sexy y me hizo sentir curiosidad por ver su rostro.
Solange - Perdón por la demora, estaba en la ducha.
Luan - Salió envuelta en una toalla, era una corona de unos cuarenta años, pero con todo encima y muy bonita.
Puse las compras sobre la mesa, estaba sudando porque hacía mucho calor. Me di cuenta de que ella me miraba con anhelo...
Solange - ¿Cómo te llamas chico?
Luan - Mi nombre es Luan.
Solange - No recuerdo que hayas venido a entregar aquí antes.
Luan - Acabo de empezar en el trabajo.
Ella miró su polla sin vergüenza y se lamió los labios.
Solange - Me gustaste, creo que te mereces una buena propina!
Ella tomó mi mano y entramos a la sala de estar, me empujó sentándome en el sofá y giró su cola frente a mí, inclinándose y abriéndose completamente hacia mí. Su coñito era perfecto se notaba que el frente tenia vello y el culo muy cerrado, apuesto a que nunca recibió una visita.
Me acerqué, alisé sus piernas hasta llegar a su trasero. Metí la cara dentro de él, lo lamí muy bien y con mis dedos me masturbé muy bien, rompiendo el vello de su coño que comenzaba a humedecerse.
Solange - Que chico travieso hmmmm
Saqué la polla y comencé a ordeñarme muy sabroso, saboreando ese culo intacto. Le di dos palmadas en el culo, sus nalgas se pusieron rojas se volvió hacia mí, sus pechos ya no estaban tan rígidos, sino deliciosamente grandes y se me hacía la boca agua. Le chupé los pezones que también eran grandes y rojos, la besamos en la boca y fue una delicia para una mujer.
Se arrodilló frente a mí y colocó mi enorme polla, me miró y me dedicó una sonrisa pícara.
Solange - Qué grande y cabezón como a mí me gusta.
Luan - Pon esa lengua caliente a trabajar, perra.
Puse dos dedos en ella otra vez, me golpeó en la pierna, la corona gritó. Abrí los dedos dilatando el pequeño rosa... Saqué mi pija de la panocha y empujé mi cabeza entre sus pliegues que se abrieron uno a uno para abrazar mis calientes veintidós centímetros.
Solange - ¡Oh, mi culo, estás loco, loco, niño!
Entré suavemente y sin prisas, sentí su carne siendo desgarrada por mi verga lentamente hasta tocar mis testículos. Lo metí muy despacio, la mujer gritaba y parecía que en lugar de comer yo estaba matando. Unos minutos de detención más tarde empezó a guiñarme la polla, parecía estar empezando a disfrutar dándome su culo.
Escupí para hacerlo más delicioso y comencé a follar un poco más fuerte, golpeé mi pelvis en su culo que se tragó deliciosamente mi polla. Yo ya estaba con ganas de correrme y puse rico hasta soltar rico, le inundé el culo con chorros de leche muy caliente. Estuve un tiempo sin tener sexo y el semen salio blanco como la nieve y muy espeso.
Tomé la polla de su culo rojizo y ligeramente abierto, vi que todo salía muy lentamente y eso me puso tremendamente caliente, mi polla ya se estaba poniendo dura de nuevo. Se giró hacia mí y sonrió al ver que íbamos a empezar de nuevo, colocó mi polla entre sus senos, apretándolos con ellos y aún alcanzando el glande con la punta de la lengua.
Hice muecas y bocas follando entre esas grandes tetas, ella se levantó y tiró de su pierna atándome con ella, yo me agaché y le metí la polla en su coño.
Solange - Aiiii, que deliciosa polla dura como esa.
La levanté haciendo lo mismo con la otra pierna, sujetándola por las nalgas dejé que el peso de su cuerpo me tragara y ayudara a follarme dentro y fuera muy sabroso. Fue un gran esfuerzo mantenerla abierta y conmigo y follar tan fuerte, pero valió la pena y cada embestida fue aún mejor, me sujetó por el cuello y me rascó toda la polla varias veces.
Solange - Estoy disfrutando uiiiiii ahhh
Luan - ¡Esa perra disfruta caliente con esta polla dura!
Ella contrajo sus músculos vaginales y terminé viniendo, nos estremecían los espasmos y contracciones instintivas de un polvo más que caliente. Envié más chorros de semen dentro de su coño, sin duda ese fue mi mejor día en el trabajo y comencé a entregarle siempre los comestibles.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Totalmente hot (COMPLETA)