Totalmente hot (COMPLETA) romance Capítulo 34

Mi nombre es Pedro tengo 34 años, soy de ascendencia árabe alto, tengo brazos fuertes y soy podólogo desde hace doce años, desde pequeño siempre he tenido fetichismo por los pies. Cada vez que veo a una mujer es lo primero que noto, siento mi polla cada vez que veo hermosos pies y uñas cuidadas en una mujer.

Apenas comencé a verme en la oficina tuve que controlarme para ser profesional sobre todo, por suerte he visto muchos más hombres a lo largo de mi vida y las pocas veces que me excité con pies femeninos logré disimularlo con el laboratorio. Saco.

Era un martes alrededor de las 17:00 y sería mi última cita después de un día super ajetreado, entró una hermosa joven morena calzando una sandalia de tacón fino, blanca y con unos pies preciosos. Se me hizo la boca agua, además del cuerpo curvilíneo y la boca carnosa que se veía muy sabroso.

Creo que a ella también le gusto, la zorra se sentó en la silla de la oficina de al lado y se iba a desabrochar la sandalia en un gesto más que sexy.

Pedro - Déjame hacerlo por ti.

La miré a los ojos y vi mucha picardía a punto de soltarse en forma de gozo, tomé su piececito y lentamente le desabotoné la sandalia dejando ver esa delicia bien hecha, dedos muy simétricos y uñas como a mí me gustan. Mi polla latía dentro de mis pantalones, mojándome poco a poco y me moría por probar esos pequeños dedos pintados de rojo.

Le pasé la mano por el pie mirándola a los ojos y sé que le gustó y hasta le dio un poquito la pierna y el coño también. Llevaba un vestido y trataba de esconder sus bragas de mí en vano, sé que solo estaba haciendo un encanto y terminaríamos probándonos a nosotros mismos tarde o temprano.

Pedro - Tienes un pie hermoso, ¿alguna vez te han dicho eso?

Ella sonrió, pasé mis dedos alrededor de su tobillo y ella cerró los ojos. Sé que su coño debe estar nervioso, parpadeando y mojado. Puse su pulgar en mi boca y lo chupé mirándola a los ojos siempre con mucha conexión, ella comenzó a retorcerse en su silla y jadeando.

Andréia - Que delicia, ahhh nunca imaginé que esto me pondría tan cachonda.

Pedro - Esto es solo el comienzo.

Deslicé mi lengua entre sus dedos chupando lentamente cada uno, ella gimió aún más fuerte y cerró las piernas de placer y clamando por contacto con el clítoris. Puse la polla erecta y la apagué y con la otra mano comencé a masturbarme caliente.

Pedro - Tocar el coño, masajearlo y recrear los movimientos de mi lengua.

Dejó sus bragas a un lado y pude ver su hermoso y depilado coñito, comenzó a masajear su clítoris siguiendo los movimientos de mi lengua en sus dedos. Era un espectáculo hermoso de ver, una morena como ella abierta frente a mí con sus dedos en mi coño y su pie en mi boca, qué travieso.

Pedro - Hmmmm delicioso!

Andréia - Oww que cachonda, ahhh.

Al rato metió dos dedos y empezó a masturbarse con ganas, se corrió mucho mientras yo le lamía el pie y lo estimulaba como si fuera la vagina.

Pedro - Lo disfrutaste, perra.

me levante la acerque mas le dimos un beso en la boca con derecho a mucha lengua in]ao tonto, puse mi cara en medio de sus tetas y las chupe diestramente metiendo los dedos en el chochito que ya estaba todo semen . Ella se inclinó y me tragó la polla hasta el final, chupando fuerte y muy lentamente y dejé que me saboreara casi hasta el límite...luego me senté en el suelo, apoyé la cabeza en la silla de servicio y levanté la cara.

Pedro - ¡Demasiado deliciosa niña uuuuiii!

Andréia - Quiero verte mandar leche, disfruta rico para mi ve disfruta!!!

Sobre las suaves palmas de sus pies puse los ojos en blanco y mis venas se prepararon para el chorro de leche que estaba a punto de salir. Me apretó aún más la verga y no me dio más, mandé leche caliente ensuciando los hermosos pies de esa perrita.

Pedro - ¡Maldita sea, qué ahhhhhhh!

Para corresponder, le metí dos dedos en su coño y con rápidos movimientos hacia adentro y hacia afuera hice que se corriera, ensuciando toda la silla con miel.

Andréia - Nunca nadie me había disfrutado en los pies.

Pedro - ¿Y te gustó?

Andrea - És muy sabroso.

Me lamí los dedos, saboreando una vez más su dulce sabor y ya traté de programar su regreso para la semana siguiente, porque ese tratamiento todavía tardaría mucho y necesitaríamos muchas más sesiones deliciosas como esta a lo largo de la semana.

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