Antonio tiene 35 años y es policía militar, actualmente divorciado y tiene un hijo que vive con su madre. Él había decidido salir a divertirse un poco ese viernes por la noche, su amigo João Henrique había conseguido cortesías para una balada de la élite. Allí seguro que no iba a conseguir estar a gusto, siempre fue un tipo sencillo y nunca le gustaron las patricias.
Pero él se arregló muy bien y fue sin mayores expectativas.
Antônio - Como yo previa a João Henrique, sólo hay idiotas nerds y chicas fútiles.
João Henrique -Deja de ser amargo Antonio y mira solo las dos chicas que están entrando ahora ¡Qué delicia!
Antonio pronto se interesó en Lana, era una morena muy linda que distribuía sonrisas y sensualidad en aquel lugar
Mientras João Henrique bailaba y trataba de atrapar a alguien Antonio quedó atrapado en la belleza de aquella mujer. Pero ella ni siquiera se dio cuenta de la existencia de él.
Antonio abrió los ojos al notar que un hombre pasaba dinero para su mano disfrazadamente en la pista de baile y Lana le entregaba algo pequeño.
"Seguro que es una bala de éxtasis, esa chica es una traficante. Pero no estoy aquí trabajando, no es posible que haga eso, ella es tan linda no puedo prender esa guapa!"
Antonio ni siquiera disfrutó de la fiesta la vigiló toda la noche. El DJ finalmente tocó algo más suave y él fue a verla.
Antônio - ¿Bailas conmigo morena?
Lana - Lo siento muchacho pero se queda para la próxima ! - Ella le dio un ligero golpe en el hombro y salió tirando de la amiga lejos.
Antonio se sintió humillado pues era solo una simple danza. Él transformó el despecho en rabia. Esperó a que la fiesta terminara, despachó a João Henrique que estaba borracho en un Uber y fue a hablar con los guardias de seguridad.
Antônio - Quiero todas las imágenes de esa fiesta.
-No podemos ceder eso. - Respondió uno de ellos.
Antônio - Soy policía y estamos en una investigación sobre traficantes infiltrados fiestas como esa. - Antonio mostró su placa de policía y luego entregaron lo que pidió.
Antonio volvió a casa aquel día a las 5:00 de la madrugada después de que le entregaran lo que pidió.
Durmió y despertó a la 1:00 porque estaba de vacaciones, se paró frente a la computadora y examinó las imágenes. Tenían exactamente lo que él quería, Lana pasando drogas ilícitas a al menos cuatro personas en la fiesta. Ella estaba en sus manos.
Antonio - ¡Ahora necesito saber quién eres y dónde encontrarte muñeca!
Llamó a su amigo que aún se estaba recuperando de la resaca.
João Henrique - ¿No sé cómo estoy vivo que resaca terrible?
Antonio - Para que aprendas que el alcohol no es agua.
João Henrique - Usted dice eso porque casi no disfrutó la fiesta Antônio, quedó encantado con la chica fútil de ojos verdes.
Antônio - Es sobre ella que quiero hablar. ¿Sabes el nombre de la gata?
João Henrique - No, pero ella es amiga de Lucía. Puedo descubrir con ella para ti.
Antônio - Si João Henrique, descubre todo lo que puedas sobre ella y me envías en WhatsApp
João Henrique - Ok!
Horas después llegó la información.
João Henrique - El nombre de la chica es Lana. Tiene 22 años y estudia Medicina, su padre es dueño de un banco y ella siempre va a la casa de Lucía. ¿Sabes dónde queda no?
Antônio - Sí, lo sé, gracias!
Antonio se quedó al acecho en la calle de Lucía, dos días hasta que pudo ver a Lana entrar allí. Quedó aún más impresionado con su belleza y esperó a que ella saliera y no había nadie más en la calle.
Ella fue andando pero antes de entrar en su coche él la abordó y estaba uniformado a pesar de no estar en servicio.
Antônio - Lana?
Se volvió hacia él y se asustó.
Lana -Soy yo. - Antonio se quitó las esposas y ella ya sintió que se había llevado muy mal.
Antônio - Estás bajo arresto por tráfico de drogas.
Ella ya comenzó a llorar y se desesperó, pero no tenía como resistir el arresto y ni siquiera lo negó. Extendió las dos manos para que él esposara, Antonio sintió pena pero la rabia era mayor.
Antônio - Date la vuelta. - Él la esposó con las manos hacia atrás y aprovechó para dar una buena ojeada en ese hermoso culo.
Lana - ¿Puedo avisarle a mi amiga?
Antônio - En la comisaría usted llama a quien quiera. - Él la fue conduciendo hasta el coche que había recogido, alegando llevar para el mantenimiento.
Antonio conducía y la oía llorar en el asiento trasero. Lana se dio cuenta de que ese camino no era de la estación de policía.
Lana - ¿No me llevarás a la cárcel? ¿A dónde vamos?
Antônio - Cálmate princesita.
Lana tenia miedo, esposada y con un hombre armado en un coche llevándola a Dios sabe dónde. Antonio se detuvo en un lugar apartado donde era zona rural, estacionó debajo de un árbol que hacía sombra y nadie los vería.
Lana - Por favor llévame de vuelta!
Se bajó del coche y abrió la puerta de atrás para ella, Lana no quería salir estaba aterrada pero él la sacó y la apoyó en el coche haciendo que ella lo mirara.
Ella llevaba un vestido corto y como siempre estaba muy sexy haciéndolo loco de erección.
Lana - Por favor eso no. no!
Antonio la miró a los ojos y sacó su propio teléfono del bolsillo.
Antonio - ¿Reconoces a esta chica en las fotos? ¿Por qué haces eso chica? Pobre tú no eres que yo sepa bien, toda musculosa, bien vestida y olorosa. - Olía fuerte su cuello mientras mostraba el video de Lana en la fiesta vendiendo las drogas.
Lana - ¿Me vas a violar?
Antonio - Aquí soy yo quien pregunta putita!
Lana - Porque mi padre me quitó la tarjeta de crédito.
Antonio - ¿Por eso vendes esas porquerías? ¿Un ángel como tú haciendo algo así?
Lana - Me lleva a la cárcel! - gritó.
Antonio se acercó y la abrazó muy fuerte lamiendo su boca y un olor en su cuello.
Estaba excitado y la alisaba entera presionando contra el capó del coche y levantando su vestido.
Lana entendió lo que él quería y no tenía otra alternativa, a pesar de todo él era joven y guapo.
Lana - Por favor, no me hagas daño.
Antonio - No me recuerdas, ¿verdad? ¿La fiesta del sábado? Te pedí un simple baile y fuiste tan estúpida. - Antonio apretó fuerte su pecho y bajó las correas del vestido poniéndolos a los dos afuera y chupándolos.
Lana - ¿Por eso me vas a violar?
Antonio - Te daré un buen castigo con mi verga y sé que te gustará y pedirás más.
Antonio levantó su vestido y se inclinó mirando su coño en esa braguita. Lo lamió lentamente entre los labios, y lo marcó en esa pieza íntima.
Lana cerró los ojos y parecía que le gustaba él metió la mano y tiró de sus bragas hacia abajo ella estaba esposada y totalmente sumisa a las voluntades de él. Antonio se quedó mirando ese hermoso coño y bien depilado y se cayó de boca.
Chupando y lamiendo mientras masajeaba uno de sus pechos que se endurecieron en su mano. Lana se mojaba en su boca, que metía la lengua dentro y fuera.
Lana - Oh, Dios mío!
Antonio - ¿Te gusta que mi lengua entre y salga de ti?
Lana - ¿Aún me vas a arrestar?
Antonio - Convénceme de que no merece! - Antonio sacudió más su clítoris con la puntita de la lengua y ella gritó y anudó su rostro con la pierna.
Lana - Así que voy a acabar no te detengas por Dios! mete la lengua dentro como si fuera tu polla gruesa Hum!
Antonio le metió un dedo en el interior muy lentamente y siguió moviendo el clítoris con la lengua.
Lana - Vas a reventarme el coño, esa verga es de caballo sólo puede ser!
Antonio - ¿Quieres que te quite? ¡Ah delicia el mejor coño del planeta! - Él estaba agarrado a ella y no perdonaba metía hasta golpear la bolsa con fuerza en aquella vagina y ella sintiendo los pocos pelos púbicos de él rozar su sexo a cada metida y follar para oír bien a lo lejos los gritos de ambos y los golpes de sus cuerpos.
Lana - No te atrevas a quitarlo, golpéalo así más.
Antônio bombó por algunos buenos minutos, se había masturbado mucho antes para conseguir aguantar lo máximo con ella. Cogió agarrado por detrás de los dos pechos de ella que a los gritos pedía más y más que lágrimas salieran de sus ojos por recibir un palo de aquellas dimensiones.
Lana - Voy a acabar folla mi concha policía Aaah????
Lana cayó en el capó del coche mientras Antonio aún estaba enganchado en ella por detrás él no consiguió sacar antes y ni avisar, ella yació toda por dentro metiéndola hasta el agotamiento.
Antonio - Toma leche, zorra!
Corrió fuerte y cayó sobre su espalda sudado y parecía haber corrido una maratón.
Lana se bajó el vestido y subió las correas cubriendo sus senos, estaba toda melada de semen. Antonio cogió una botella con agua premeditadamente llevada para ello y se la dio al menos para enjuagarse.
La ropa interior estaba pegajosa y ella se la quitó y la tiró, se lavó y se bajó el vestido de nuevo. Él se limpió también y ella esperó a que él se pusiera los pantalones.
Lana - ¿Vas a arrestarme todavía?
Antonio - Ven y dame un beso muy delicioso.
Ella fue zapateando de rabia pero le dio un beso, que pasaba la mano por ella.
Lana - Ya lo hicimos, por favor llévame lejos de este lugar!
Aún abrazado con ella él acaricia su piel blanca y la mira a los ojos.
Antonio - No voy a arrestarte, Lana.
Lana - ¿De verdad? ¿Lo juras?
Antonio - ¿Ni siquiera te interesó saber mi nombre?
Lana - Lo siento por eso, ¿cómo te llamas?
Antonio - Mucho placer gatita, me llamo Antonio.
Lana - Mucho gusto, por favor llévame a casa Antonio?
Antonio - ¡Todavía es temprano princesa!
Lana - No lo está
Antonio - Lana dije que no te voy a arrestar, al menos no en una cadena convencional!
Ella se enojó e intentó salir de los brazos de Antonio, pero fue trabada por los brazos fuertes de él alrededor de su cuerpo.
Lana - ¿Qué quieres decir con eso?
Antonio - A partir de hoy es mi novia, va a dejar de ser traficante y será una buena chica!
Lana - Novia de ninguna manera!
Antonio - Si lo prefiere, entonces vamos a la estación de policía!
Lana - No!!!!
Antônio - Entonces decídete, ¿vas a sentarte en el palo de ahora en adelante o vas a ser arrestada?
Lana - Maldición! No!!!
Antonio iba a quitarle las esposas para ponérselas.
Lana - ¡Sí...sí! Con ese incentivo, lo acepto! - Los dos se besan bien fuerte, Antonio la lleva a casa ellos intercambian teléfonos y pasan a tener una relación caliente, por que un buen chantaje a veces hace bien.
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