Un Vaquero Enamorado (COMPLETO) romance Capítulo 16

− ¡Ella está conmigo!

− Yo la veo bastante aburrida, y esta es una fiesta.

− ¿No me has oído? Ella viene conmigo.

− Deja que sea ella quien responda.

Jack la miro con el ceño fruncido esperando su respuesta, ¿que podría pasar si aceptaba bailar con aquel desconocido?, no estaba segura de querer provocar la paciencia de Jack ya que su forma de responder era algo tosca. Pero si no aceptaba la invitación le estaría dando a Jack poder sobre ella, y ellos no tenían nada para que él se comportara de esa forma posesiva con ella. Le daría una lección por portarse como un idiota.

− No me importa bailar un rato. Le dijo al vaquero, le extendió la mano complacido por la respuesta de Megan.

− ¿Qué crees que estás haciendo? Tomando la otra mano de Megan para retenerla.

− ¡Bailar! Se zafó de la mano de Jack y siguió al extraño al centro de la pista. Aquel vaquero sí que sabía bailar y era muy atractivo, pero lastimosamente no sentía la misma sensación que sintió cuando bailo con Jack.

Qué demonios le pasaba, como se iba a bailar con otro si estaba con él. Jack estaba realmente furioso quería agarrar a ese tipo a golpes y sacarla a ella de aquel bar. Megan sentía la mirada penetrante de Jack, lo había provocado y temía que aquello tuviera consecuencias, aunque por muy loco que sonara era un temor excitante. Quería ver que iba hacer Jack, pero ya llevaba un buen rato bailando y conversando con el vaquero y Jack no hacía nada al respecto, tal vez no le importaba como ella pensaba, de pronto sintió una mano que la jalaba de pronto hacia atrás poniéndola cara a cara con la perdición de sus pensamientos.

− ¡Qué rayos te pasa hombre! No ves que está bailando conmigo.

− Ella ya se va.

− ¿Qué estás diciendo Jack? No tuvo chance de decir una palabra más porque él la llevaba de camino a la puerta de salida. Cuando salieron del bar el hombre que bailaba con Megan hizo acto de presencia.

− ¿Quién demonios te crees para llevártela así? Le grito el hombre furioso.

Megan se puso en medio de los dos hombres, ya que Jack se había puesto en guardia y presentía que se armaría un embrollo por su culpa.

− Jack por favor ¿Qué estás haciendo? Le dijo poniéndole una mano en el pecho.

− ¡No vas a volver a bailar con este tipo! Le dijo sin mirarla a la cara, sino mirando a su adversario.

− Eso lo decide ella, y por lo que veo ella quiere quedarse y seguir bailando.

− Vamos a ver si ella quiere seguir bailando contigo cuando te parta la cara.

− ¡No! Basta Jack por favor. Disculpa es mejor que me vaya a mi casa, no quiero que se peleen por favor. Les dijo a ambos.

− Yo puedo llevarte a casa. Le dijo el vaquero insistente.

− ¡Ya oíste a la señorita!

− ¡Jack basta ya! ¿Qué demonios te pasa?

Ambos hombres se miraban como si cualquier movimiento sería motivo para comenzar a pelear. Antes de que aquello sucediera Megan tomo la mano de Jack y lo condujo hasta su coche el hombre cedió a medias dejando al pretendiente de Megan en la entrada del bar observándolos. Megan se acercó de nuevo al vaquero disculpándose y diciéndole que se marcharía a su casa con Jack, el vaquero resignado le dedico una sonrisa y entro de nuevo al bar. Ella regreso furiosa a la camioneta de Jack donde este la esperaba con los brazos cruzados.

− ¿Qué crees que estás haciendo? Piensas seguir dándole popularidad a los bares formando peleas.

− Te recuerdo que fuiste tú la que ocasiono todo este embrollo. Era tan fácil que respondieras “No” aquel tipo y nos hubiéramos ahorrado todo esto.

− Tranquila Rodrigo tiene muchos amigos aquí que los pueden llevar a la casa, al parecer tu amiga no deseaba irse. Dijo que mañana hablarían.

− Espero que Rodrigo cuide de ella.

− ¡Lo hará, él es un buen muchacho!

En todo el camino de regreso ninguno de los dos dijo una palabra. Las puertas del rancho a duras penas se podían divisar por la oscuridad de la carretera. Cuando entraron solo había un farol prendido en el porche de la casa, ya era bastante tarde así que Grisell estaría en su cuarto dormida. Se bajaron del coche y entraron en la casa, todo estaba en total silencio y estaba muy oscuro, Megan subió primero las escaleras sin esperar a Jack se sentía nerviosa y no sabía por qué razón.

− A pesar de lo sucedido la pase muy bien, gracias por enseñarme a bailar.

− Fue un placer.

− Bueno entonces, me iré a la cama. Dijo titubeando.

− Hmm… Megan.

− ¿Qué ocurre? Estaba tan nerviosa con Jack tan cerca.

− Yo… se acercó más a ella, le tomo un mechón de cabello y se lo acaricio luego la miro a la cara.

Ella casi que se moría de los nervios allí de pie frente a él, mientras que él, la miraba como si fuera la única mujer del planeta. El la confundía totalmente, en esos momentos ella notaba que él la deseaba pero en otras ocasiones no lo daba a demostrar, pero ella por su parte ardía de deseos por hacer el amor con él. Jack se inclinó probando sus labios semi abiertos, estaban tibios y suaves, así que exploro su boca con suma delicadeza con un beso tierno que no tenía nada que ver con los anteriores mientras que ella le respondió dulcemente echándole los brazos al cuellos.

Jack no espero más invitación y abrió la puerta de la habitación de Megan a sus espaldas, para luego cargarla mientras ella enroscaba sus piernas alrededor de su cuerpo, estos seguían unidos por un beso apasionado. La recostó en la cama tumbándose encima de ella, no hubo palabras, solo mirada, caricias y besos eso era suficiente para aquel momento mágico. Poco a poco fueron desprendiéndose de las prendas de ropa hasta que finalmente quedaron desnudos, explorándose mutuamente. Mientras que los labios y la lengua de Jack saboreaban cada rincón del cuerpo de Megan sin dejar ni un espacio sin ser explorado, sus besos hacían que ella se retorciera de placer en la cama.

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