Un Vaquero Enamorado (COMPLETO) romance Capítulo 34

Megan sentía que había dormido por días, su cuerpo estaba tan tenso, pero de pronto unas manos la acariciaban despertándola por completo, aún era de noche, cuando se volvió noto que era Jack quien la tocaba.

− ¡Lo siento te he despertado!

− No pasa nada. ¿A dónde fuiste?

− A los establos, a pensar.

− ¿Y qué pensabas?

− ¡Que soy un idiota! Aquella respuesta le dio risa a Megan.

− Si es por lo de hace rato, ya lo olvide.

− Es por todo, por cómo te he tratado.

− Está bien Jack. Eso sí que era un buen comienzo pensó.

− Esta noche sigue siendo nuestra noche, y pienso hacerte el amor.

La volvió hacia él besándola dulcemente para comenzar a consumar su matrimonio, convirtiendo a Megan en su esposa. Pronto las cosas fueron mejorando entre la pareja de casados, y comenzaban a llegar las noticias.

− Patrón, tiene que saber algo. Uno de sus empleados se le acerco corriendo para informarle la noticia que él había estado esperando por tanto tiempo. –La yegua luna y su alazán, anoche patrón, los vi por fin la yegua acepto a su caballo.

− ¿De verdad? Jack estaba emocionado, ese sería uno de los mejores cruces que lograría.

− Si patrón yo lo vi todo, él fue muy tranquilo con ella, y ella lo acepto. Podemos dejarlos solos todas estas noches.

− Si, está bien.

Su caballo la había tratado bien, por eso luna lo había aceptado. Todo era cuestión de amabilidad y cariño.

− Vez, medianoche fue todo un caballero con luna, por eso ella acepto. Puro romanticismo y galantería era lo que quería ella. Le dijo Rodrigo desde lejos.

− ¡Habla la voz de la experiencia! Le dijo sin darle importancia a su comentario.

− Tú deberías agarrar consejo de tu propio caballo.

− ¡Y tú deberías callarte!

Después de la boda pasaron los meses, hasta que por fin había llegado el día tan esperado por todos. Todos esperaban en la sala de espera, muy nerviosos, y ansiosos. Megan había comenzado con los dolores muy temprano en la mañana así que Jack con el resto de los integrantes de la casa se habían dirigido directamente hasta la clínica. Para cuando el doctor salió de la sala de parto, el grupo de personas fueron a su encuentro.

− Todo salió muy bien, madre e hijo gozan de muy buena salud. ¡Pronto podrán verlos!

− ¡Gracias a dios! ¿Y Jack doctor?

− El estará en la habitación de Megan esperando por ella.

A los dos días del parto Megan fue dada de alta, Jack no podía esperar a que llegaran al rancho estaba muy feliz con el nacimiento de su hijo, le habían puesto por nombre Javier Manson. Le habían dado una linda bienvenida a madre e hijo, pero Megan aún se sentía agotada así que se retiró antes que culminara la bienvenida.

Todo marchaba bien en el rancho, y Jack le prestaba todo su apoyo con las necesidades del bebe y las de ella misma, a pesar de tener mucho trabajo en la casa. Por su puesto su abuela y su amiga la ayudaban en todo lo que podían y Rodrigo no se quedaba atrás, también aportaba su granito de arena. Ya de todo eso dos meses que Megan había dado a luz, ella por su parte estaba comenzando a programar su viaje a Atlanta para actualizarse sobre sus negocios, llevaba muchos meses que solo recibía información por correo y sabía muy bien que su presencia era esencial.

El problema de todo eso era que no sabía cómo confrontar a Jack sobre ese tema, él no había cambiado desde que se habían casado, para Megan seguía igual a pesar de que ella había puesto todo su esfuerzo para que Jack la mirara con otros ojos. Le estaba costando mucho trabajo lograrlo, y habían días que solo quería renunciar aquella idea tan trastocada, ya estaba comenzando a cansarse de no ver resultados en él.

De lo único que no podía quejarse era de cómo la trataba en la cama, era un hombre formidable, ardiente, ella no se aburría de sus infinitas ideas de hacer el amor. Pero últimamente no la había tocado, podía entender que en los últimos meses no la tocase, pero el doctor en su último chequeo le dijo que ya podía continuar con su vida íntima normal. Quizás necesitaba un poco más de tiempo.

Estaba en el despacho de Jack revisando unos correos cuando fue interrumpida por el mismo personaje que le estaba robando espacio en sus pensamientos completamente sucio y lleno de lodo.

− ¿Qué haces aquí Megan?

− ¿Qué ocurrió contigo?

− Medianoche me tiro al lodo, ¿Por qué no estás con él bebé?

− ¿No te hiciste daño? Pregunto muy preocupada acercándose a él.

− Te he tratado bien Megan, como la señora de esta casa, ¿qué más quieres con un demonio? Soy fiel a ti, y siempre estoy a tu lado. Le dijo pasando las manos por el cabello lleno de polvo.

− ¿Y crees que eso es todo lo que compone un matrimonio?

Sabía por dónde iba su esposa, pero como abordar ese tema.

− ¿Entonces no estamos bien cómo estamos?

− Sabes una cosa Jack Manson, hare ese viaje con mi hijo el próximo mes te guste o no. Yo tengo asuntos que atender también, lo siento. Y por si lo olvidas ese patrimonio es de mi hijo.

− Él también tiene un patrimonio aquí.

− Pues pienso que cuando sea mayor y tome sus propias decisiones el decidirá donde querrá vivir Jack. Ninguno de los dos lo obligaremos hacer nada de lo que no quiera.

− Jamás haría algo así, pero si me gustaría que el amara estas tierras como todas mis generaciones.

− Solo el tomara esa decisión.

− Megan escucha, entra en razón. No es necesario que realices ese viaje, aquí estas bien y…

− Jack no insistas. Hare ese viaje. Le dijo con lágrimas en los ojos, el no comprendía. Ni siquiera era capaz de decirle que la acompañaba para darle apoyo.

− Lo siento, no quiero hacerte sentir mal.

− Déjalo, nada de lo que diga o haga parece que sirva de mucho.

− ¿Qué quieres decir con eso?

− Ya no quiero seguir hablando contigo, ya termine, aquí todo es tuyo.

El la alcanzo en la puerta tomándola por el brazo.

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