Amelia solo le echó una mirada furiosa a Daniel sin decir nada.
-Mi mamá es muy bondadosa, y nunca ha hecho algo malo. Creo que es tú que hizo algo malo -replicó Aura al instante. Y ella descubrió que le disgustaba mucho Daniel.
-Sí, no es posible que mi mamá haga cosas malas. Si me entero de que has hecho daño a mi mamá, me vengaré a ti a toda costa -les interrumpió Nicolás de repente. Parecía que observó algo extraordinario, su tono no fue tan emocionado y amistoso como lo habitual.
-Si lo hizo, ¿qué vas a hacer? -dijo Daniel. Mientras conducía, él no pudo dejar de mirar atrás al niño. Al mismo tiempo, Nicolás también estaba mirándolo. Pero rápidamente Daniel se dio la vuelta, ya que todavía estaba conduciendo.
Amelia se puso muy nerviosa, temiendo que Daniel dijera algo desvergonzado.
-Tranquila. Como soy tan fuerte, nadie puede dañarme -les consoló Amelia. Sonrió y tocó la pequeña cabeza de Nicolás, pero experimentó una tormenta emocional. Como fue llevada al auto por Daniel justo ahora, los dos niños todavía no sabían sobre su esguince de tobillo.
Nicolás pensaba que les había ocurrido algo extraño a Amelia y Daniel. Tal explicación de Amelia demostró su suposición.
-Sí, mamá es la más fuerte -dijo Aura, sonriendo y mirando a Amelia. Al recordar que Amelia le había dado unos azotes en el culo debido al enfado, la niña estaba muy asustada.
-Mamá es la persona más importante para mí. Si ella es agraviada, voy a vengarme de ti primero. Si bien todavía no pueda vencerte en aquel momento, no dejaré la venganza y tomaré algunas medidas extremas a toda costa -dijo Nicolás con tono duro y firme, como si nadie podría dañar a su madre bajo su protección a ella.
Obviamente, Daniel estaba sorprendido con las palabras de Nicolás. No esperaba que un niño de seis años dijera tales palabras. Por un momento, Daniel realmente quería conocer qué era lo que estaba pensando este niño.
Amelia también estaba sorprendida. Aunque recibiera algunos daños, no quería que su hijo se vengara por ella a toda costa. Sin embargo, las palabras del niño la conmovieron profundamente. Ella se sentía consolada, porque su hijo de hecho era la persona que se preocupara más por ella.
-Nicolás, no te preocupes. Cuando llegue el momento, voy a ayudarte y matarlo contigo -dijo Aura, incluso agitó su pequeño puño, como si estuviera manifestando algo a Daniel.
Daniel se quedó sorprendido y no podía creer que unos niños de seis años habían dicho tales palabras. El primero dijo que le castigaría sin importar el costo, y la última afirmó que mataría a él. ¿Cómo Amelia educaba a sus hijos?
-Siento deciros que a vuestra mamá duele realmente mi conducta -dijo Daniel sin prisas y sonrió levemente. Condujo el coche hacia su villa. Pensaba que cuando regresaran a casa, dejaría que los dos niños jugaran con su hijo para que él y Amelia pudieran hacer el amor sin molestias. La escena de esta mañana todavía estaba profundamente grabada en su mente. Ya que ella no estaba dispuesta a tener un bebé con él, entonces él decidió obligar a ella a dar a luz a un hijo para él.
Nicolás apretó fuertemente los puños. Como lo que él había pensado, Daniel había dañado a su madre. "¡Maldita sea! ¿Cree que no puedo hacer frente a él?", pensó Nicolás.
Aura también se puso un gesto furioso. No le gustaba Daniel. Efectivamente, lo que este hombre había hecho la hizo enojar aún más.
Mirando las expresiones de los dos pequeños a través del retrovisor interior, Daniel sonrió más alegre.
-Sí, he dañado a vuestra mamá, porque espero que ella pueda dar a luz a una hermana de vosotros. ¿Acaso no queréis tener una hermana menor? Si no le duelen mis acciones, ¿cómo puede dar a luz a una hermanita para vosotros? -dijo Daniel con una sonrisa. En este momento, empezó a esperar la escena de que Amelia diera a luz a un bebé para él.
-¿De verdad? ¿Habéis hecho el amor para el nacimiento de un bebé? -pensó Nicolás, tocando su barba con la mano pequeña, como si estuviera pensando en algo muy importante.
Aura miró a Nicolás con los ojos grandes.
-¿Cómo hace el amor? -preguntó Aura curiosa, parpadeando los ojos grandes muy parecidos a los ojos de Barbie.
Amelia se sonrojó ligeramente. Este Daniel hasta dijo esas palabras frente a sus hijos. De hecho, era tan desvergonzado.
-Hacer el amor es -contestó Nicolás.
-¡Basta! Llegamos ahora. ¡Nos bajamos! -les interrumpió Amelia descontenta. No podía imaginar que dos niños de seis años hablaran de hacer el amor delante de ella.
Daniel sonreía. No esperaba que estar con ellos fuera algo feliz.
Al mismo tiempo, Daniel manifestó su furia sin preocupaciones. Tiró con fuerza a ella hacia la cama grande. Justo cuando Amelia estaba a punto de levantarse, se abalanzó sobre ella.
-¿Qué quieres hacer? -Amelia gritó enojada. Y pensó, "¿Es adicto al sexo? ¿Cómo puede apasionarse en hacer el amor en todo momento y lugar?"
-Dime, te enamoras de Carlos, ¿no? Debido a él, no quieres hacer el amor conmigo, y Nicolás y Aura también son sus hijos, ¿de verdad? -preguntó repentinamente Daniel. Y Amelia podía sentir su furia fácil e inmediatamente.
Amelia olió a limón. Aunque era un olor refrescante sin duda, se sentía muy caliente y despertó el apetito concupiscible. Además, tales ganas sexuales eran cada vez más fuertes.
-A cambio de dinero, me convierto en tu amigo. Sabes muy bien que no nos queremos mutuamente, y eres extraño a la persona de la que me enamoro -dijo Amelia, mirando fijamente a Daniel sin miedos. Pensó, "¿Por qué tengo miedo de él? Ya he perdido mi virginidad y tenido varias relaciones sexuales con él, no me queda nada preciosa para una mujer como yo."
Daniel entrecerró los ojos enfadados. Pensó -¿Cómo esta mujer se atreve a buscar excusa? Cuanto más discute, más culpable se siente. Tiene realmente relaciones sexuales con Carlos, y no es extraño que su hijo sea tan listo. El niño heredó la inteligencia de su padre - Por alguna razón, Daniel estaba extremadamente insatisfecho al entender esto.
-Dime qué hará Carlos, si él conoce que eres solo mi amante y no te quiero -dijo Daniel, levantando las cejas maliciosamente. Al mismo tiempo, se podía observar el fuerte deseo sexual en sus ojos.
-Sr. Daniel, dice lo que quieras. De todos modos, no es algo que puedo controlar. Sin embargo, ¿por qué no informas a Carlos directamente? ¿Estás celoso de él? Debido a tu compromiso con Camila, contemplaste con indiferencia que se burlaron de mí en el baile. Es la verdad, ¿no? -
Amelia dijo, mirando fijamente a Daniel. Aunque sus miradas eran bastante terribles, ella insistía en mirar a él de frente. Como había hecho demasiado daño a ella, ahora esta mujer ya estaba entumecida. Por lo tanto, ella podía ignorar sus miradas terribles.
Daniel miró a ella, levantando sus hermosas cejas.
Dijo en voz baja -¿Estás celosa? -En el punto de vista de Daniel, fue la única razón por la reacción anómala de Amelia. Al pensar en esto, este hombre se sentía un poco alegre inexplicablemente por sus celos.
Amelia sonrió con ironía. Pensó, "¿Cómo es posible que esté celosa de la intimidad entre Camila y tú? Nunca olvido los daños que me has lazado. Solo me queda el odio por ti, y te odio por el resto de mi vida."
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