Adoptando a la hija del CEO romance Capítulo 17

Nadie vuelve a decir nada, ni el abuelo y menos el nieto. Me quedo mirándolos de manera intercalada, trato de esperar con paciencia para que uno de los dos diga algo, pero no lo hacen y mi paciencia se acaba.

—¿Alguno de ustedes piensa decirme para que estoy aquí o piensan verse a las caras como si se retaran?

—Lo siento, muchacha.

—Puede llamarme Zoe, insisto.

—Lo siento, Zoe. No creí que mi nieto consiguiera traerte.

—Bueno señor, digamos que no le fue una tarea fácil.

Mi comentario hace que el anciano sonría, mientras que su nieto me mira como si quisiera matarme con la mirada.

Ambos nos retamos con la mirada, era muy obvio que él me decía que no dijera una sola palabra, mientras yo le respondía ¡jódete!

—Me gustaría invitarte a tomar el té.

—¿El té?

—Sí, el té.

—¿Por qué yo?

—Porque me agradas.

—Bueno, no voy a refutar eso.

Esta vez mi comentario hace que no solo sonría, sino que también ría a carcajadas. Era agradable verlo sonreír de esa manera.

—Eres muy graciosa.

—Gracias por el cumplido.

—Entonces, ¿qué dices?

—Bueno… Acepto, pero tendré que acomodar mi horario para poder pasar un tiempo con usted. Ya sabe que soy madre, también estudio y trabajo. Usted entenderá.

—¡Ya veo! Esperaré a que estés libre.

—De acuerdo, aunque con Mía aquí, creo que podremos tomar el té más tarde. Claro, si no le molesta tomar el té en esta habitación.

—No hay ningún problema, será más tarde entonces.

—Está bien.

—¿Cómo sigue tu hija?

—Está mejor, su cirugía salió muy bien. Mi abuela es quien la cuida en este momento, mientras yo voy a casa a tomar una siesta y una ducha.

—Me alegra escuchar que está bien.

—Gracias. Me retiro por ahora, pero volveré más tarde. Con permiso.

—Deja que mi nieto, Jason, te llevará a tu casa.

—Abuelo…

—No es necesario.

—Dije que la llevarás a su casa.

El tono de voz que ha usado es tan autoritario que me sobresalto y ambos respondemos al mismo tiempo.

—Sí, señor.

—No pienso tirarme de un auto en pleno camino.

—Prefiero evitar problemas.

—Idiota.

—Controla tu vocabulario.

—No es de tu incumbencia.

—Pronto lo será.

—¿A qué te refieres?... ¡Oye! Te he hecho una pregunta, respóndeme. ¡Di algo!

Al ver que no dirá nada, me rindo por completo. Me cruzo de brazos y me obligo a mirar por la ventanilla del auto para pensar en otra cosa, en lugar de pensar en lo idiota que puede ser el hombre que está sentado a mi lado.

Las calles se hacían muy conocidas, me sorprendo al ver que estábamos a tan solo tres cuadras de mi casa. Giro con brusquedad mi rostro para verlo y me sorprendo de que se ha dignado a averiguar sobre mí.

—Esto es increíble.

—Nada es increíble para nosotros.

—Si, eso me doy cuenta sabelotodo.

Realmente era increíble, puesto a que no solo sabía cómo llegar a mi casa, sino que también sabía cuál era mi casa, ya que se detuvo justo frente a la puerta.

Jason quita el seguro a la puerta y me bajo enojada, por lo cual termino azotando la puerta y camino hasta la casa. Entro enojada e indignada, el hecho de que me investigará era increíble. ¡Realmente increíble!

Voy hasta mi habitación y me tiro en la cama, me quedo mirando al techo y era difícil para mí dejar de estar enojada con ese grandísimo cavernícola. No era más que un tipo arrogante, insensible y mandón. Estoy segura de que ha sido malcriado toda su vida por pertenecer a una familia adinerada, según las novelas que mi abuela ve en la televisión suele pasar por eso. Sin embargo, creo que este tipo es peor que esos personajes de ficción de aquellas novelas románticas de mi abuela. ¡Es un cavernícola!

No quise levantarme de mi cama para ver si se ha ido o si seguía ahí, puesto a que aún estaba enojada por su falta de tacto. Era muy obvio que me habían investigado para saber dónde vivía, ya que me había dejado en la puerta de mi casa. Me pregunto qué tanto sabrá de mí. El pensar en eso hace que me siente de golpe. Es muy posible que sepa todo de Mía y eso me asusta.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adoptando a la hija del CEO