Adoptando a la hija del CEO romance Capítulo 26

Al volver a casa informé a la señora Clarisa y a mi abuela sobre la cena que tendríamos con los White. Ellas se sorprenden, pero se alegran al saber que por fin tenía un "novio" cuando en realidad ahora tenía un esposo al cual odiaba.

Una hora después de haber llegado a casa había recibido un mensaje del señor White informando que iba a enviar personal para que nos dieran lo necesario a todas y estar presentables, pues la cena sería en un restaurante de mucha clase y era requisito ir vestidos adecuadamente. Le informé que todas éramos mujeres y le di nuestras medidas como me lo ha pedido. Lo que no me esperaba era ver tantos vestidos en nuestra diminuta sala. No había siquiera espacio para caminar por tantos vestidos y tantas personas presentes.

—Ay, mi niña, ¿Dónde encontraste a un novio con tanto poder?

Tanto la señora Clarisa como yo estábamos nerviosas al ver la situación. Miento sobre cómo lo conocí, al fin y al cabo, él nunca me dijo que debía decir.

—Lo conocí de casualidad en una de mis caminatas al trabajo. Choqué sin querer con él, luego nos volvimos a ver en la universidad y desde entonces estamos juntos.

—Zoe, ¿Está segura de él? Tu abuela me contó un poco.

—Lo estoy, es un gran hombre y, además, es una gran oportunidad para qué no le falte nada a Mía. ¿No lo crees? Nuestra familia ha pasado por muchas cosas y entre ellas ha habido necesidad. Él nos dará la protección y la seguridad que necesitamos, pero también le amo. ¿No es eso genial?

Ella me mira como si no estuviera de acuerdo con esto y lo entiendo, parece que no soy muy buena mintiendo.

—No tienes de qué preocuparte, Clarisa. Si él hace algo que me lastime, me iré de inmediato y no me quedaré. Quédate tranquila, cuando lo conozcas lo amarás.

¿Cómo no lo va a amar si es un gran actor? Ya se ganó a mi abuela y Mía, las tiene en la palma de sus manos, estoy segura de que también se ganará a la señora Clarisa.

Cuando faltaba media hora para la cena con los White, estaba por pedir un taxi cuando tocan la puerta.

Toc... Toc... Toc...

La señora Clarisa es quien se encarga de abrir la puerta, mientras termino de arreglar a Mía quien no debajo de quitarse los zapatos.

—Buenas noches, señora. El señor White me ha pedido que viniera personalmente por ustedes. El auto está listo para salir de inmediato, estaré a su servicio en todo momento.

—Buenas noches, muchas gracias. Saldremos en un momento.

—Si señora, las esperaré en el auto.

El chófer de los White le hace una leve reverencia a la señora Clarisa para después retirarse y hacer lo que dijo. Ella me mira muy sorprendida al ser tratada tan formalmente, fue inevitable no sonreír al ver lo sonrojada que ella estaba por la situación.

—Mía, cariño... Necesitamos irnos, por favor sé una buena niña y deja de quitarte los zapatos.

Apenas dije eso, ella me mira con sus redonditos ojos y me sonríe. Deja de quitarse los zapatos y la cargo con cuidado, pues temía que se lastimará sabiendo que llevaba poco de haber sido de alta.

Al salir de casa, todas nos sorprendemos del auto que había enviado. Era una limusina de color negro, muy elegante. El chófer nos abre la puerta y todas subimos al auto. Un minuto después ya habíamos salido rumbo al restaurante.

—No puedo creer que enviará un auto como este por nosotras.

—Clarisa, hija, las familias ricas pueden permitírselo cuando lo deseen. No es nada raro en estas personas.

—Abuela, tienes razón. Estoy sorprendida al igual que tú, Clarisa. Sin embargo, es la primera vez que subimos a una y eso es bueno. ¿No?

—Tienes razón, aunque me hace sentir un poco incómoda. No estoy acostumbrada a esto.

—Si soy honesta, tampoco yo.

—Hijas mías, lo único que puedo decir es que sean ustedes mismas. No dejen que esto y demás lujos cambien las hermosas personas que son. ¿De acuerdo?

—Sí, señora.

—Lamento mi falta de educación, él es el Kevin, mi mejor amigo y el abogado de la familia. Kevin, ellas son la familia de Zoe.

—Un placer conocerlas, señoras. Por favor, no duden en llamarme Kevin y en recurrir a mí cuando requieran mi ayuda como abogado.

—Eres un encanto, llámame abuela.

—Será un placer.

—A mí dime Clarisa, el concepto de señora me hace sentir vieja y aún soy muy joven.

Las risas, entre ellos cuatro se hace presente. Sí que son buenos actores.

—El placer es mío, Jason.

—Querida, déjame ayudarte con Mía. Ven aquí, pequeña.

Jason se acerca y trata de tomarla entre sus brazos, pero inconscientemente mi cuerpo reacciona para no dejar que la toque. No obstante, su mira me aterra al ver que me amenazaba en silencio para que se la diera. Después de todo, quería quedar bien ante mi familia y que no lo cataloguen como un pésimo ser humano. No tuve más opción que entregársela, aunque quería resistirme a ello. Pero, Mía no parecía molestarle. De hecho, estaba feliz entre sus brazos, porque se ha acomodado y ha encajado perfectamente sus bracitos alrededor del cuello de aquel hombre.

—Por favor, entremos. Mi abuelo ya se encuentra esperando.

—Entonces, entremos. No hagamos esperar a tu abuelo, muchacho.

Kevin señala el camino para dejar que ellas caminen adelante de nosotros, yo iba a ir tras ellas, pero Jason me sostiene con gran fuerza el brazo haciendo que me lastime.

—Sé más obediente a la próxima o no lo toleraré, ahora entra.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Adoptando a la hija del CEO