Adoptando a la hija del CEO romance Capítulo 35

Ya era sábado, me levanté más temprano para arreglar a Mía y dejarla en casa de mi abuela. Al volver desayuno con Jason para después verlo irse a su estudio. Yo me entretengo avanzando algunas cosas del trabajo que teníamos que hacer mientras Layla aparecía.

Faltaba diez minutos para las diez de la mañana cuando ella llegó. Había pedido que la dejarán entrar y la guiarán hasta mi estudio improvisado.

—Hola, Zoe.

—Hola, Layla. Buenos días, siento hacerte venir.

—No te preocupes, todo sea una buena causa.

—Dirás por una buena nota.

Nos reímos por mi comentario y luego nos ponemos manos a la obra. Duramos todo el día haciendo el trabajo y solamente dejamos todo a un lado cuando era la hora de comer algo.

Había sentido que nos vigilaban, pero no había nadie a nuestro alrededor. Pero, aun así, me sentía muy observada. Ignoro esa sensación y me sigo concentrando en el trabajo. Cuando ya eran las seis de la tarde, Layla se va y quedamos en vernos al día siguiente para tener lo poco que nos faltaba. No obstante, decido continuar por mi cuenta con el trabajo, así tardaríamos menos cuando nos veamos de nuevo. Estaba tan concentrada que cuando vi la hora en mi teléfono eran más de las doce de la noche. Estiro mi cuerpo y decido dejar hasta ahí el trabajo. Ordeno un poco y luego lo apago las luces para irme a la cama después de tomar una ducha.

Al entrar en la habitación observo a Jason sentado en la cama con los brazos y sus piernas cruzadas. Me mira fijamente y siento un escalofrío por mi columna, pero decido ignorarla y hablarle como si nada.

—Creí que ya te habías dormido.

No responde, así que aprovecho para tomar una ducha e irme a dormir lo más rápido posible para no sentir que está a mi lado.

—Tomaré una ducha, no tardaré.

Entro en el baño, pero antes de que pueda cerrar la puerta, él impide mi acción al sostener la puerta con una de sus manos.

—¿Necesitas el baño? Puedo usar otro, puedes pasar y usarlo.

Iba a irme para darle espacio, pero él no se mueve de la puerta y solamente se dedica a mirarme a los ojos con una mirada muy fría.

—¿Jason? ¿Pasa algo...?

—No.

—Entonces, ¿Qué...?

No supe que decirle, de verdad no supe que decir. No tenía ningún interés en ser recompensada o castigada por él en ningún momento. Pero me hizo sentir tranquila al ver que no estaba enojado o algo por el estilo.

Siento como él comienza a enjabonar mi cuerpo con sus manos, no digo, ni hago nada. Simplemente, dejo que haga lo que quiere. Lo que me parece curioso es que él nada más ha limpiado mi cuerpo y no ha intentado nada más, lo cual es extraño en él, ya que por lo general parece que fuera a hacerme suya cuando se le plazca siempre que me tiene de frente.

Decido arriesgarme y me volteo para verlo a los ojos. Bajo mi mirada hasta su pecho muy avergonzada. Tomo un poco de jabón y hago lo mismo, si debía pasar mucho tiempo aquí, entonces al menos conseguiré tenerlo bajo mis pies para que no me lastime y si para ello debo hacer este tipo de cosas y seducirlo, pues lo haré. Con tal de estar bien y no ser maltratada por él, entonces estaba más que dispuesta. Sabía que sus ojos no se apartaban de mi mirada, pues lo he visto de reojo como mira. Intento concentrarme, pero de la nada me besa con fuerza y hace que mi espalda toque la feria baldosa de la pared. Suelto un gemido al sentir lo fría que estaba esa pared, él lleva sus manos a mi cintura y me levanta con tanta facilidad. Hace que enrolle mis piernas alrededor de su cintura, pero antes de que él hiciera lo que yo estaba pensando, dejo de besarlo para verlo a los ojos.

—Por favor, sé gentil. No tengo experiencia en esto y... Yo... Bueno... No quiero sentir dolor.

Al ver sus ojos parecía como si tuvieran una enorme fogata en su mirada a la espera de hacer que el fuego fuera más y más grande.

Él me baja y terminamos de bañarnos, envuelve nuestros cuerpos en unas toallas y salimos del baño. Él se acerca hasta un viejo tocadiscos que tenía y suena de repente una canción de Camila llamada aléjate de mí. Conocía perfectamente esa canción, era una de mis favoritas junto con Bon Jovi, la cual mi favorita es como yo nadie te ha amado.

Me quedo viéndolo y detallo su espalda, la cual era ancha y veo que no se mueve en ningún momento cuando sonaba la canción de Camila. De la nada suena la canción de Bon Jovi que me gustaba tanto. ¿Esto es casualidad? Me preguntaba eso y no me fijé en que lo tenía de frente. Él toma mi mano con la suya y deja su mano derecha en mi cintura, me acerca a él y habla.

—Baila conmigo.

Lo miro a los ojos al ver si extraño comportamiento. Sin embargo, obedezco y bailo con él, tal como me lo ha pedido. Sí que es extraño. Apenas termina la canción me besa con mucha sutileza, algo que no había hecho antes y eso hace que sienta cosquillas en mi cuerpo, sobre todo, en mi zona íntima. Sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo lentamente y eso me estaba encendiendo, pero también me hacía temer de su gentileza. ¿Es por lo que le pedí antes sobre ser gentil conmigo? Si era así, daba más miedo que cuando parece un demonio.

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