CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 32

PARA LA ETERNIDAD.

Cassian entró en la mansión y se sorprendió cuando vio que no solo estaba Leila, también estaban algunas sanadoras y por supuesto Lorcan.

―Te dije que trajeras a Leila.

―Lo hice, pero cuando se enteraron de que la luna de la manada estaba herida, todas quisieron venir, es una buena señal, ¿no crees? ―pregunto con voz divertida.

Cassian abrió su conexión y la preocupación de esas mujeres por Aylin, lo golpeó con fuerza. De hecho, estaban muy felices de tener a Aylin. Rápidamente, les aseguro de que ella estaría bien y les pidió que regresaran a sus lugares.

Las mujeres asintieron y volvieron a su casa.

―Llévala al sofá ―dijo Leila mientras se acercaba con los medicamentos.

Sin embargo, Cassian la ignoró y subió las escaleras y llevó a Aylin a su habitación por segunda vez. Leila y Lorcan se miraron confundidos y Aylin frunció el ceño cuando vio que iban en dirección contraria.

―No es por aquí.

―Lo sé, pero la mía es más cómoda.

―¿Vas a cuidarme personalmente? ―pregunto un poco divertida.

―Es mi deber Aylin, como tu compañero, no solo me preocupo por ti, también debo asegurarme de que estés bien.

Una mezcla de felicidad y desilusión la envolvió. Por una parte, estaba feliz de que cuidara de ella, pero, sabía que solo era por compromiso. Cassian abrió la puerta de la habitación y la dejó con cuidado en el sofá.

Leila entró minutos después y se acercó para revisar el pie de Aylin.

―No es gran cosa. Solo me torcí el tobillo ―intentó argumentar.

―Tonterías. Mi luna no estará herida mientras yo esté aquí, incluso si es dolor, voy a evitártelo ―dijo con determinación Leila.

Cassian y Lorcan se hicieron a un lado, para darle espacio a Leila. Y tan pronto como ella tocó el tobillo de Aylin, un siseo de dolor escapó de sus labios. Sin que pudiera evitarlo, el lobo de Cassian aulló, al parecer no estaba contento de que ella esté lastimada.

―Está un poco hinchado ―dijo, antes de mirar a una de las empleadas ―Diles a las chicas que hiervan un poco de agua. Voy a remojar las vendas antes de vendarlo.

Una de las mujeres de la casa asintió en silencio y fue a cumplir la orden. Leila volvió a mirar a Aylin y subió su pantalón suavemente, dejando al descubierto su tobillo hinchado y también un poco de piel, y esto hizo que alfa tragara un poco de saliva.

―¿Está muy mal? ―no pudo evitar preguntar preocupado.

Leila siguió examinando el tobillo y tardó un poco en responder. Y esto hizo que Cassian se estresara.

―Leila…

―Un momento alfa, estoy asegurándome que todo esté bien.

De repente, Niko el cachorro de husky entró en la habitación y se acercó rápidamente a Aylin. Ella se apresuró a acariciarlo.

―¡Hola, bebe! ¿Me extrañaste?

El cachorro parecía entenderla por qué gimió y la miro con ojitos tristes. Esto pareció enternecerla

―Mamá, está bien, no te preocupes ―se inclinó levemente y besó la punta de su fría nariz.

Todo esto sucedió ante los ojos de Cassian, quien apretó los dientes y las manos, y por un momento deseó ser el condenado cachorro. Pero, rápidamente, deshizo esos sentimientos y se rió de él mismo.

«No puedo estar celoso de un perro»

«Eliminémoslo» dijo su lobo con un gruñido. Cassian se sorprendió de que él también estuviera celoso.

«No voy a deshacerme de él. Se lo regalé y por si no recuerdas, fue tu idea»

«Debió ser un pájaro»

«Es solo un cachorro» lo regaño.

«Está demasiado cerca. ¿Dónde duerme?»

«Ok, suficiente. No vamos a hacer nada en contra de él» Eso fue lo último que le dijo antes de ignorarlo.

Leila siguió examinando y Aylin gemía cada vez que tocaba algún punto doloroso. Y él ya estaba demasiado ansioso.

―Leila, ¿es grave? ―pregunto otra vez.

―Alfa, creo que no hay suministro de madera y el invierno llegará pronto. ¿No crees que es un asunto importante?

Los labios de Cassian se fruncieron y no dijo nada. Sabía que tenía otras responsabilidades, pero no quería apartarse de ella.

―No te preocupes, tenemos calefacción central ―dijo alzando una ceja.

Leila le dio una mirada profunda antes de continuar con lo que estaba haciendo.

―Pero tu calefacción central no aguantará ― dijo Lorcan de repente ―Necesitaras madera y probablemente un generador de respaldo.

―Ya me encargaré de ello ―Cassian, respondió con los dientes apretados.

―Pero… ―antes de que Lorcan dijera algo más, Cassian ya le había dado una mirada de advertencia. ―Sí, tú te encargas.

Más tarde, ese día, Cassian estaba en la sala principal, cuando el crujido de las escaleras lo hizo abrir los ojos. Había pasado toda la tarde pensando en las palabras de Lorcan y en su temor a perderla. De inmediato, supo que era ella, podría reconocer su olor entre miles.

―¿Por qué estás fuera de la cama? ―miro su reloj ―¿Y por qué sigues despierta?

―Lo siento, no quería despertarte. ―Aylin dijo en voz baja.

Cassian se acomodó en el sofá y finalmente la miró. Llevaba una camiseta y unos mini pantalones que mostraban sus piernas, su cabello rubio estaba hecho un moño descuidado, donde pequeños mechones sueltos caían por sus orejas. Para su mala suerte, incluso en ropa de dormir, seguía siendo exquisita.

―No respondiste mis preguntas. ¿Por qué estás despierta?

―Primero porque tengo hambre y segundo… porque no tengo sueño.

Él se preocupó de inmediato.

―¿Te duele?

―No, con todo lo que Leila me hizo, mejoro bastante.

Aylin caminó hacia el sofá y de repente, Cassian palmeó el asiento a su lado invitándola a sentarse. Ella lo miró un segundo dudando si hacerlo o no, pero finalmente obedeció y se sentó junto a él.

―¿Te cuesta mucho dormir?

―A veces, quizás es cuando estoy bajo demasiado estrés. Hoy no fue un día muy tranquilo que digamos.

―No debiste ir al bosque. ―Cassian murmuró suavemente ―El bosque está lleno de peligros, no es lugar para que andes sola.

―Lo sé, pero ya te dije que…

―No lo niegues, quizás no directamente, pero enviaste a tu beta.

―Aylin…

Pero ella seguía forcejeando con él.

―Aylin, quédate quieta ―Cassian gruño tratando de mantener a raya sus instintos. La había llevado a sus brazos sentándola sobre su regazo, ahora se dio cuenta de que había sido una mala idea. El trasero de Aylin se movía de un lado al otro sobre su polla. ―Aylin…

―Déjame ir.

―Escúchame.

―No, no voy a escuchar tus mentiras. En cuanto mi padre se recupere, me iré Cassian. No me importa tu contrato, ni nada. ¡Me iré lejos de aquí!

Escucharla asegurarle que lo abandonaría, rompió todo su autocontrol. En un movimiento rápido la puso debajo de ella y la presionó con su cuerpo.

―No vas a ir a ningún lado, ¿está claro? ―sus ojos verdes la miraban seriamente. Pero Aylin no se sintió intimidada por ellos.

―No puedes obligarme a quedarme, no cuando pretendes exiliar a mi padre.

El alfa gruño en respuesta y se apretó contra ella. Estaba haciendo lo posible por controlarse, pero la posición, su aroma y su lengua afilada no lo ayudaban en lo absoluto.

―Escúchame bien, porque solo diré esto una sola vez. ―murmuro ―No tuve nada que ver con lo que le pasó a tu padre. Al contrario, me sorprendió verlo en ese estado, ordené que fuera atendido y alimentado. Pero parece que mi beta desobedeció mis órdenes.

Las cejas de Aylin se fruncieron viendo la sinceridad en su mirada.

―Nunca le haría algo a tu padre sin estar seguro de ser culpable, Aylin. Yo…

―Entonces, ¿Por qué deseas exiliarlo? ¿Por qué lo estás sentenciando a muerte?

―Cuando tomé esa decisión no sabía que estaba en ese estado. Creí que estaba bien y que podría defenderse mientras llega a las tierras de Patrick. ―Cassian suspiro ―De haber sabido que estaba en esas condiciones, nunca te habría dicho nada.

Ella se calmó poco a poco y por alguna razón le creía. Y su loba también.

―Entonces, ¿Quién es el responsable?

―Ya te lo dije, mi beta.

―¿Adam?

―Sí. Pero el muy cobarde huyó. Sabía que cuando lo descubriera, él tendría un destino peor.

―Pero, ¿por qué le haría eso a mi padre?

―Supongo que… ―inconscientemente, la mano de Cassian se extendió y acarició la mejilla de Aylin, los dos se estremecieron con el contacto ―… tu padre sabe algo sobre la muerte de mi hermano. Me arrepiento de no haberlo interrogado antes.

―¿Crees que papá no lo mató?

―Estoy seguro de que no ―dijo convincente y esto hizo que el corazón de Aylin vibrara y sus ojos se llenaran de emoción ―¿De verdad?

―Sí. No creo que tú o tu padre tuvieran algo que ver con la muerte de Alaric.

Ella sonrió y esa sonrisa hizo que el corazón de Cassian se acelerara. De repente, le gusto verla sonreír, pero solo a él. Quería que sus sonrisas le pertenecieran, que sus caricias les estuvieran destinadas. De pronto, lo entendió, la quería a su lado, pero no por un año, sino para la eternidad.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX.