UNA TREGUA
Ser amigos le estaba resultando más difícil de lo que pensaba. Después de ese día, Aylin y Cassian hicieron una especie de tregua. Y, a decir verdad, ya el alfa estaba cansando de esa m****a de tener que estar a la defensiva, era bastante malo tener que vivir en la misma casa con ella y estar rodeado de su aroma. Esa mañana, cuando entró a la cocina, su olor lo golpeó como una pelota de béisbol.
Su polla se endureció tan rápido que le rogó a la diosa que Aylin no mirara hacia abajo. Pero se complació cuando supo que al menos no estaba sufriendo solo.
«¡Demonios! Si Lorcan no hubiera llegado, me la hubiera follado allí mismo.»
Cassian caminó hacia la ventana y miró a su gente.
Y para colmo de males, cuando sus pensamientos entraron en su cabeza, casi pierde la poca de razón que le queda. Aylin le resultaba demasiado tentadora para él. Tentadora e importante. Porque cuando vio que estaba lastimada nuevamente, algo dentro de él se encendió, algo llamado miedo lo envolvió y tanto su lobo como Cassian estaban seguros de que no querían perderla.
Terminó su bebida y salió del estudio, y nada más salir sus pasos se detuvieron cuando percibió su olor. Siguió el dulce aroma y pudo verla dormida en el sofá y en su regazo estaba el cachorro que le había regalado.
Aun habiéndola visto tantas veces, a Cassian le resultaba impresionante cada vez que la veía. En algún momento, pensó que ninguna loba podría compararse a la belleza de Ruth, pero mirando a Aylin, la palabra belleza parece demasiado pequeña.
El husky levantó la cabeza para mirarlo.
«Condenado, suertudo» dijo Cassian en sus pensamientos.
«Ese podría ser yo» se quejó su lobo «Pero en su lugar dejas que un extraño ocupe nuestro puesto»
Por primera vez, el alfa no refuto y llegó a la conclusión de que su lobo tenía razón. Ese debería ser su lugar.
Camino lentamente hacia ella y tomó asiento a su lado. El pequeño cachorrito lo miró con ojos temerosos y gimió un poco.
―No tengas miedo pequeñín ―susurro con voz grave ―Papa no va a hacerte nada.
«¿Papa? ¿Perdiste la cabeza?» Su lobo no parecía contento.
«Cierra la boca, además es por cariño. Aylin dice que es su madre y si ella es su mamá... yo...»
«Ahhh, ahora entiendo. Quieres tener un hijo con ella, ¿verdad?»
«¿Qué? ¡No! Nadie ha dicho eso. Únicamente estoy tratando de llevarme bien con ella. Quiero ser amable con todo lo que ella ama y...»
«¿Quieres aceptarlo de una buena vez?», sentenció su lobo «Ella te interesa mucho más de lo que quieres admitir. Lo único que haces con tu actitud es retrasar lo inevitable. Deja de luchar con tu destino. Reconócela y hazle cachorros. Ya estoy cansado de esta abstinencia» su lobo dijo esto último con gruñido.
Se quedó en silencio esperando que le dijera que cerrara la boca o que lo ignorara como siempre lo hacía. Pero, para su sorpresa, el alfa parecía estar reflexionando sus palabras.
De repente el cachorro comenzó a agitar su cola y se acercó. Cassian lo tomó en sus brazos y acarició su suave pelaje.
―Tienes mucha suerte, ¿eh? Duermes en sobre ella ―murmuro, mientras lo miraba a los ojos y el husky lo único que pudo hacer fue mover su colita ―Es la primera vez que digo esto, pero… siento envidia de ti.
Lo que no sabía es que Aylin se despertó tan pronto escuchó su voz y lo miró atónita.
«¿Está envidioso de un perro? ¿Y por ella?»
―¡Sí! ―exclamo rápidamente y luego se sonrojó ―Sí… quiero acompañarte.
―Bien. Entonces, te ayudaré ―Cassian se puso de pie y extendió su mano. Aylin la tomó y luego murmuró ―Pero, primero quisiera ducharme… ¿Tienes tiempo?
En el momento en que tomó su mano, algo dentro de ambos despertó, era como una especie de corriente eléctrica. Cassian trago grueso para calmarse, el aroma de Aylin lo estaba golpeando fuerte, y sumándole la imagen de ella desnuda en la ducha, hizo que su lobo y él gimieran internamente.
Aylin tampoco era tonta, podía ver los cambios en Cassian y estaba segura de que todo se debía al olor de su excitación. Bajo la cabeza avergonzada, pensando que si tan solo supiera cómo controlarlo lo haría.
Mientras tanto, Cassian estaba teniendo una fantasía en vivo y directo, se imaginó a Aylin en el sofá abriendo su coño, mientras le permitía lamer ese dulce néctar entre sus piernas. No escucho cuando le dijo que subiría.
―¿Cassian? ¡¿Cassian?!
―Perdón… ― él sonrió avergonzado ―… estaba…
―Dije que voy a subir, ¿vas a esperarme aquí?
El alfa respiro profundamente atrapando su aroma en sus pulmones como un adicto.
―Te espero afuera. ―dijo mientras le sonreía una última vez y se daba la vuelta para irse.
Aylin se quedó en el mismo lugar viéndolo alejarse, pero sus labios ya estaban alzados en una sonrisa.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX.