UN PASEO EN EL BOSQUE.
Casi media hora después, bajaron del todoterreno y lo aparcaron junto a los demás vehículos de la manada. Pocas veces Cassian se aleja de los terrenos de la manada, pero cuando lo hace, cuentan con una flota de jeeps que los llevan a donde necesitan ir. Aylin abre la puerta trasera para Niko, quien salta y comienza a correr por el lugar.
―Le gusta ―dijo mientras lo veía correr.
Cassian la miró fijamente, observando su rostro feliz y la manera en cómo sus ojos brillaban. De repente comenzó a prestarle más atención de la debida.
―Sí, es un buen cachorro ―dijo con diversión ―Vamos, déjalo jugar un rato.
El alfa tomó su mano en la del en un reflejo condicionado, Aylin no pudo evitar sorprenderse por su gesto. Cassian se giró un poco y miro sus manos, alzó sus labios y emprendió la marcha.
Él también se sorprendió por sus acciones, pero ahora que su mano estaba junto a la de él, y no quería soltarla. Se había prometido que trataría de llevarse bien con Aylin, así que era mejor no dudar de sus acciones. Y así, la llevó al área principal de la tierra de la manada.
El pueblo de los lobos ‘CAZADORES DE LA LUNA’ está dividido en secciones. La parte más importante, era donde estaba la gran casa, sin embargo, a algunos lobos les gustaba vivir dentro del bosque. Y para llegar a esta parte del pueblo, los caminos y pasarelas eran demasiado estrechos para que los vehículos pasen, así que lo dejaron en la entrada del pueblo.
En el primer tramo del pequeño pueblo, era donde vivían los lobos que trabajaban la tierra para cultivar los alimentos. Sus casas eran de madera con un estilo básico. Cassian le señalaba a Aylin a medida que pasaban por alguna de ellas.
―¿No conocías esta parte del pueblo? ―le preguntó al ver su mirada de asombro.
―Bueno… no pasé la mayor parte de mi vida aquí. ―dijo ella mientras miraba los alrededores ―Me fui al mundo humano, tan pronto cumplí los dieciocho y mientras estuve aquí, no era muy adepta a salir. Pasaba la mayor parte del tiempo en las tierras del tío Patrick.
Cassian alzó una ceja al darse cuenta de que allí fue donde nació esa molesta amistad con Lyall.
―¿Y allí fue donde lo conociste?
―¿A quién? ―Aylin, pregunto confundida.
―A tu amigo.
―¿Lyall?
―Sí. ―gruño ―Ese.
Ella no pudo evitar reírse.
―¿Por qué te molesta? Es un buen lobo, noble y además… leal. Y es mi amigo, Cassian. Lo he repetido hasta el cansancio.
―Le gustas. ―el alfa dijo con voz hostil ―Y…
―Cassian ―Aylin se detuvo de repente y lo miro sería ― Le puedo gustar, pero el, a mí no. Únicamente lo veo como un amigo.
Esto calmó su agitado corazón y lo hizo sonreír.
―Eso me complace ―admitió, dio un paso hacia ella y la miro a los ojos ―Eres demasiada mujer para él.
Aylin alzó una ceja y preguntó de forma seductora.
―¿Y para ti no?
Cassian negó con la cabeza, para luego sujetarla por la cintura y atraerla a su cuerpo.
―No. Tú y yo estamos hechos el uno para el otro.
Los dos se miraron por un momento y sus corazones latieron en consonancia. Ambos fueron envueltos por un aura seductora y sus lobos aullaron de excitación. El cuerpo de Cassian estaba ardiendo por ella, caliente, duro y listo. Pero se obligó a quedarse quieto. Él no estaba allí para follarla, tenía un trabajo que hacer.
Pero los labios de Aylin eran rosados y suaves bajo la luz del sol, haciéndolo tentadores y el alfa ya casi podía saborearlos. Ella parpadeó y sus ojos se encontraron.
―Aylin… ―Cassian murmuró con voz ronca.
―Hazlo ―dijo ella rindiéndose a sus necesidades. ―Bésame, Cassian… bésame.
El alfa no pudo seguir manteniendo su autocontrol. Aylin sacó su lengua y humedeció sus labios. Fue allí donde él perdió toda su fuerza de voluntad. En un segundo sus bocas se juntaron en un encuentro que se sintió guiado por la mano del destino.
«Sigue tu destino» las palabras de su lobo se repitieron en su mente. «No puedes luchar contra lo que ha decidido la diosa»
Los dedos de Cassian se enredaron en su cabello y acunaron su cabeza, sosteniéndola cerca mientras su lengua barría su boca y se enredaba con la de ella. Los dos se perdieron en el beso. Podían quedarse así todo el día y olvidar todo lo que los rodeaba.
Pero el sonido de las hojas moviéndose y un animal corriendo hacia ella, los sacó del beso. Cassian puso a Aylin detrás de él y sus ojos buscaron la amenaza. Un momento después, vio correr hacia ellos un lindo cachorro de orejas paradas.
―¡Niko! ―exclamo Aylin saliendo detrás de Cassian, se inclinó y levantó al cachorro en sus brazos ―Acabas de darme un susto de muerte. ¿Dónde estabas? Estás cubierto de pequeñas cosas.
―No te preocupes, son semillas de león. No es peligroso. ―Cassian respondió acariciando las orejas del animal.
―Lo sé, cuando llegaste todos hablaban de eso. ¿Qué hacías en el mundo humano?
―Administro las empresas de nuestra manada.
―¿Tienen empresas?
Cassian se rió entre dientes por la expresión de su rostro. Su pregunta dejaba claro que no sabían mucho de él. Pero él estaba decidido a hacerle saber todo lo que quisiera y también a saber más de ella.
Se dio cuenta de que Ruth nunca le hizo este tipo de preguntas. Ella estaba al tanto de las empresas y solo lo mencionó una vez. Después no quiso saber nada más del tema.
― Somos dueños de varias empresas. Trabajamos en el área del petróleo, es una de las más exitosas del mundo ―dijo orgulloso ―Tenemos todo lo necesario y, además, nos permite vivir como vivimos.
―¿Ósea que esta montaña es tuya?
―Lo es.
Los labios de Aylin se abrieron y cerraron. Y luego surgió otra pregunta.
―¿Y quién se ocupa de ellas mientras estás aquí?
―Yo lo hago. ¿Por qué crees que pasó tanto tiempo en el estudio?
Ella contuvo una sonrisa. De hecho, supuso que pasaba la mayor parte del tiempo allí para evitarla.
―Todo es tan increíble ―dijo con una amplia sonrisa ―Tú eres increíble.
Cassian se echó a reír satisfecho por su elogio.
―Ya te he hablado de mí, ahora es tu turno.
―Bueno, ¿Qué quieres saber?
El alfa se detuvo un segundo y le dio una mirada penetrante.
―Quiero saberlo todo.
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