NO TENGO SUFICIENTE DE TI.
Después de marcarla en el bosque, Cassian regresó con su compañera a la gran casa y si Aylin pensó que todo había terminado, se equivocó, porque para el alfa la noche apenas acababa de empezar.
Solo que esta vez le hizo el amor lentamente, disfrutando y adorando cada centímetro de ella. Fue intenso y apasionado.
«Amor» Aylin sintió la palabra una y otra vez, como si la experimentara en su forma física. Cuando Cassian término, no se retiró, se quedó dentro de ella y apoyó su frente contra la de ella.
―Te amo, Aylin Fox.
Ella se estremeció al escuchar su declaración. Y sintió la necesidad de también decirlo.
―Yo también te amo, Cassian.
No era así como ambos esperaban resultaran las cosas, pero sucedió. Y a pesar de que no fue la mejor manera de empezar una unión, Aylin estaba agradecida con la diosa por concederle esta segunda oportunidad.
Nunca había sentido algo tan poderoso como lo que siente por Cassian. Y lo mejor de todo, es que él la amaba. Se sintió transformada, renacida en una vida más feliz de lo que jamás hubiera imaginado.
«Él me ama» murmuró en su interior.
Finalmente, el alfa se separó, no sin antes darle un profundo beso, luego la acurruco contra él y se quedó dormido.
«Te amo» Aylin repitió sus palabras y miró su pecho fuerte, subir y bajar. Observó su hermoso rostro. «Te amo» No podía creerlo.
Sonrió una última vez antes de acurrucarse a su lado, aspiro su delicioso y masculino olor.
―Te amo ―susurro de nuevo. Ahora sabía que nunca se cansaría de decirlo, de sentirse así. Segura y ahora amada.
Cassian pareció escucharla, porque la apretó contra él mientras dormía. Aylin se sintió en el cielo.
Al día siguiente…
Los golpes repetidos en la puerta sacaron a Cassian de su placentero sueño, abrió los ojos y lo primero que vio fue el delicado y hermoso rostro de su loba.
«Mia» saboreo la palabra en sus labios y una sonrisa de satisfacción se formó en su rostro. Los eventos de la noche anterior lo golpearon y se sintió victorioso, finalmente la había marcado, la había hecho suya en todos los sentidos y lo mejor de todo es que se sentía genial, poderoso, invencible.
Los golpes se reanudaron otra vez y resoplo molesto con quien se atreviera a molestarlo en su segundo día de luna de miel. Porque para Cassian esto era su luna de miel, el día de su unión con Aylin solo había estado una sola vez, pero ahora planeaba seguir la tradición y no iba a dejarla salir de la cama por una semana.
Se levantó cuidando no despertarla y se puso los pantalones, luego camino hacia la puerta, cuando la abrió se encontró con la sonrisa divertida de Lorcan.
―Buenos días, señor. ―dijo alzando las cejas repetidamente.
Cassian rodó los ojos y miro un segundo hacia la cama, quería asegurarse de que Aylin estuviera lo suficientemente cubierta.
―¿Qué quieres Lorcan? ―pregunto con voz áspera.
El beta fingió una expresión de agravio y dijo.
―¿Por qué me tratas así? Soy tu mejor amigo, he estado en los peores momentos de tu vida ―aspiro ―Claro como ahora hay santos nuevos…
―Lorcan… ¿Viniste para eso? Si es así, voy a cerrarte la puerta en la cara. ¿No ves que estoy con mi esposa?
―Huuuu… esposa, ¿eh? ―volvió a levantar las cejas con diversión y husmeo con su nariz ―Rayos, se nota que estuvieron intensos.
De hecho, el olor a sexo era bastante fuerte. Cassian estaba a punto de perder la paciencia.
―Si no hablas de una vez lo vas a lamentar ―gruño.
―Ok, ok. Eres un amargado ―dijo finalmente el beta ―Tengo información importante, pero asumo que no quieres hablar aquí. Te espero en el estudio.
―Bien. ―tan pronto como Cassian dijo esto, le cerró la puerta en las narices.
Lorcan se quedó mirando fijamente la puerta y luego negó con la cabeza.
―Al menos merezco un: ¡Gracias, Lorcan!
Se dio la vuelta y se fue.
Mientras tanto, en la habitación, Cassian se inclinó y besó suavemente la frente de Aylin.
―Tengo que resolver unos asuntos, pero prometo que volveré rápido, ¿de acuerdo?
Ella murmuró un ‘sí’ medio dormida y Cassian se rió de su aspecto infantil. Luego se fue al baño, se duchó y se cambió de ropa. Minutos después salió de la habitación. Cuando llegó al estudio, Lorcan ya lo estaba esperando con una sonrisa burlona en los labios. El alfa sabía que pretendía interrogarlo, pero él no estaba de humor para dar explicaciones.
―¿Qué información tienes?
―Oye, ¿no vas a contarme?
―¿Qué tengo que decirte? ―pregunto tomando asiento delante de él.
―Bueno, hasta ayer decías que Aylin era solo tu compañera falsa y hoy la veo en tu habitación y por lo que se ve…
―Cierra la boca ―lo interrumpió. ―Lo que ves es lo que hay, no voy a darte detalles. Pero, si lo que quieres saber es si la marque, sí. Ahora Aylin es mía y creo que sabes lo que eso significa, ¿verdad?
El beta alzó las manos en señal de rendición y dijo rápidamente.
―A mí no me digas eso, más bien deberías advertirle al amigo de tu mujer. Yo no estoy interesado en ella.
El gruñido bajo de Cassian le dijo que no se lo tomó nada bien.
―¿Qué vayas tú mismo? Averigua en el mundo humano, ve a donde tu hermano fue y busca información.
Cassian lo reflexiono por un momento y la idea de dejar a Aylin no le gustaba, y menos ahora que apenas se habían aceptado el uno al otro. Sin embargo, esto también era importante y entre más rápido se resolviera, más pronto podrían vivir sus vidas con tranquilidad.
―Voy a pensarlo, ¿de acuerdo? Cuando tenga una respuesta te lo haré saber.
―No hay problema, sea lo que sea, te apoyo.
De repente, la puerta del estudio se abrió y Aylin entró con una bandeja. Dejo la comida en el escritorio y saludo a Lorcan con una sonrisa.
―Hola, Lorcan.
―Aylin ―respondió el beta con un asentimiento de cabeza.
Cassian se puso de pie y tomó su mano, la llevó con él y la sentó en su regazo.
―¿Por qué estás despierta? Te dije que iría de nuevo.
La cara de Aylin se sonrojó y miró a Lorcan con vergüenza.
―No estoy acostumbrada a quedarme en cama todo el día… tenía que hacer algo.
―¿Quién dijo que no íbamos a hacer nada? ―le susurro Cassian con coquetería.
Lorcan que estaba frente a ellos, siguió conteniendo la risa. Y Aylin se percató de esto y se avergonzó.
―Debo… debo ir a la cocina, le prometí a Leila que la ayudaría con algunas cosas. ―se inclinó y le dio un suave beso en los labios ―Disfruta tu desayuno.
Después de decir esto, caminó rápidamente hacia la puerta, antes de salir miro al beta.
―Lorcan, ¿Cómo está mi padre?
―Se recupera muy bien Aylin, pero me temo que aún no despierta.
Los ojos de Aylin se volvieron un poco tristes.
―Gracias por cuidar de él. ―murmuro.
―Lo hago con gusto, Rowan es un gran guerrero.
Ella asintió una vez más, salió y cerró la puerta tras ella. Una vez se fue, Lorcan miró a su amigo.
―Así que… ¿Dónde no la marcaste?
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