CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 70

CAER EN LA TENTACIÓN

Tan pronto como entraron en el departamento, Cassian observó todo con ojos de águila, quería cerciorarse de que no hubiese pertenencias de Sebastián. Afortunadamente no las encontró.

―¿Dónde quieres la caja? ―pregunto.

―Deja ahí ―Aylin señalo una esquina y también dejó la de ella.

El alfa miró la pequeña sala y luego tomó asiento en el sofá.

―¿Quieres que te ayude a desempacar?

―No hace falta ―espeto sería ―Voy por el botiquín, primero hay que curar tu brazo.

Fue por algunos materiales y luego se sentó a su lado.

―¿Puedes levantarte la manga de la camisa?

El alfa miró la herida y respondió fingiendo dolor.

―No creo, eso solo lastimará la herida.

―Ok, voy por unas tijeras.

Cuando se iba a poner de pie, Cassian sostuvo su brazo.

―Espera, ¿Qué vas a hacer?

―¿Qué más? Cortar la camisa, ¿Cómo piensas que voy a limpiar la herida?

El hombre apretó los dientes y luego dijo con una sonrisa triste.

―Pero es mi camisa preferida, no puedes cortarla.

Aylin parpadeó. ¿De verdad estaba comportándose como un niño?

―No hablas en serio, ¿verdad?

―Claro que sí, es mi favorita.

Ella miró la dichosa camisa y no encontró nada de especial en ella. Podría asegurar, de que tendría varias iguales.

―¿Y cómo se supone que voy a curarte?

El alfa sonrió y comenzó a desabotonarse la camisa, sus dedos trabajaron rápido y Aylin pronto sintió su cara arder cuando vio su torso definido. Tenía que admitir que a pesar de los años seguía siendo demasiado guapo y… para su desgracia tentador.

Sus ojos miraron con avidez el paquete de seis en su abdomen, la forma en como se tensaba a medida que respiraba, imágenes de todas esas noches en las que sintió la dureza de su cuerpo sobre ella la asaltaron.

―Listo ―dijo Cassian, sacándola de su trance.

Aylin reaccionó y se aclaró la garganta, tomó una gasa y la empapo en alcohol, luego se inclinó hacia su brazo y miró de cerca su herida.

―No parece grave.

―Pero me duele.

―¿Seguro que no estás fingiendo? Ni siquiera es profunda.

Él se inclinó levemente a su oído y le susurro.

―Me duele que no me quieras.

Tal cercanía hizo estragos dentro de ella, no era un secreto que su loba anhelaba el contacto de Cassian y para qué mentir, también ella. Sin embargo, no iba a debilitarse, tenía que mantenerse fuerte y en sus propósitos.

Así que presiono con más fuerza de la debida la gasa en su herida.

―¡Ay! ―exclamo el alfa sintiendo el ardor.

―No intentes pasarte de la raya Cassian. Te lo advierto, no soy la misma estúpida.

La paciencia del alfa estaba agotándose, había dicho que iba a hacer lo posible por mantenerse en calma, pero la actitud hiriente de Aylin, no ayudaba mucho. Apretó las manos y le preguntó.

―¿De verdad te enamoraste de él?

Ella no respondió de inmediato, y el silencio se hizo presente entre los dos, hasta que habló.

De repente acuno su rostro y la miro a los ojos. Los hermosos orbes azules estaban llenos de lágrimas.

―Sé que tienes miedo… ―susurro ―… pero te juro que esta vez, voy a creer en ti. Siempre creeré en ti.

Decir que su corazón no se emocionó por escucharlo, era mentir. Sin embargo, llegaba demasiado tarde, ella ya no podía confiar, no quería hacerlo.

―Cassian…

Sus palabras fueron silenciadas con un beso. Un beso lento, suave, cargado de anhelo, un beso al que Aylin no pudo evitar responder. Su cuerpo disfrutó su cercanía, su loba y el de él estaban aullando de felicidad, el beso siguió su curso y pronto el cuerpo de Aylin cayó lentamente en el sofá.

Ella dejó que sus manos vagaran por la poderosa espalda de su hombre, porque aunque se dijera todos los días que él era su pasado, la realidad era que todavía lo consideraba así, suyo. De ella y de nadie más.

Por otro lado, Cassian no podía estar más feliz, sentía que al menos había avanzado un poco, lo que más anhelaba su atormentado corazón era recuperarla a ella y a su hijo.

De repente un gemido resonó en la habitación y Aylin salió de su trance y para cuando reaccionó, descubrió dos cosas. Una, el gemido había salido de su garganta y la otra, estaba a punto de cometer la mayor estupidez de su vida.

Rompió el beso y lo empujó lejos de ella. El alfa que fue tomado por sorpresa no tuvo tiempo de reaccionar. Ella se puso de pie y lo miró con el pecho agitado.

―Vete. ―dijo tratando de sonar normal. ―Por favor, vete y no vuelvas.

―Aylin…

―¿No escuchaste? ¡Que te vayas! ―grito fuera de sí ―¡No soy tu puta! Así que no vuelvas a acercarte a mí.

Los ojos de Cassian se entrecerraron.

―No. No eres mi puta ―sentencio poniéndose de pie ―Eres mi esposa.

―Lo fui en nuestro mundo ―su expresión era implacable ―Aquí no somos más que desconocidos. Así que vete.

Cassian la miró un instante y llegó a la conclusión de que no iba a presionarla más. Después de todo con hacerlo no llegaría a nada. Sin embargo, iba a dejarle claro sus intenciones.

―Seré parte de la vida de Rowan ―Cassian agarró la camisa ―Te guste o no… soy su padre. Y eso… ―camino hacia ella y se inclinó hacia su oído levemente ―… no solo aplica a nuestro mundo.

Le dio un rápido beso en la mejilla, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Cuando Aylin la escuchó cerrarse con fuerza, fue cuando dejó salir todo el llanto que había estado conteniendo. Se deslizó por la pared y lloro, lloro tan fuerte que incluso Cassian pudo escucharla del otro lado.

El alfa apretó los puños y se llenó de una fuerte determinación, recuperaría a su familia cueste lo que cueste.

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