UN LOBO VALIENTE.
Cassian se encontraba sentado en la habitación de su hijo Rowan, sosteniendo un libro en sus manos. La luz suave de la lámpara iluminaba la habitación mientras el pequeño se acurrucaba junto a él, ansioso por escuchar una historia antes de dormir. El libro que Cassian sostenía era uno de los favoritos de Rowan, un cuento sobre un pequeño lobo que anhelaba convertirse en un valiente alfa. Con voz suave y melodiosa, Cassian comenzó a leer las páginas llenas de aventuras y desafíos.
Rowan escuchaba atentamente cada palabra, imaginando que era el pequeño lobo enfrentando peligros y superando los obstáculos. Su rostro se iluminaba con cada giro de la historia, y sus ojos brillaban con emoción
―...Y así, el pequeño lobo aprendió a ser valiente y a enfrentar sus miedos. ― susurró Cassian, pasando suavemente los dedos por el suave cabello de su hijo ― ¿Te gustó esa historia, pequeño?
―Sí, papá. Es mi libro favorito.
―Te prometo que te leeré más en el futuro.
Rowan se apartó un poco y miró a su padre.
―¿Vivirás con nosotros? ―sus ojos eran esperanzados.
―Bueno… por el momento no ―Cassian pellizco sumamente la nariz de su hijo ―Pero voy a hacer todo lo que esté en mis manos para convencer a tu mamá.
Aunque el pequeño aún no entendía muy bien los problemas de los adultos, tenía la impresión de que su padre había hecho algo para enojar a su madre.
―¿Por qué mamá está enojada contigo? ¿Dejaste la ropa sucia fuera de la cesta?
El alfa resopló divertido, pensando que ojalá sus problemas con Aylin fueran simplemente por dejar la ropa sucia tirada.
―Aún eres pequeño para entender, campeón. ―sostuvo una de sus manos entre las de él ―Pero te juro que papá hará hasta lo imposible para que tu mami lo perdone.
Rowan sonrió.
―Quiero que vivas aquí, antes quería de papá al tío Sebastián, pero nunca se enamoró de mamá.
Las cejas de Cassian se fruncieron.
―¿Por qué lo dices? ―pregunto tentativamente, no era muy bueno que pretendiera sacar información a través de su hijo, sin embargo, si quería ganar la batalla, tenía que tomar cualquier oportunidad a su favor.
―Es que el tío Sebastián tiene un novio.
Los ojos de Cassian se abrieron como platos.
―¿Un novio?
El pequeño asintió.
―Siempre habla con él y le dice que lo extraña.
«¿Es gay?», se preguntó seriamente.
―¿Has estado escuchando conversaciones?
―S…sí, pero no le digas a mamá. ―el chiquillo bajo la cabeza ―Me regañara si lo sabe.
El alfa se echó a reír.
―Quiero ser como tú, papá. Un lobo fuerte y valiente ―Luego agregó con picardía ―guapo no, eso ya lo soy.
El alfa soltó una carcajada mientras abrazaba a su hijo con profundo amor.
―Eres un gran hijo, Rowan ―dijo con voz llena de orgullo ― Y quiero que sepas que no importa lo que elijas ser en la vida, siempre estaré aquí para apoyarte.
Padre e hijo se quedaron juntos en silencio por un momento, disfrutando de la calma y el amor que los envolvía. Cassian sabía que su hijo tenía mucho por delante, desafíos y decisiones difíciles, pero también sabía tenía un espíritu valiente y determinado. Con el tiempo, llevaría a Rowan a conocer a la manada de los Cazadores de la Luna, donde aprendería más sobre su herencia y su lugar. Pero por ahora, se conformaba con esa habitación llena de amor y sueños, Cassian sabía que su hijo estaba en el camino correcto para convertirse en el lobo valiente que siempre había soñado ser.
El alfa salió de la habitación con cuidado, asegurándose de que el pequeño estuviera profundamente dormido. Tenía la intención de hablar con Aylin sobre el interés de su hijo por la manada, pero al encontrarla en el sofá, dormida, decidió no interrumpirla. La contempló por un momento, y vio como su largo cabello cubría parte de su rostro, y una sensación de paz y amor llenó su corazón. Con paso sigiloso, se acercó lentamente a ella, admirando cada uno de sus rasgos.
Sus labios carnosos, sus largas pestañas y su nariz perfilada, para él, era la mujer más hermosa del mundo. Extendió su mano con delicadeza y apartó suavemente el cabello que le cubría el rostro. Aylin gimió levemente y buscó una posición más cómoda en su sueño.
El sonido de su gemido envió ondas de deseo a través del cuerpo de Cassian, pero se esforzó por contenerlo. Respiró profundamente y se inclinó para susurrarle al oído.
―Te amo. Y nunca voy a amar a nadie que no seas tú.
Sin querer perturbar su sueño, el alfa depositó un beso suave en la frente de Aylin antes de ponerse de pie y caminar hacia la puerta. Sintiendo una mezcla de felicidad y anhelo en su corazón mientras dejaba el apartamento en silencio.
El alfa sabía que el amor entre ellos era complicado. Habían pasado por muchas pruebas y obstáculos, pero lograría que estuvieran juntos, y lucharía por su relación día tras día. Sabía que Aylin tenía miedo de involucrarse nuevamente con él, temiendo perder otra vez su corazón, él podía comprender sus preocupaciones, pero no podía evitar desear tenerla a su lado.
Mientras caminaba por el pasillo, los pensamientos se agolparon en su mente.
«¿Cómo podría convencer a Aylin de que confiara nuevamente en él? ¿Cómo podría mostrarle que la única dueña de su corazón era ella?»
Él sabía que necesitaba encontrar las palabras adecuadas y los hechos para convencer a Aylin de que esta vez sería para siempre. Sabía que tenía que ser paciente y comprensivo. Mientras trabajaba para construir un futuro en el que pudieran estar juntos como una familia completa.
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