DECISIONESY DESPEDIDAS.
Aylin observaba a Cassian con determinación en sus ojos. Habían tomado la decisión de partir juntos al mundo de los lobos, pero había algo que la atormentaba. No quería llevar a Rowan con ellos, temiendo por su seguridad. Creía que estaría más protegido junto a Sebastián. Sin embargo, Cassian, como alfa, no estaba de acuerdo. Insistía en que era lo suficientemente capaz de proteger a ambos, pero Aylin sabía qué había más en juego.
Lo miró fijamente y comenzó a razonar con él.
―Aparte del peligro de nuestro viaje, también está el virus ―dijo con voz firme ―Si Rowan se queda con Sebastián, estará libre de ese riesgo. Además, estará rodeado de personas que lo aman y lo cuidarán. Vamos, cariño, sabes que es lo mejor.
Cassian frunció el ceño, luchando internamente con su deseo de mantener a su familia unida, pero también estaba la preocupación por la seguridad de su hijo, en el fondo Aylin tenía razón. Finalmente, suspiró y asintió.
―Está bien ―dijo con resignación ―Dejaré que Rowan se quede con Sebastián. Pero prométeme que lo mantendrá seguro y que también nos estará informando.
Aylin sonrió, sintiendo un alivio en su corazón. Sabía que había tomado la decisión correcta para proteger a su hijo.
―Lo hará mi amor, Sebastián ama a Rowan como un hijo, sé qué sería capaz de dar su vida por él.
Las cejas del alfa se fruncieron.
―Oh, cielo. ¿Estás celoso? ¿De verdad? ―ella no pudo evitar reírse ―La parte buena de todo esto, es que Rowan tiene a muchas personas que lo aman. ―le rodeó el cuello con sus brazos y le dio un piquito ―Todo va a estar bien, ya lo verás.
Cassian sujetó su cintura y la pego a su cuerpo, Aylin pudo sentir su longitud dura presionarse contra su vientre.
―Eres una provocación… Aylin ―aspiro el aroma de su cuello, ella cerró los ojos dejándose llevar por las sensaciones que él despertaba en ella.
―Cariño… no podemos… estamos…
Pero Cassian la levantó rápidamente y la sentó sobre la isla de la cocina.
―Entonces tendremos que guardar silencio.
―¿Estás hablando en serio?
―Muy en serio ―dijo al momento que comenzaba a bajar la parte delantera de su blusa.
―Cassian… ―Aylin lo apartó un poco y murmuró ―… Rowan puede venir, nos puede ver.
―No te preocupes por él ―respondió Cassian llevándose un pezón a la boca. Y Aylin se tragó un gemido ―Lorcan es su nuevo compañero de juegos, tardará en dejarlo libre.
El alfa jugó con el pezón en su boca y ella se humedeció al instante. Sus manos se enterraron el suave cabello de su marido.
―Siendo así… ― acunó su cara y le dio una sonrisa ―… no tenemos mucho tiempo.
El alfa sonrió y volvió a apoderarse de su pecho.
Después de un rapidito en la cocina, Aylin y Cassian salieron al jardín. Lorcan iba tras la pelota nuevamente. El pequeño corrió hacia sus padres en cuanto los vio.
―Hola, campeón ―dijo el alfa, cargándolo en sus brazos ―¿Te estás divirtiendo con el tío Lorcan?
El niño asintió.
―Pero me gusta jugar más contigo… o el tío Sebastián.
Lorcan parpadeo estupefacto.
―Dijiste que te gustaba jugar más conmigo, incluso que era tu tío favorito.
―No. No lo eres, mi tío favorito es Sebastián.
―Sebastián, Sebastián, Sebastián, ―el beta hizo una mueca ―¿Qué tiene de especial?
Aylin y Cassian se rieron, definitivamente Lorcan no cambiaría. Después de decirle a Rowan que irían a su casa, el pequeño se emocionó, era indudable la conexión y el cariño que sentía hacia él. Y así, los cuatro, emprendieron el camino hacia la mansión de Sebastián.
Sin embargo, al llegar, Cassian no se sintió cómodo. Su estado de ánimo se oscureció al ver varias fotografías de Rowan, su mujer y Sebastián juntos. Celos e inseguridades surgieron en su interior.
Aylin notó su cambio de humor y se acercó a él.
―Cariño… ¿Qué pasa? ―pregunto mientras entrelazaba sus dedos.
Cassian miró alrededor y torció los labios en una mueca.
―Me parece que a Sebastián le gustan mucho las fotos, ¿no? ¿Hay posibilidad de que nos las llevemos? Le puedo ordenar a Leila que…
―¿No estarás celoso, verdad?
El alfa simplemente gruño y Aylin curvo los labios en una sonrisa divertida.
―¡¿Estás celoso?!
―Sí. Si estoy celoso, no me gusta que otro hombre tenga fotos de mi mujer y mi hijo.
Aylin ladeó la cara y le dio una sonrisa amable.
―Amor, debes recordar que ahora eres la persona más importante para Rowan. Él te ama y te admira.
Cassian sonrió orgulloso y asintió.
―Y en cuanto a mí… Sebastián y yo solo hemos sido amigos por cuatro años. Él nunca ha intentado nada más. No le gusto.
De repente él recordó lo que había dicho su hijo. De que Sebastián tenía un novio, siempre que se encerraba en el estudio, hablaba con un hombre llamado: Xaden. Lo más probable es que el alfa fuera gay y por esa razón nunca le interesó, Aylin, una vez más, se sintió aliviado.
―Tienes razón ―dijo sonriente ―No tiene caso que me preocupe, después de todo a Sebastián no le interesan las mujeres.
Las cejas de Aylin se crisparon.
―¿Qué?
―Papi, ¿quieres conocer mi habitación?
Cassian dudó un poco, pero después de darle una mirada a Aylin, aceptó.
―Claro que sí, campeón. Conozcamos tu habitación. ―se apartó de su hijo y se inclinó hacia Aylin para darle un profundo beso en los labios. Dejándola tanto a ella, como a su amigo, estupefactos.
Cuando se fueron, Sebastián le dio una mirada divertida a Aylin.
―Bastante territorial, ¿eh? Me sorprende que te haya dejado sola conmigo.
―Confiamos el uno en el otro ―respondió ella ―Pero sí es territorial.
Sebastián negó con la cabeza mientras se reía. En el fondo se sentía feliz por su amiga, era la primera vez que veía sus ojos brillar. Y además, Rowan estaba junto a su padre, como debía ser.
―Me alegro por ti Aylin. Finalmente, eres feliz, aunque muchas veces me dijiste que lo eras… nunca llegaste a sonreír como ahora.
―No puedo negarlo, volver con Cassian… me devolvió la vida.
―Eso es porque es tu alma gemela, y dos almas que han sido destinadas, no pueden estar separadas.
Aylin asintió y lo miró en silencio. La confesión de Cassian seguía repitiéndose en su mente. Así que reflexiono sus siguientes palabras. El alfa observó la duda en sus ojos y le preguntó directamente.
―¿Qué pasa?
Aylin bajó la cabeza y apretó sus manos.
―¿Por qué no me dijiste que eras gay?
La pregunta tomó por sorpresa al alfa, quien no sabía qué decir en ese momento. Sus cejas se alzaron con sorpresa. Aylin levantó la cabeza y lo miró con compasión.
―No tiene nada de malo ser gay, por el hecho de que te gusten lobos en vez de las lobas, no cambia nada. Sigues siendo mi amigo.
Él siguió sin hablar. Por lo que Aylin pensó que estaba avergonzado y cuando ella intentó hablar nuevamente, Sebastián estalló en carcajadas.
Ella lo miró como si estuviera loco.
―¿Por qué te ríes? ¿Qué es gracioso?
El alfa trató de calmarse y negó con la cabeza.
―¿Por qué crees que soy gay? ¿De dónde sacas eso?
―Bueno… nunca te he conocido una novia, has estado solo por cuatro años y cuando una mujer se te insinúa, prácticamente sales huyendo. ¿Qué más puedo suponer?
De repente la risa se esfumó y el rostro de Sebastián se volvió serio. Reflexionó un momento antes de hablar y luego dijo con voz profunda.
―No soy gay, Aylin. De hecho… ―sus ojos se oscurecieron y sus manos se volvieron puños ―… una vez estuve a punto de casarme.
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