CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 81

EL PASADO DE SEBASTIÁN.

―¿Te ibas a casar? ―Aylin, parpadeó incrédula. ―Vaya… esto sí que es sorprendente.

―¿Por qué? ―pregunto el alfa entre risas.

―Es que no me imagine que… no importa, mejor dime ¿qué pasó?

La mandíbula de Sebastián se apretó y sus sienes palpitaban de enojo.

―Ella escapó… ―sus ojos se volvieron sombríos ―… escapó con otro.

Ahora Aylin estaba estupefacta.

―Nuestro matrimonio no era por amor de todos modos, fue acuerdo entre nuestros abuelos. Aunque no estaba muy convencido con la idea de unirme a alguien que no amaba y tampoco era mi alma gemela… iba a respetarla, a darle su lugar, incluso iba a ser fiel. ―suspiro ―Pero ella… al parecer no estaba de acuerdo con nuestra unión y en un festival del Dios Fenrir… ―sus ojos se oscurecieron aún más ―Se largó con el alfa de otra manada.

Aylin estaba boquiabierta, ahora entendía un poco la reacción de Sebastián a mantenerse alejado de las mujeres, el pobre no confiaba en ellas. Sin embargo, no era motivo para mantenerse solo el resto de su vida.

―Sebastián… entiendo que no confíes en nosotras ―explico ―Pero eso no tiene por qué cerrarte al amor, eres joven, inteligente y tienes un corazón de oro. Estoy segura de que por allí está la mujer indicada para ti.

El alfa sonrió a medias.

―No estoy solo Aylin. ¿Crees que he sido célibe desde eso?

Ella asintió lentamente.

―¡Por la diosa, no! ―se carcajeó de nuevo ―Tengo a alguien a mi lado, solo que… nuestra relación no es formal y ella ―enfatizo esto último ―no quiere comprometerse. Es algo más del tipo, tomamos lo que necesitamos.

Aylin volvió a quedarse con la boca abierta.

―¿Ósea que tienes una amante?

―Llamémoslo así.

―Eres una caja de sorpresas, Sebastián Storm. ―nego divertida ―¿Cómo es que no me di cuenta en cuatro años?

―Soy bastante reservado y… ―se inclinó coqueto hacia ella ―… esperaba que me dieras el sí.

Aylin se echó a reír y el alfa retrocedió.

―No inventes, nunca te he interesado… ¿Verdad?

―¿Qué piensas? ―pregunto dándole una mirada abrasadora ―¿Crees que nunca me fijaría en ti?

Aylin comenzó a ponerse nerviosa.

―Sebastián…

―Tienes razón ―se rió de nuevo ―No Aylin, no me pareces fea o… que no seas mi tipo. ―extendió su mano, pero se detuvo antes de tocarla. Sabía que a Cassian no le gustaría sentir su aroma en ella, y tenía que respetar eso ―Solo que desde que te conocí, nuestra conexión fue como la de un par de hermanos. Y tampoco me interesa el amor.

Ella lo miró con ojos húmedos.

―Tengo tanto que agradecerte ―murmuro ―Me recibiste en tu casa, me ayudaste y estuviste en el nacimiento de mi hijo. Y no conforme con eso… lo quieres como si fuera tuyo.

―No hay nada que no haría por ese pequeño ―afirmo ―Siempre quise tener hijos, ¿sabes? Cuando pensé que me uniría a… ―sus labios se cerraron.

―¿A quién? ¿Cómo se llama?

El alfa no dijo nada por un momento, su mente lo transportó a ese día y la rabia volvió a fluir por sus venas. No pensó que le afectaría a estas alturas, pero lo hacía, y mientras tanto, seguramente ahora mismo ella es feliz en brazos de ese imbécil y tendría un montón de cachorros.

«Cachorros que debieron ser míos» su lobo, gruñó con furia.

Sebastián respiró hondo y continuó.

―Su nombre es Braelyn Donovan y es la hija del antiguo alfa del clan ‘Fenrir’. Puede que no sepas de ellos, nosotros estamos muy lejos de Eversun. Aunque también convivimos de la misma manera y firmamos ese acuerdo de paz.

―¿Braelyn Donovan? ―reflexiono un momento ―No… no recuerdo haberlo escuchado.

Sebastián sonrió.

―¿Me creerías si te digo que nunca la he visto?

―¿De verdad? ¿Te ibas a casar con ella sin saber cómo era? ¿Qué tal si fuera una ancianita? ―bromeo.

―No la he visto, pero eso no significa que no escuchara de ella. ―la mirada de Sebastián se perdió en un punto cualquiera ―En ese entonces, los rumores que llegaban a mí, eran que era hermosa, muy hermosa. Su cabello era negro y brillante, mientras que sus ojos son del más misterioso gris. Criada para ser la compañera perfecta. ―nego burlón ―La hija consentida de su padre.

Aylin percibió la rabia emanando de él y supo que el tema lo propiciaba.

―Me voy.

Sebastián alzó las cejas, pero no estaba sorprendido, sabía que tarde o temprano sucedería.

―¿Me visitarás al menos?

―Sebastián… ―ella alzó la cabeza y lo miró seria. ―Necesito que cuides de Rowan… Solo iré yo.

―¿Por qué? Tú nunca te separas de él.

―La manada de Cassian está enfrentando un extraño virus y… no quiero que nada le pase, ¿entiendes?

El alfa asintió.

―Está bien, sabes que conmigo está seguro. Pero, ¿hay algo en lo que pueda ayudar? Conozco médicos…

―Esto no es de médicos, las sanadoras no han podido hacer nada y los lobos piden la presencia de Cassian. ―lo miro preocupada ―Él quiere que me quede, pero no puedo dejarlo, no quiero que se enfrente solo a esto.

―Y haces bien, eres su luna después de todo.

―También hay otra cosa que debes saber. ―el tono de voz de Aylin se volvió nervioso ―Hay alguien muy poderoso detrás de mí.

Ahora el alfa estaba más preocupado.

―¿Qué tan poderoso?

―Es un vampiro.

Los labios de Sebastián se abrieron y sus cejas se crisparon.

―¿Un vampiro?

―Sí, se llama Lestat.

En cuanto dijo esto, sus ojos se abrieron con sorpresa.

―Entonces sin duda debes tener cuidado. ―se inclinó hacia ella y murmuró ―Ese ser es cruel, sanguinario y muy vengativo. Solo hay dos razones por la que estaría tras de ti. La primera es que lo hayas jodido y la segunda… ―la miro a los ojos ―… Es que tengas algo que él desea con fervor. Así que ahora es tu turno Aylin, es tu turno de contármelo todo.

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