CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 87

EL GRITO DE LA BANSHEE.

Aylin y Cassian regresaron a la manada después de su misión en el bosque. A pesar de la tranquilidad que reinaba en el territorio de la manada, Aylin no podía dejar de pensar en las revelaciones del vidente.

―Creo que Lestat me quiere por mi sangre ―dijo Aylin con seguridad ―Eso explica por qué hacía ese tipo de experimentos con los cachorros. Pero al no funcionar… yo soy la solución. ―de repente, miró a su marido nerviosa ―Tenemos que estar preparados… puede que sepa que ya estoy aquí.

El alfa escuchó atentamente las palabras de Aylin y asintió con seriedad. Sabía que ella tenía razón, y ahora más que nunca debían ser precavidos y estar preparados para cualquier eventualidad. Sin embargo, no podía evitar sentir preocupación por dejarla sola, especialmente después de las revelaciones del vidente.

―Estoy preocupado por dejarte sola, cariño ― dijo con voz suave. ―No quiero que corras ningún riesgo mientras yo esté fuera.

Aylin caminó hacia él y tomó sus manos entre las suyas y lo miró con determinación.

―Cassian, confío en ti y ellos también lo hacen. Sé que eres fuerte y valiente, y la manada te necesita ―hizo una pausa ―Aunque no quisiera que fueras, debes ir al Bosque Oscuro. No puedo permitir que mi miedo te detenga.

Él suspiró, sintiendo un torbellino de emociones dentro de él. Por un lado, quería proteger a Aylin a toda costa, pero también sabía que tenía un deber con la manada. Finalmente, asintió resignado.

―Está bien ―dijo ―Ir al Bosque Oscuro es mi responsabilidad como alfa. Pero prométeme que te cuidarás y que te mantendrás a salvo.

Aylin sonrió y acarició suavemente el rostro de su marido.

―Te lo prometo. Haré todo lo posible para mantenerme segura.

Con un suspiro, el alfa acunó el rostro de su compañera y le dijo con voz suave.

―Te amo, Aylin. Siempre estaré contigo, incluso cuando estemos separados.

Aylin lo rodeó con sus brazos, envolviéndolo en un abrazo reconfortante.

―También te amo, Cassian. No importa lo que suceda, nuestro amor nos mantendrá unidos.

Esa noche, pasaron juntos sus últimas horas antes de la partida.

Un gemido escapó de la garganta de Aylin cuando Cassian se acercó, agarrando sus caderas y jalandola hacia él. Ella comenzó a desabotonar su camisa, ansiosa de sentir su piel.

El alfa se echó hacia atrás y la miró fijamente. Sus ojos verdes se clavaron en ella cargados de lujuria. Aylin tuvo que morderse el labio para ahogar un gemido.

―¿Me deseas? ―pregunto con voz profunda, mientras su mano se deslizaba hacia arriba a través de sus muslos.

Ella asintió. Pero el alfa necesitaba escucharlo.

―Dilo… dilo Aylin. ―ordeno ―Dime que me quieres entre tus piernas, haciéndote venir una y otra vez.

Ella sintió su núcleo palpitar con intensidad.

―Sí. Por favor… te quiero Cassian… te quiero dentro de mí.

Eso fue todo lo que él necesitó para desnudarse y meterse entre sus piernas. Aylin envolvió los brazos en su cuello y las piernas alrededor de su cintura, le devolvió el beso con todo el amor que sentía.

El alfa se apartó y sus labios comenzaron a recorrer su garganta, sus manos amasaron sus senos, atormentándola con placer.

―Cassian… por favor… ―Aylin tiró de él.

―¿Me quieres?

―Sí. Te quiero dentro de mí… ahora.

Él sonrió como el lobo que era y continuó atormentándola.

―Tendrás que esperar un poco más mi amor… ―su lengua jugó con uno de sus pezones ―Me gusta verte suplicar por mi polla.

―No… no… ―ella gimió mientras Cassian derramaba besos por su vientre y luego le abría los muslos.

―Estoy deseando comerte el coño ―gruño, luego movió su lengua sobre el clítoris palpitante ―Voy a hacer que te vengas en mi lengua.

El alfa conocía cada punto sensible de su mujer y solo fue cuestión de segundos para que Aylin explotara cuando su primer orgasmo la golpeó con fuerza. Él gimió y siguió chupando su clítoris mientras ella agarraba su cabeza, anclándose de él, mientras la euforia la envolvía. Cassian siguió lamiendo y succionando su carne sensible hasta que ella alcanzó su punto máximo una segunda vez.

―Cassian… por favor…

Empujó dos dedos dentro de ella y las paredes de su coño se aferraron a él, codicioso, con ganas de más. Sus dedos entraban y salían, Aylin no podía hacer nada más que retorcerse de placer en la cama y disfrutar del tormentoso placer que le daba su marido.

Finalmente, cuando él estuvo satisfecho, abrió sus piernas y se metió dentro de ellas.

―Esta vez no venimos juntos ―fue todo lo que dijo antes de colocar la punta de su pene en su entrada y embestirla. Aylin inclinó sus caderas hacia él, abriendo las piernas con entusiasmo.

Sin embargo, Cassian dudaba. Sabía que debían continuar con su misión en el Bosque Oscuro y que no podían permitirse distraerse.

―Lorcan, estamos aquí por una razón importante. No podemos desviarnos por cada ruido extraño que escuchemos. Sigamos Adelante ― instó.

A regañadientes, Lorcan asintió y decidió confiar en la sabiduría de su amigo. Aunque su instinto le decía lo contrario, siguió caminando junto a Cassian, convenciéndose a sí mismo de que había sido sólo producto del cansancio o del bosque.

Ambos lobos continuaron su camino, pero el beta, no podía evitar sentir una inquietud persistente en su interior. Sabía que algo no estaba bien y que debían estar alerta ante cualquier posible amenaza que pudiera acechar en las sombras.

Los lobos continuaron caminando, y de repente, Lorcan volvió a escuchar el llanto y el grito escalofriante. Se detuvo una vez más, y sus ojos se clavaron en la hermosa doncella que estaba delante de él. Cassian siguió la mirada de su amigo y se sorprendió al verla también. Instintivamente, dio unos pasos hacia ella, pero el beta, lo detuvo con firmeza.

―No debemos interferir, Cassian ―advirtió Lorcan en tono serio ―Ella es una Banshee, y no debemos molestarla. Podría traer desgracia.

El alfa frunció el ceño, confundido por las palabras de Lorcan.

―¿Una Banshee? ¿Estás seguro?

Lorcan asintió con solemnidad.

―He escuchado ese grito antes, y siempre significa una tragedia inminente. No podemos arriesgarnos a interferir.

Aunque Cassian no estaba convencido de las supersticiones y creencias sobre las Banshees, no tenía intenciones de refutar a su amigo. Así que, asintió y decidió seguir adelante.

―Entonces vamos, no hay tiempo que perder.

Mientras continuaban su camino, Lorcan no podía apartar de su mente el desgarrador grito de la Banshee. Sabía que ese sonido era una advertencia de que alguien moriría pronto. La preocupación se reflejaba en su rostro, y su amigo notó su expresión preocupada.

―¿Qué te pasa ahora, por qué tienes esa cara?

―No se puede ignorar las advertencias de la Banshee ―dijo Lorcan con seriedad. ―No son solo supersticiones. Alguien está en peligro.

Cassian suspiró y puso una mano en el hombro de su amigo.

―Lorcan, entiendo tu preocupación, pero no podemos dejar que el miedo nos paralice. Hay que llegar cuanto antes al árbol sanador, es vital para proteger a nuestra manada.

Lorcan asintió, aunque seguía inquieto por la advertencia de la Banshee. Sabía que debían seguir adelante y cumplir con su misión, pero no podía evitar sentir un peso en su corazón, por lo que podría ocurrir en el futuro cercano.

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