EL PASADO DE LORCAN.
Cassian y Lorcan continuaron caminando, y la curiosidad sobre el pasado de su beta, comenzó a crecer en el alfa, asi que, se arriesgó a preguntar directamente por qué había abandonado a Daphne.
―Lorcan, ¿por qué abandonaste a Daphne?
En cuanto escuchó la pregunta de su amigo, Lorcan cambió su expresión, era un tema del cual no se sentía cómodo hablando. Sin embargo, había mantenido en la ignorancia a su amigo demasiado tiempo.
El beta suspiró y pareció perderse en sus pensamientos por un momento.
«―¡Tienes que creerme Lorcan, no sé qué pasó!
―¿No lo sabes? ―sonrió sin sonreír ―Pues yo lo veo claramente. ¡Pasaste toda la noche revolcándote con este infeliz!
―¡No… te lo ruego! Escúchame… ―Daphne suplico sosteniendo la sábana contra su cuerpo desnudo ―Te amo… lo sabes.
―¿Me amas? ―Lorcan dio un paso amenazante hacia ella ―Siendo así no me interesa el amor de una perra como tú.
Sus palabras se clavaron dentro de ella como una flecha envenenada. El beta miró al lobo que había pasado la noche con la que pensaba era su alma gemela. Era un alfa llamado Rubius, y para colmo de una manada rival. No entendía cómo Daphne había llegado a involucrarse con él. Pero las pruebas estaba frente a sus ojos, él podía sentir, el asqueroso olor de otro lobo en ella.
Sintiéndose dolido y humillado, dijo lo que para cualquier alma gemela podría lastimar en lo más profundo de su ser.
―Yo, Lorcan Alerón… ―su corazón bombeaba con violencia, las palabras estaban atascadas en su garganta, aun en ese momento no era capaz. Pero se obligó a serlo, se lo debía a su orgullo y a su apellido ―… te rechazo.»
Después de reflexionarlo, decidió que lo compartiría con su amigo, quizás hablar lo ayudará a mermar la rabia que fluía dentro de él, cada vez que recordaba ese día.
Finalmente, levantó la vista y respondió.
―Descubrí que me había traicionado. La encontré en la cama con el alfa de una manada rival.
Cassian se sorprendió por la revelación y a la vez, sintió compasión por su amigo. Sabía que, para un lobo, ser traicionado de esa manera por su alma gemela era extremadamente doloroso.
―Lamento mucho escuchar eso, Lorcan ―dijo con sinceridad ―Debe haber sido muy difícil para ti.
Lorcan asintió, con una mirada triste en sus ojos.
―Lo fue. ―sonrió burlón ― Pero estoy tratando de dejar eso en el pasado y seguir adelante. Lo malo es que no lo consigo.
Cassian sintió pena por su amigo. Sabía que no era fácil superar una traición tan profunda, pero estaba seguro de que Lorcan encontraría la fuerza para hacerlo.
―Lo entiendo ― dijo con comprensión. ―Pero no pierdas la esperanza en el amor. No todas las mujeres son iguales, y estoy seguro de que encontrarás a alguien que te haga feliz. Has pasado demasiado tiempo solo.
Lorcan sonrió débilmente.
―No me molesta estarlo. ―mintió, porque en el fondo él también anhelaba una familia. Solo que no era capaz de amar a nadie más que a Daphne. Ella era su maldición.
―¡Nos han superado! ¡Retirada!
Los elfos oscuros se retiraron, temerosos de volver a enfrentarse a la furia implacable de los lobos. Los dos hombres volvieron a su forma humana, sin embargo, Lorcan había sido herido en la espalda, el veneno comenzaba a diseminarse por su cuerpo.
El cuerpo del beta se desplomó en el suelo y Cassian corrió a él a toda prisa.
―¡Lorcan! ―sostuvo la flecha con fuerza y la sacó de un tiro, luego miró el rostro de su amigo, quien lo miraba un poco desorientado ―¡Lorcan!
―Vete… ―murmuro ―… tienes que llegar…
―No. No voy a irme. ―dijo determinado alfa ―¿Puedes caminar? Las dríadas nos ayudarán.
―Siento que mi cuerpo pierde fuerza, Cassian… solo voy a ser una carga.
El corazón del alfa latía violentamente y una opresión comenzó a apoderarse de él. Lorcan era su amigo y más que eso, un hermano, no quería perderlo. Rompió la camisa detrás de su espalda y vio que la herida había comenzado a ennegrecerse. El veneno usado por los elfos oscuros era muy poderoso. Sin embargo, no iba a dejarlo morir.
―¡Lorcan, no voy a dejarte! Tienes que ayudarme, tienes que ponerte en pie, estamos cerca.
Pero el beta se hacía más débil a cada segundo. El alfa apretó los labios en una fina línea y reunió toda su fuerza, cargó a su pesado amigo en el hombro. Si fuera necesario, caminaría con él. En el momento en el que Cassian hizo esto, el mundo se oscureció para Lorcan, y un nombre salió en forma de susurro de sus labios.
―Daphne…
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