EN BUSCA DEL ESPEJO MÁGICO.
Cassian, Aylin, Sebastián y Lorcan avanzaban por el oscuro y frío castillo del antiguo Rey Nórdico, guiados por dos hombres vampiros enviados por Morana. Los vampiros les habían advertido sobre los secuaces de Lestat, quienes eran ágiles y atacaban con agresividad. Todos se prepararon para enfrentarlos, excepto Aylin.
Cassian se preocupó por ella.
―Mantente cerca de mí.
Ella asintió y sujetó su mano.
Lorcan quien iba detrás de ellos, maldijo y se apretó con fuerza el abrigo, sus ojos miraban en todas las direcciones, alerta ante cualquier peligro.
De repente, escucharon ruidos y risas malvadas, lo que hizo que se detuvieran en seco. Los cuatro se prepararon para cualquier ataque, pero no lograron ver a nadie.
Finalmente, llegaron a un pasillo largo, oscuro y siniestro, Cassian tomó la iniciativa y lideró el camino, seguido de cerca por los demás. Mientras avanzaban, los ruidos y las risas malvadas se hicieron más fuertes. Sabían que estaban cerca de su objetivo, pero también sabían que el peligro estaba acechando en cada esquina.
De repente, varios hombres con colmillos alargados y ojos brillantes gruñeron y comenzaron a rodearlos. Cassian se posicionó en frente de Aylin, protegiéndola con su cuerpo. Sebastián y Lorcan también se prepararon para el combate. Los secuaces de Lestat se acercaron cada vez más, mostrando sus dientes afilados y sus ojos llenos de maldad.
― ¡Prepárense! Aylin, no te alejes de mí. ―ordeno Cassian.
― Estoy listo para lo que sea. ―respondió Sebastián mientras su cuerpo se transformaba en un lobo gigante.
― ¡Vengan, malditos! Estoy ansioso por acabar con ustedes. ―termino Lorcan quien también hizo su transformación.
Aylin se mantuvo cerca de Cassian, sintiendo su protección a su alrededor. Pero de repente, sintió una extraña fuerza despertar dentro de ella. Sus ojos se volvieron amarillos y sus colmillos finalmente afloraron.
Con una fuerza diferente fluyendo dentro de ella y un rugido ensordecedor, Aylin se unió a la pelea.
― ¡Voy a terminar con ustedes, asquerosos vampiros!
Cassian se comunicó telepáticamente.
― Aylin, ¿qué está pasando?
― No lo sé, pero siento que puedo hacer esto.
Cassian dio el primer golpe, lanzándose hacia uno de los secuaces con un movimiento rápido y preciso. Los demás siguieron su ejemplo, luchando con todas sus fuerzas contra los secuaces que los rodeaban. Aylin se unió a la lucha, sus movimientos eran rápidos y precisos, sorprendiendo a todos.
Sebastián miró a su amiga asombrado.
―¿Qué está pasando con ella?
― ¡No importa! ¡Solo mata a estos desgraciados! ―respondió Lorcan mientras mordía el cuello de uno de ellos.
La lucha fue intensa y sangrienta, pero lograron vencer a los hombres de Lestat.
Cassian se acercó a su mujer preocupado.
― ¿Estás bien, Aylin?
― Sí, no sé lo que pasó. ―respondió mientras aún temblaba de la impresión ― Pero creo que el momento está cerca, ¿verdad?
― Eso fue impresionante, Aylin. Nunca había visto algo así. ―dijo Lorcan regresando a la forma humana.
Sebastián se acercó y le sonrió a su amiga.
― Bien hecho, Aylin. Pero ahora, deberíamos seguir adelante. No sabemos cuánto tiempo tenemos antes de que Lestat descubra que estamos aquí.
― Tienen razón. Sigamos adelante y encontremos a Rowan. ―dijo Cassian y sujetó nuevamente la mano de su esposa.
Abrieron la puerta del antiguo estudio, que parecía más bien una biblioteca, estaba lleno de libros antiguos y estatuas no muy agradables.
Cassian miró alrededor, buscando un espejo. Sebastián hizo lo mismo, los demás también se pusieron manos a la obra. Casi diez minutos después no encontraron nada. Lorcan fue el primero en hablar.
―¿Esa amiga tuya no pudo decirte dónde estaba?
Sebastián lo ignoró y continuó buscando detrás de cada cuadro.
―¿Me estás escuchando?
―Por supuesto que sí, Lorcan. Solo que no estoy interesado en iniciar una pelea contigo.
El beta resopló.
―Pues creo que la tonta de tu amiga…
Su pecho subía y bajaba con rapidez y sus ojos se tornaron amarillos. Todos los hombres tragaron un poco.
―Lo… lamento Aylin ―Sebastián fue el primero.
―Yo también lo siento, tienes razón. ―lo siguió Lorcan.
Cassian pretendió hacerse el tonto, sin embargo, Aylin alzo una ceja y espero su disculpa.
―Yo también lo siento amorcito.
―Chicos, tenemos que encontrar ese espejo ―dijo suavemente ―Mi bebe está con ese infeliz y…
Cassian fue en unos pocos pasos y la abrazo.
―Ya mi amor, lo vamos a encontrar, te lo prometo.
―Sí, Aylin, Rowan es fuerte. ―secundo Sebastián.
Lorcan que había visto un extraño cuadro. Se acercó y lo miró fijamente, la pintura era de un paisaje sombrío y frío, y casualmente era el de un castillo en lo más alto de una montaña. Lo curioso de la pintura, era que parecía viva.
―Chicos, vengan a ver esto.
Todos fueron a él de inmediato.
―¿Qué pasa?
―¿Lo ven?
―¿Qué hay que ver Lorcan? ―pregunto ansioso Cassian.
―La nieve está cayendo de verdad.
Aylin se acercó lentamente y lo vio. Pequeños copos de nieve caían del cielo. De repente extendió su mano para tocar la pintura, y cuando lo hizo esta la atravesó, sin embargo, un segundo después su cuerpo fue succionado y desapareció.
Cassian se sorprendió al principio, sus ojos miraban fijamente la pintura que se había tragado a su mujer, y un momento después, gritó lleno de miedo.
―¡Aylin! ¡Aylin!
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