—Sería un placer para mí, Donatella —miré a mi hermana con los ojos abiertos.
—Será un evento benéfico, tipo subasta, entonces tienes que modelar la ropa perfectamente para que se vea bella y la compren —di saltitos de felicidad. Modelaría para Donatella Versace—. Después habrá un after party, así que espero ver a todos los Carlson ahí.
—Claro que sí, estamos todos felices por la invitación. Muchas gracias, Donatella.
—Perfecto, nos vemos —iba a colgar, pero volvió a hablar—. Y no lo olvides, es con pareja.
Eso no me lo había dicho
Corté la llamada y grité de felicidad. Camilla me abrazó mientras gritaba también.
—¡Dios! ¡Va a desfilar para Donatella Versace! —mamá gritó igual o más emocionada que yo.
—Estamos todos invitados —me senté nuevamente en el sofá—. Ah, y es con pareja.
—Camilla puede ir con el hijo de los Rudolphy —Camilla asintió, él era hijo de un empresario amigo de mi padre y amigo de mi hermana también—. Y tú... bueno, no sé en realidad. ¿Tienes alguna idea?
Tiré mi cuerpo para atrás con los brazos cruzados contestando con un no.
—¿Ryan O'prey? —negué esfumando a mamá con la mirada.
—¿Will Mavor?
—Ni loca.
—¿Justin Allan?
—Agh, claro que no.
Andreus pasó por el pasillo yendo a la cocina; mamá y Camilla se miraron con una sonrisa traviesa al verlo.
No, no
—¡Andreus Davis! —gritaron a la vez logrando que mi cabeza retumbara.
El chico llegó hacia nosotras con el ceño fruncido.
—¿Pasa algo?
—No, tranquilo. Mi familia está un poquitín loca —le respondí encogiéndome de hombros.
—Sí, en realidad pasa algo —mamá se acercó a él y puso su mano en el hombro del chico mientras que con la otra me apuntaba—. Alyssa necesita pedirte un favor tremendo.
Me puse de pie y me acerqué a él también para empujarlo levemente intentando que se fuera.
—No te preocupes, no necesito nada. No te quitamos más tiempo, debes estar muy ocupado.
—No, en realidad no estoy ocupado.
—Sí, si lo estás —le di una sonrisa forzada.
—Alyssa tiene un evento muy importante pasado mañana, ¿te gustaría ser su pareja? —mamá subió y bajó sus cejas.
—¡Dios, mamá! Viste los rumores que hay en TMZ, ¡si nos ven juntos van a confirmar que Andreus y yo somos pareja!
—Espera, ¿dijeron eso? No tenía ni idea —el chico rió como si fuera lo más gracioso del mundo.
—Cállate tonto.
—Alyssa —recibí una mirada reprobatoria de mi madre—. ¿Y? ¿Quieres ser su acompañante?
—Claro, yo encantado.
NARRA MIKKEL:
Shay entró a mi oficina moviendo las caderas exageradamente. Fruncí el ceño al ver que llevaba puesto un vestido verde con un escote demasiado pronunciado.
—Ya te he dicho que debes ponerte vestidos más formales, Shay —dije cansado. Es vigésima vez que le digo lo mismo.
—Yo sé que sólo te haces el tonto, está claro que te gustan.
Se acercó a mí y se sentó en mi escritorio. Quitó su tacón y llevó su pie a mi entrepierna.
—Hey, no me hables así —saqué su pie y seguí tecleando en mi computador—. ¿Necesitas algo?
—¿Desde cuándo eres tan aburrido? —tomó un mechón de su pelo y jugó con él mientras bufaba—. Donatella Versace te invitó a un evento benéfico. Será un desfile de ropa donde los invitados podrán comprar lo que llevan las modelos y todo lo recaudado será para fundaciones de niños con cáncer. Es en parejas, después habrá un after party.
—No Mikkel, no puedo decírtelo, eso es confidencial —se cruzó de brazos mirándome con los ojos entrecerrados—. ¿Estás celoso?
—Qué dices —puse los ojos en blanco y caminé al bar para pedir una cerveza. Me senté en uno de los taburetes viendo de reojo a Ardat.
—No te preocupes por lo que puedan estar haciendo ahí, nosotras no estamos obligadas a hacer nada sexual con los clientes, sólo bailamos frente a ellos y ya está.
—Y si ustedes quisieran...
—Si nosotras tuviéramos ganas de tener algo con los clientes podríamos hacerlo, pero te aseguro que Alyssa no está haciendo nada más que lo que debe hacer, bailar.
Asentí mientras llevaba mi mirada a la tela roja. Tomé la botella y le di un sorbo.
¿Cuánto tiempo más estará ahí dentro?
Estoy tentado con preguntarle quién es el chico del aeropuerto, pero creo que me vería ridículo haciendo esa pregunta.
—¿Te gusta? —Ardat preguntó. Me encogí de hombros y suspiré.
—No lo sé en realidad.
La cortina se abrió y de ella salieron unas piernas kilométricas de infarto con unos tacones negros más altos que la Torre de Shanghái. Llevaba una lencería lila de encaje y una sonrisa de oreja a oreja.
Al parecer disfruta bastante hacer bailes privados
Me miró con las cejas alzadas y comenzó a caminar hacia nosotros moviendo sus caderas de forma sensual.
—Días sin verte, pensé que ya me había librado de ti —me quitó la botella de las manos y puso sus labios en ella para tomarse en segundos todo el líquido que quedaba.
—No, cómo se te ocurre. Sé que ya no podrías vivir sin mí, no te quiero hacer sufrir de esa manera —hablé. Sonrió mientras negaba y me miró mordiéndose el labio inferior sin decir nada.
Estaba disfrutando bastante su mirada y como de vez en cuando la llevaba hacia mis labios.
—Parece que me extrañaste —murmuré. Puse mi mano en su cintura y la acerqué a mí sintiendo como Ardat se iba para dejarnos solos.
Llevó su mano hacia mis labios y los acarició con sus nudillos por unos segundos antes de acercarse a mí quedando solo a centímetros de distancia.
—No te creas tan importante, honey
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