Capítulo treinta y nueve
El carro se estaciona cerca de la manada principal, la madre de ojos azules rápidamente se baja del auto e imito su acto, mis pies descalzos tocan la tierra y un escalofrío sube por mi espalda —Andrews, busca a Alonso y encuéntrenos, también infórmale de nuestra ubicación a Wade y Amir.
Se transforma y corre bosque adentro —Irina —la señora Elizabeth hace lo mismo y entiendo la situación.
Dejo que Orain salga y sigo su paso como puedo, rápido visualizo a la señora Sara a unos metros de nosotras y salta una gran brecha, el miedo se apodera de mis patas y bajo la velocidad.
Irina, no es momento de tener miedo. ¿Quieres que maten a nuestros cachorros?*
No.
Apresuro el paso y doy un gran brinco en la orilla, caigo al otro lado sin un rasguño y sigo a las dos esquivando árboles y ramas caídas, la profundidad del inmenso bosque se siente abrumadora y mi respiración se acelera, me detengo en seco cuando escucho el llanto de Kayla y busco la dirección de donde proviene.
A la izquierda, detrás de todo ese matorral.
Desvío mis pasos y el llanto cada vez se hace más fuerte, brinco los arbustos y de primer plano veo a mi hija llorar entre las húmedas hojas, me transformo y la recojo del suelo, mi corazón da un vuelco al verla toda sucia y con lágrimas por sus mejillas rosadas de tanto llorar, escucho la voz de una de las putas gritar y apego a Kayla a mi pecho—Mordió el anzuelo —un gran grupo de personas corren hacia mí y me rodean.
Mi corazón late desenfrenado y miro a todos y cada uno de los presentes, mis ojos se detienen en Tina quien carga a Elián en sus brazos y me observa de arriba abajo con asco, mi labio inferior tiembla y mi pecho se estruja —Tina… ¿Tin, qué haces? ¿Qué haces con ellos?
—¿Te alegra verme? Parece que no.
—Tin… ¿Tina por qué haces esto? —me arrebatan a Kayla de los brazos y empieza a llorar nuevamente, mis manos son atadas y me empujan al lodo.
La madre de ojos azules llega y se coloca en posición de ataque, Elizabeth hace lo mismo dos pasos atrás y gruñe.
—Pero mira que tenemos aquí. La luna y la acompañante del beta, sin mencionar que también está la futura luna. Que bueno que llegaron porque esto acaba de comenzar y ustedes son fundamentales para nosotros —escucho una sonrisa cínica detrás de mí —ya tengo a toda la familia reunida —un señor alto de cabello castaño, piel blanca y un traje gris reluciente pasa a mi lado. —Que bueno, Tina, que te hayas unido a nosotros, puedes tomar venganza de tu hermana cuando quieras —alza mi barbilla —aunque pensándolo bien, mejor la convierto en una de mis mujeres —lo veo con repulsión y escupo sus zapatos.
Sus pies impactan de lleno con mi cara y caigo al suelo —¿Quién es usted? —limpio la sangre que baja de mi cabeza por mi cachete con mi hombro.
Ríe —Soy el abuelo del chico que mataron en su manada como un perro en la mazmorra.
Junto mis cejas y sonrío —igual era un perro.
Patea mi estómago con fuerza y siento un dolor en mi bajo abdomen —con que te sobran chistes, veamos si ahora los tendrás —me jala de cabello y me estrella de lleno contra una piedra —tortúrenla, pero no la maten, déjenle eso a Tin —mi cuerpo comienza a recibir todo tipo de golpes y cierro mis ojos aguantando el dolor.
—Déjala, no le hagas nada, ¿qué quieres? ¿Poder? ¿Dinero para poder formar una manada? —escucho a la madre de ojos azules y mi vista viaja a Tina.
¿Por qué, Tina?
—Todo eso me basta y sobra. Atraparlos a ustedes fue tan fácil. Primero implemente bases cerca, luego hice que me notarán y que mis hijas fueran hechizadas para que fueran reconocidas como mates del chiquillo ese, después de saber todos sus movimientos cerca implemente un plan para que la familia se separara y fuese más fácil atraparlos y aquí están. Solo es cuestión de minutos para que los Alpha ineptos lleguen y se vean atrapados —gira hacia Tina —deberíamos matar a la futura luna, Tin—ella le tiende a Elián a una de las castañas y se acerca a mí.
—Con su permiso, me gustaría torturarla un poco, pero no enfrente de los bebés.
—Sí, sí, haz lo que sea, pero mátala. Quiero que ese tal Amir sufra desde ya—el viejo sonríe victorioso.
Tina me levanta y me empuja considerablemente detrás de los árboles, sus ojos me enfocan y desata mis manos, me mira fijamente —estoy de tu parte, lo estoy, hay que salvar a Yannick y Zuani que están en una cabaña cerca de aquí.
Me lanzo contra ella y soy estrellada contra un árbol, me incorporo y corro nuevamente para volver a ser estrellada —Olvídalo, no tienes oportunidad.
—¿Quién dijo que no? —escucho su voz —Yo Amir Dhall…—camina hacia ellas y estás abren sus ojos como platos—las rechazo a…
Es ahora o nunca.
Me lanzo de lleno con Tina y resguardo a Zuani y Elián, por detrás la señora Sara se tira contra ellas en su forma humana y las agarra de la cabeza.
—Esto es por maldecir a mi hijo —las tumba al suelo y las inmoviliza —y esto es por meterse con nuestra familia —me mira —Irina, ¿nos harías los honores? —me apresuro y veo sus ojos aterrorizados.
Ahora quien tiene miedo.
Paso mis afiladas uñas por su rostro y desfiguro su cuerpo, los gritos de ambas suenan por todo el bosque y rápidamente se incorporan grupos de la manada alrededor de nosotros, saco la cabeza de una y veo a la otra con asco, piso su cabeza y lo último que escucho es como su cráneo suena al ser reventado por mi pata.
Vuelvo a mi forma humana y todos me miran como si fuese un bicho raro, me aproximo a mis hijos y los examino, tomo a Zuani y Kayla entre mis brazos y ambas se calman al sentirme.
—Eres una híbrida —escucho a Amir susurrar y lo volteo a ver, su mirada poco a poco se apaga y cae de lleno contra el suelo.
Mi corazón late fuerte y mi cabeza empieza a dar vueltas, me quitan a las niñas de los brazos y antes de caer escucho gritos de un lado para otro.
—RÁPIDO, ELLOS NO PUEDEN MORIR.
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