ENTRÉGATE romance Capítulo 15

Violeta despertó entre mimos y besos de Mikhail, aunque su cuerpo estaba aún agotado, sentía que había logrado descansar muchísimo. Abrió los ojos y sonrió, abrazándo a Mikhail lo atrajo hacia su cuerpo.

—Buenos días, muñeca mía.

—Buen día, mi amor. ¿Dormiste bien?— le preguntó acariciando su cabello.

—Dormí muy bien—respondió él — basta con saber que dormí a tu lado para entender que tuve buena noche.

—Yo dormí deliciosamente— lo estrechó con fuerza— sentí tus brazos rodeándome toda la noche.

—No quería soltarte— le dijo él.

—Lo siento tanto, mi amor— él se alejó para mirarla con el ceño fruncido, sin comprender claramente a qué se refería ella.

—No lo entiendo, Violeta.

—Estos días han Sido de estrés, angustia, preocupación, lamento tenerte tan descuidado— besó su frente.

—Tu nunca me descuidas— la miró directamente a los ojos— no te preocupes, ya vendrán días mejores, en cuánto Olivia y Jarvis estén aquí, con nosotros y podamos estar tranquilos todos.

—Gracias por apoyarme Mikhail, no tienes una idea de cuánto significa para mí.

—¿Cómo podría menos que eso?, ¿cómo podría no apoyarte, mi amor?, todo mejorará, lo prometo.— ella lo abrazó, acariciando su espalda, haciéndolo estremecer.

—Si quieres. . . — comenzó a decir a la vez que besaba su cuello.

—Quiero, siempre quiero— suspiró — pero debo decir a mi pesar que deberíamos dejarlo para luego, pasan de las siete, deberíamos alistarnos para ir a la clínica, y luego yo debo ir a la empresa.

—Bien— le respondió ella con una sonrisa.

Después del desayuno, ambos se marcharon a la clínica, Anouska los recibió con una enorme sonrisa.

—¿Lograste descansar, Violeta?

—Asi es, te lo agradezco mucho Anouska.

—Nada que agradecer. Ambos pasaron buena noche, le realizaron los chequeos a Olivia, el médico asegura que si sigue así pronto podrán quitarle el sedante.

—¿Y Jarvis?— preguntó ella.

—Yo estoy muy bien— respondió el aludido, desde la cama— en un par de días, estaré de alta, así que como ven, no hay motivos para preocuparse por mi.

—Es bueno saberlo— dijo Mikhail — daré la orden para que preparen una habitación en la mansión para ustedes, creo que lo mejor será una en la primera planta, mientras se recuperan del todo, ya luego podrán escoger una del segundo piso.

—¿Seguro que no representa un problema?— preguntó Jarvis apenado.

—Por supuesto que no. Nuestra casa, es también su casa— Violeta sonrió ampliamente.

—No veo la hora en la que podamos estar todos juntos y tranquilos.

Efectivamente un par de días después, Jarvis había sido dado de alta, aunque se negó a abandonar la clínica, y pasaba las horas junto a Olivia, animándola a recuperarse pronto.

Con el paso de los días, los estudios de Olivia daban mejores resultados, ella había recuperado color y ahora tenía una apariencia más saludable. Los médicos decidieron que era hora de retirar el sedante, el riesgo había pasado, sus heridas estaban sanando bien, y ya su vida no pendía de un hilo, con la suspensión del sedante, solo quedaba esperar.

Una nueva mañana había llegado, Olivia sintió su cuerpo muy pesado, los párpados parecían no querer responder a la órden de su cerebro, luchó internamente hasta que pudo abrir los ojos con bastante difícultad, sus ojos lucharon para adaptarse a la luz, sentía como si estuviese despertando de un largo sueño, además sentía la boca seca, una terrible sed la agobiaba, no reconocía el lugar y pronto sus ojos hicieron un reconocimiento del mismo. Movió su mano la sintió aprisionada y cuando logro girar la cabeza, se encontró con que Jarvis estaba sosteniendo su mano, mientras estaba evidentemente dormido, sentado en una cómoda silla y con la cabeza sobre la cama, seguramente su cuello dolería por la posición, un poco más allá, en un gran sofá, estaban Violeta y Mikhail, dormidos, sintió ganas de llorar, al ver a su prima nuevamente, eso significaba que estaba segura, se había librado de las garras de la muerte.

La lengua le pesaba, y le costaba un poco articular palabras.

—A. . .ag. . .agua. . .a. . . agua. . .agua— inmediatamente Jarvis abrió los ojos y no pudo ocultar la emoción al encontrarse con que su amada lo estaba mirando, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¡Oh por Dios, estás despierta!— de puso en pie y la miró agradecido, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas—¡Estás despierta!— su expresión de alegría alertó a Violeta y Mikhail, quienes abrieron los ojos sobresaltados.

—Agua. . .agua. . . — repitió Olivia.

—¡OLIVIA, GRACIAS A DIOS!—gimió Violeta poniéndose en pie y corriendo hacia ella.

—Ire por agua y un doctor— dijo Mikhail, poniéndose en pie también, y sintiéndose agradecido de que Olivia despertara y su adorada Violeta pudiese al fin respirar en paz.

Si Violeta estaba bien, todo estaba bien.

Aparecieron médicos y enfermeras, quienes le dieron agua a la sedienta Olivia, para luego revisarla, asegurándose de sus signos vitales también revisaron su herida.

—¿Cómo está, Doctor?— preguntó Jarvis, sintiéndose nervioso.

—¿Está bien?— quiso saber también Violeta. Olivia estaba en silencio, se sentía como adormecida. Mikhail, decidió guardar silencio.

—Si— Mikhail sonrió — El rostro de Violeta se ha iluminado de nuevo, sus ojos brillan y ha vuelto a sonreír. — el trío de mujeres lo miró y sin poder contenerse lo abrazaron en silencio. Era obvio lo mucho que amaba a Violeta.

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El médico se retiró dejándoles un poco de intimidad. Violeta tomó una mano de Olivia, mientras Jarvis tomó la otra.

—¿Estás bien?— preguntó él.

—¿Quieres más agua?— quiso saber Violeta, Olivia negó débilmente con un movimiento de su cabeza.

—Estoy tan. . . feliz de estar. . . aquí, con ustedes— su voz era un débil susurró— los amo. . . demasiado.

—Han Sido días horribles— dijo Violeta sonriendo— No sabes la enorme paz que se siente en este momento.

—Mi amor, mi Olivia — Jarvis se inclinó y depositó un beso en su mejilla— casi morimos de angustia. Estos han Sido por mucho, los peores días de toda mi vida. Primero creí que moría.

—Ya estamos juntos, de nuevo, mi amor— Olivia le sonrió con ternura— ¿Estamos en Rusia?— preguntó débilmente.

—Asi es — respondió Violeta — volamos a la isla para traerlos aquí, de manera que pudiesen tener una mejor asistencia médica.

—Fue Esteban. . . — dijo débilmente.

—Si, fue él — dijo Jarvis presionando los labios con fuerza.

—Lo único que importa ahora es que ambos están bien— Violeta se inclinó y besó la mejilla de su prima.

—Pero, Esteban. . .

—No debes preocuparte por eso ahora, mi amor— dijo Jarvis.

—Ya habrá tiempo de sobra para hablar de todo — aseguró Violeta — ahora lo único que debe preocuparte es descansar y recuperarte, de lo demás — su tono se endureció — de lo demás nos encargaremos después. Te lo prometo. — Olivia asintió con un movimiento de cabeza— ahora saldré y les daré un poco de intimidad.

—Gracias— dijo Jarvis, para luego verla marcharse. Cuando estuvieron solos, se giró hacia Olivia— creí que te perdería — su voz se quebró y sin evitarlo comenzó a llorar— no hubiese podido vivir sin tí, Olivia, me hubiese muerto de dolor— Sollozó.

—Estoy. . . bien, mi amor. . . estamos. . . juntos. Juntos y. . . vivos— sonrió débilmente.

—Asi es — sorbió por la nariz— juntos y vicos— dijo Jarvis ya e inclinó sobre ella, para besar su delicada boca.

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