Dos días más tarde, Violeta caminó en dirección al jardín, dónde Olivia estaba sentada junto a Lana.
—Buenos días — saludó sonriente.
—Buenos dias— respondieron ambas.
—¿Cómo te sientes hoy, cariño?— preguntó Violeta, besando la cabeza de su prima.
—Bastante bien, me ha costado una larga y lenta caminata llegar aquí, pero con ayuda de lana lo he conseguido.
—Increíble, ya lo verás como pronto, terminarás de recuperarte— le regaló una enorme sonrisa— ¿Dónde está Jarvis?
—En el despacho con Mikhail— sonrió Olivia— conversación de hombres, supongo.
—Eso es perfecto, así podremos tener conversación de mujeres— dijo y Olivia asintió, era claro que aquel momento llegaría, no tenía secretos para con Violeta y haberle ocultado su ubicación durante todo ese tiempo la había hecho sentir muy mal, había llegado el momento de contarle todo.
—Yo iré a preparar el medicamento de hoy y asegurarme de la dieta de mis tranquilos pacientes— dijo Lana sonriente poniéndose de pie— así podrán conversar a gusto. Si me necesitan, solo llámenme.
—Por su puesto Lana, muchas gracias.
—Gracias, Lana— añadió Olivia.
—Es un gusto, señoras— dijo sonriente, giró sobre sus talones y se marchó. Violeta tomó asiento frente a su prima y tomó una de sus manos dentro de las suyas.
—Olivia, estoy tan feliz de verte casi completamente recuperada, tuve tanto miedo de perderte — su voz se quebró y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Nunca podré agradecerte lo suficiente por haber ido por mí, estoy segura de que muy probablemente hubiese muerto de no ser así — la miró llena de agradecimiento.
—De haber sabido mucho antes, dónde estabas hubiese ido en tu búsqueda.
—Lo sé, es solo que pensábamos que estábamos haciendo bien, que habíamos logrado ocultarnos, pero no, Esteban terminó por encontrarnos.
—Tienen mucha suerte de que los disparos no hayan Sido en otro punto más crítico — aseguró Violeta.
—Asi es, pudo ser irremediable.
—Yo hubiese muerto de dolor— se le escaparon un par de lágrimas.
—No llores Violeta, estoy viva y estamos juntas ahora.
—Si, gracias al cielo. Olivia. . . quisiera saberlo todo, yo. . . no entiendo qué sucedió, en qué momento huiste con Jarvis, cuándo dejaste de amar a Esteban, qué rayos ocurrió con él. No entiendo nada.
—Es complicado, Violeta tu mejor que nadie sabes lo enamorada que estaba de Esteban, yo. . . conocerlo fue como encontrar un salvador, estaba feliz de poder librarnos del tío que cada día estaba más violento, Esteban con sus atenciones logró ganarse un espacio enorme en mi corazón. Pero no, no era un salvador Violeta, con el tiempo se convirtió en mi verdugo. Al inicio pensé que yo solo era un juego para él, una vez viajo a Italia y paso muchos días sin comunicarse llegué a pensar que me había abandonado, tu acabas de venir a vivir a Rusia, me sentía tan sola, entonces ocurrió algo, algo que noe atreví a decirte abiertamente por miedo a que Esteban lo descubriera de alguna manera.
—¿Qué cosa, Olivia?— la miró asustada.
—Engañé a Esteban— dijo Olivia avergonzada, Violeta la miró con ojos enormes.
—¿Estás hablando en serio, Olivia?
—Por supuesto.
—¿Con Jarvis?— quiso saber.
—Después de estar viviendo con él, comencé a descubrir cosas que no me gustaban, y el comenzó a golpearme— confesó.
—Es un animal, Olivia, aún sabiendo todo lo que habías vivido se atrevió a maltratarte.
—Así es. Fue horrible, Violeta, demasiado doloroso. Él estaba encantado de que lo acompañara a fiestas, pero lo único que quería era exhibir con una adquisición, como una especie de trofeo. Me llevó a una fiesta y todo terminó en una terrible tragedia, allí había un hombre; Silvano Morelli, el hombre estaba muy ebrio y me tocó, eso fué un detonante de la ira de Esteban, el quería desquitarse.
—¿Contigo?— preguntó asustada— ¡Pero si tú no tenías la culpa de nada!
—No solo conmigo, el hombre se llevó la peor parte. Nos fuimos de la fiesta y al llegar a casa me abofeteó, no paraba de decirme que yo había estado coqueteando con el hombre, le aseguré que no era cierto, pero él estaba lleno de odio y rabia. Fue horrible Violeta, porque le pedí que no me golpeara, que yo lo amaba, que solo era suya, de nadie más, pero el enojo le impedía creerme, y no hacía más que golpearme y tirar de mi cabello, le supliqué que tuviese piedad, que él no era así, fue cuando me dijo que no lo conocía, que yo no tenía idea de quién era realmente.
—Un monstruo, eso es lo que es— dijo Violeta enojada.
—Si, pero yo lo amaba, y en ese momento me di cuenta que estaba enamorada de alguien que no conocía. Esteban me dijo que me daría un castigo, que me enseñaría a respetarlo.
—En todo caso, el castigo lo merecía ese hombre, por tocarte.
—Eso fue horrible Violeta, me dijo que lo había mandado a asesinar y que así mismo mataría a cualquier hombre que me tocara, y que me mataría a mi también. Obviamente me horroricé, ante mis ojos, había pasado de ser un empresario para convertirse en un criminal, había asesinado a alguien.
—Debió ser horrible— Violeta la miró con dolor.
—Lo fue, fue espantoso, recordé que si el llegaba a descubrir mi encuentro con Gael, lo mataría, y me mataría a mi también. Pero cuando creí que ya había descargado su ira, llegó lo peor.
—¿Puede haber algo peor?— preguntó Violeta sorprendida.
—Si, si puede Violeta. Porque esa noche, Esteban Bellancinni, me violó — dijo con dolor a la vez que las lágrimas rodaban por sus mejillas.
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