—Oh Olivia, has pasado por tantas cosas horribles y yo aquí pensando que estabas muy bien, que estabas disfrutando de tu amor, que Esteban estaba cuidando de tí — le tomó ambas manos y la miró a través de lágrimas.
—Fue horrible Violeta, ni siquiera cuando viví con los tíos sufrí tanto. No me faltó alimento jamás, pero tuve golpes, malos tratos, abusos, era un ave atrapada en una jaula de oro, mientras un ser despiadado me vigilaba.
—Lo siento, tanto, perdóname por no darme cuenta que me necesitabas.
—¿Cómo podrías saberlo?, ahora estamos bien.
—Olivia. . . hay algo que no entiendo, si Jarvis se negaba a provocar la ira de Bellancinni, entonces, ¿Cómo decidieron escapar al fin?
—Esa no fue una decisión que tomaramos, fue una consecuencia, no hubo otra opción así que tuvimos que huir. Era escapar o morir.
—¿De qué hablas, Olivia?
—Todo comenzó con una infidelidad de Esteban, desperté una noche y no estaba en la cama, así que como tenía sed fui por un vaso con agua, cuando volvía a la habitación escuché gemido y él mandaba a callar a Rosetta, una de las chicas de servicio. Estaba tan enojada Violeta, aquello me dolía, quizás ya no lo amaba, pero me lastima a el orgullo, me tenía en su cama, era el único lugar donde nos llevábamos bien en todo, y aún así necesitaba de otras mujer. Me metí a la habitación y la mujer se sorprendió a verme.
—¿Y él?
—Actuo como si fuese lo más normal del mundo. ”Vuelve a la cama" eso fue lo que me dijo, yo estaba a punto de estallar, así que discutimos, y sin más marché, pensé que llegaría a la habitación detrás de mi, pero no fue así, me quedé toda la madrugada sobre el sofá que estaba cerca del ventanal, esperando, y llegó por la mañana, discutimos, lo ofendí, grité, maldije, y el comenzó a golpearme una y otra vez, ya no le importaba Violeta, ya me daba igual. Durante la noche quería tener sexo. . .
—¡Es un idiota!— gimió Violeta furiosa.
—Discutimos de nuevo, él estaba acostado así que me subí sobre él y puse una navaja en su garganta, le dije que si me tocaba lo mataría — Violeta la miró en silencio — discutimos de nuevo y se marchó, eso fue lo mejor, te lo juro Violeta, estaba dispuesta a todo, si Esteban hubiese insistido en tocarme, entonces yo le habría cortado la garganta— dijo sin siquiera dudar—Lo pensé mucho durante toda la noche, sola sobre la cama y mi mente solo me daba una solución; esa mañana desperté dispuesta a acabar con mi vida.
—¡NO, OLIVIA!—gimió Violeta aterrorizada, abrazándola con cuidad— No vuelvas a pensar en eso jamás. No puedes abandonarme, ¿Lo entiendes? no puedes.
—Tranquila, mi amor, no he vuelto a pensar en eso nuevamente, pero si esa vez, me sentía agobiada, perdida, desorientada, no encontraba una salida, no podía pedirte ayuda, pero no podía seguir soportando esa vida. Ese día estaba dispuesta a acabar con todo ese dolor y ese sufrimiento, con mi miserable vida y lo hubiese hecho, me animaba a reunir toda la fuerza necesaria, hasta que metí el cañón del arma en mi boca, y justo cuando estaba por tirar del gatillo, apareció él — sonrió — después de todo Jarvis había llegado para salvarme. Yo luchaba pidiéndole que me dejara morir en paz, que saltaría por la ventana, un balazo, cualquier cosa, pero estaba dispuesta a morir ese día — Violeta lloró, mientras la escuchaba en silencio— entonces Jarvis me confesó su amor, me aseguró que no soportaría perderme. Yo ya sabía que lo amaba, ya se lo había dicho, pero era él quién se negaba, allí viéndome enloquecida por mi deseo de morir, me confesó que me amaba muchísimo y no soportaría perderme. Me arrojé a sus brazos y lo besé, fue cuando entró Esteban.
—¡NO!—gimió Violeta cubriéndose el rostro.
—Ya te imaginarás, aquello se volvió un infierno, Jarvis intentaba explicar mientras Esteban lo golpeaba, lo tomaba del cuello y lo arrojaba contra la cama, quería matarlo, yo estaba desesperada, no sabía qué hacer, pero sabía que alertar a la seguridad, sellaría nuestras muertes, y yo quería morir, pero no que Jarvis muriese. Tome un jarrón y golpeé la cabeza de Esteban, el quedó inconsciente, entonces tomamos el bolso lleno de dinero y fingimos que Esteban me había dado permiso para salir de la isla, tomamos el yate y escapamos.
—Por Dios, que momento tan horrible y lleno de angustia.
—Nunca te hubiese traicionado, Olivia, nunca, aunque hubiese sabido tu ubicación, jamás la hubiese entregado a Esteban, ni aunque me arrancara la piel en el proceso.
—Lo se, cariño, aunque Jarvis quería tomar sus precauciones.
—No sabes lo que sufría cada vez que los invitaba a venir y ustedes me rechazaban. Era doloroso.
—Lo sé, y te ruego que me perdones— le regaló una tierna sonrisa— solo hacíamos las cosas de la manera que creíamos conveniente.
—Si.
—Y también estaba preocupada por ti, Violeta — le dijo mirándola a los ojos.
—¿Por mí?— Violeta parecía incrédula— ¿ Por qué?
—Por que Mikhail, al igual que Esteban, es de la mafia, tienen negocios juntos y en el fondo, siempre tenía miedo que al igual que yo, tu estuvieses obligada a mentir para preservar tu vida, me daba miedo que Mikhail, estuviese dándote una vida, como la que yo vivía junto a Esteban.
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