ENTRÉGATE romance Capítulo 24

Jarvis y Olivia, llegaron a la habitación en la cual entraron cuidadosamente, encontrándose con Lana sobre la cómoda, mientras organizaba algunos medicamentos.

—Oh— dijo mirándolos — pude haber ido por la señora.

—Estoy bien, realmente estoy muy recuperada, puedo caminar sola, que estén tan cuidadosamente pendiente de mí, me hace sentir un poco. . . inútil.

—No digas eso, amor mío — le acarició la mejilla— me encanta cuidar de ti.

—Si bien es cierto que casi está completamente recuperada, no es menos cierto que ningún cuidado está de más, estuvo usted acariciando las sombras de la muerte.

—Pero ahora estoy más viva que nunca— sonrió amablemente.

—Es testaruda— dijo con expresión sería Jarvis, pero sus ojos brillantes de emoción — descansaremos un poco, Lana. Puedes retirarte.

—Por supuesto — dijo seria — cualquier solicitud, no olviden llamarme.

—Gracias— dijeron ambos al mismo tiempo. Con cuidado, Jarvis la ayudó a acomodarse en la ámplia cama, luego tomo lugar junto a ella, Olivia se giró cuidadosamente y lo abrazó, él respondió a su tierno gesto y guardaron silencio largo rato, hasta que Jarvis decidió romperlo.

—Te amo, Olivia — le dijo en tono cariñoso. Olivia, sintió como esa preocupación se alojó en su pecho.

—Yo también te amo, y mucho, mi amor— depositó un tierno beso en su hombro— ¿Está todo bien?

—Si— le respondió él, girándose un poco para verla a los ojos—¿Por qué la pregunta?

—Porque llevas un par de días comportándote bastante extraño y eso comienza a preocuparme— acarició suavemente su pecho, haciendo pequeños círculos en él.

—¿Extraño?— Jarvis frunció el ceño.

—Si. . . pensativo, distraído, taciturno, comienzo a preocuparme realmente— dijo con sinceridad Olivia.

—No tienes absolutamente nada de qué preocuparte, amor mío.

—Por supuesto que sí— lo miró a los ojos, con su propia mirada cargada de angustia y turbación— sé que algo te está preocupando, que estás intentando solucionarlo dentro de tu cabeza y lo peor de todo. . . No quieres compartirlo conmigo.

—Amor mío. . .

—No Jarvis, no, somos una pareja, nos amamos, estamos en esto juntos, debemos apoyarnos incondicionalmente, si hay algo que te preocupa, quiero saberlo, no quiero que hayan secretos entre nosotros, no quiero que me ocultes nada, necesito que seas transparente. . . ¿Es sobre nosotros?, ¿sobre. . . la relación?— Jarvis frunció el ceño— ¿Es acaso que quieres terminar conmigo y no sabes cómo? — preguntó con voz temblorosa y ojos cargados de lágrimas.

—¡No, Olivia!— respondió él estrechándola más hacia su cuerpo. —¿Cómo se te puede ocurrir tal cosa?

—Se me ocurre porque no le dejas saber lo que sientes, lo que piensas, al no tener nada seguro, mi cerebro trabaja a sus anchas.

—Entonces asegúrate de que no lo haga— besó su frente — porque no te dejaría por nada del mundo, mi vida está irremediablemente atada a la tuya, mi felicidad, a tu amor, mi tranquilidad, a tus besos, mi seguridad, a tus brazos. Tu eres todo lo que siempre he querido, Olivia, y no te dejaría por nada. . . jamás, y quiero que siempre lo tengas presente, si yo tuviese que alejarme de tí, preferiría morir, mi amor, y no lo digo de forma metafórica.

—Tu sabes que yo te adoro, que te amo con toda mi alma, que solo estoy tranquila a tu lado. Entonces. . . necesito saber qué es lo que ocurre, mi amor. . . por favor— Jarvis suspiró pesadamente.

—Es Bellancinni — dijo rendido.

—¿Esteban?— preguntó ella con ojos enormes— ¿Que tiene que ver Esteban?, no lo comprendo.

—Últimamente he estado pensando mucho en él, Olivia, no paro de pensar en él.

—Y aún así dio la orden de asesinarme, hay algo que quiere más que a mí — aseguró.

—Eso está difícil de creer— la miró confundido— no tiene familia, ni seres querido, dudo siquiera que tenga corazón, nada con que hacerlo sufrir, nada que no seas tú.

—Te equivocas amor mío— acarició su mentón — Esteban ama su vida por encima de todo.

—Sigo sin comprender.

—No me refiero a su vida como tal, me refiero a su mundo, sus negocios, lo que más desea es un heredero, alguien que pueda seguir con su dinastía de terror y dolor, de sangre y sufrimiento, para él, ser el dirigente de una parte de la mafia siciliana lo es todo.

—¿Qué está tramando esa cabecita tuya, Olivia?— la miró fijamente y ella sonrió.

—Estoy planeando darle justamente dónde sé que le va a doler, que sufra un poco por todo lo que ha hecho al sentir que comienza a ser cercado, que su mundo se está derrumbando, que está por perderlo todo — sonrió — que se sienta amenazado.

—Mi amor, mi amor, no sé si esa sea una buena idea— la miró con temor— cercar a Bellancinni, hacerlo sentir amenazado solo lo llevará a actuar, es ponerlo en sobre aviso, no está en su naturaleza sentarse a sufrir por verse rodeado, no, él es una bestia, y las bestias atacan, se defienden con uñas y dientes.

—Lo sé — asintió— eso es lo mejor de todo sabemos cómo va a actuar, es predecible, sabemos que es cruel, sangriento pero sobretodo ansioso de poder, su mayor antesala a la muerte será ver cómo su imperio, la dinastía de los Bellancinni, esa que tanto ama y quiere proteger, se viene abajo como un castillo de naipes, y que terminará perdiendo todo lo que ha luchado en la vida.

—¿Y como haremos eso?— preguntó ceñudo— sé que quizás sea más entretenido, pero es un juego del gato y el ratón.

—Exacto, pero precisamente por eso, nos aseguraremos de tener las partidas ganadas. Le daremos forma a la idea en mi cabeza y con ayuda de Mikhail, le daremos un golpe bajo a Esteban, un golpe que jamás pensó recibir, al menos no de mano nuestra, un golpe del cual piense que no puede recuperarse.

—Bien— suspiró — cuéntame, qué estás pensando. . .

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ENTRÉGATE