Annika, Varenka y Anouska, los esperaban, por lo general ellos eran fríos y pocos afectuosos, sin embargo Violeta los había contagiado con su cultura cálida y cariñosa, por ello, los recibieron con fuertes abrazos.
—¡Qué alegría tenerlos en casa!— dijo la matriarca.
—Estamos muy feliz de venir— dijo Violeta.
—Al fin un día para la familia— dijo Anouska mirando a Mikhail— últimamente estás muy ocupado.
—Los negocios requieren atención— dijo seriamente.
—La familia también— intervino Violeta con una sonrisa, mirando al ruso— es por eso que hemos venido— Mikhail, asintió.
—Vamos al recibo, haré traer un poco de vodka, galletas, té— dijo la madre entusiasmada.
El ambiente era cálido, ellos la hacían sentir como una más de la familia, así que para Violeta no era difícil dejar salir su lado cariñoso, mostrarles cuán agradecida estaba de poder contar con ellos.
—Mikhail me ha dicho que piensa organizar una celebración para la familia— dijo Violeta entrelazando los dedos con su amado ruso— estoy ansiosa, y me gustaría ponerme a su entera disponibilidad para ayudarle en todo lo que necesite.
—Pensar organizar y tener casi listo, son sinónimos para mí madre— dijo Anouska cariñosamente.
—Anouska tiene razón— dijo Varenka divertida, tomando una galleta.
—De hecho, ya todo está listo— les dijo Annika— no debes preocuparte por nada querida, yo misma me he hecho cargo.
—Oh— dijo evidentemente sorprendida— me hubiese encantado ser de ayuda.
—El festejo es en tu honor, querida, no sería adecuado que tú organizadas la celebración, sin embargo, espero que la familia pueda reunirse más seguido, en consecuencia, necesitaré de tu ayuda más seguido.
—Sería todo un placer— dijo sonriendo.
El día junto a las Volkova, había sido maravilloso, como siempre, al salir de la mansión de Annika, Mikhail había recibido una llamada del club informándole que necesitaban de su presencia en el club, él se negó diciendo que sin importar lo que fuese tendría que esperar al día siguiente, ya que había de pasar el resto del día con su mujer. Violeta le insistió que podían pasar juntos al club, pero el se negó, ese era el momento solo para ellos. Aquello la hizo feliz, porque le demostró cuán importante era para él, Mikhail realmente valoraba el tiempo juntos así que aquella noche fue una explosión de amor y pasión en aquella habitación donde se demostraron mutuamente la inmensidad de sus emociones.
—Me gustaría tomar unas vacaciones a Hawai— le dijo acariciando el cabello dorado de Violeta.
—¿Hawai?— preguntó ilusionada— ¿ No es demasiado calor para un ruso?— preguntó burlona, mientras colocaba las manos en el masculino pecho para afincar allí su barbilla y mirarlo con el más enorme amor brillando en sus ojos.
—Soy un ruso que se adapta fácilmente— le acarició la mejilla— no existe un lugar en el mundo al que no iría por ti— la mano fue hasta su boca, acariciando suavemente el contorno del labio inferior— pero si no te apetece Hawai, entonces, Francia, Suecia, Australia, Dubai, escoge el destino, cualquier lugar del mundo, escoge un mapa y traza nuestra ruta, a dónde sea que quieras ir, iremos— le aseguró con una sonrisa.
—Unas vacaciones inolvidables.
—La mejor de todas— la atrajo hacia él, colocándola tendida sobre su cuerpo, mientras acariciaba la desnuda silueta femenina.
—Te amo demasiado, Mikhail— dijo con sinceridad tomando ambas mejillas masculinas y acariciándolo con adoración—no me faltes nunca, no sabría cómo seguir mi vida sin tí.
—Amor mío, no tengo planes de irme a ningún lado, y si por alguna fuerza mayor, debo irme, tú irás conmigo.
—Hasta el fin del mundo— le aseguró.
—Juntos, Hasta el fin del mundo— dijo él antes de comenzar a besarla.
Llegó un nuevo día, después de despedirse de Mikhail se fue directamente al salón, para hidratar y peinar su cabello, amaba que le hicieran esas ondas que la hacían sentir tan hermosa, Además cambió el hermoso diseño de sus uñas por uno nuevo, amaba estar bella para el ruso, luego de eso, volvió a casa, sintiéndose un poco aburrida y agotada se fue a la biblioteca por un libro para distraerse un poco.
La historia que estaba leyendo le causó mucha nostalgia, una pobre chica que vivía en desgracia, sumida en las peores penurias del mundo, sola, completamente sola, lo único que deseaba era poder tener unos padres. Un padre que la protegiera de todos lo que la lastimaban, una madre que le brindara su dulzura y todo su cariño, sintió dolor porque al igual que aquella chica ella tenía también esos deseos, sus padres, estaban vivos, si, pero ciertamente era como si desde sus dieciséis hubiesen estado ausentes, y antes de eso, tampoco podrían calificar como unos padres amorosos, responsables y atentos. Le dolía, le dolía terriblemente ese vacío de afecto que sus progenitores habían creado en ella, era su única hija, un ser que ellos crearon y trajeron al mundo, sentía que sus padres le habían fallado, ella se merecía más, mucho más de lo que había recibido de ello.
Sin siquiera imaginarlo, lágrimas se deslizaron por sus mejillas, y es que los dolorosos días junto a sus padres parecían tan lejanos, daban la impresión de haber sido vividos en otra vida. Agradecía infinitamente la llegada de Mikhail a su vida,.aquel ardiente ruso había llegado para salvarla de su miseria.
Tendió la mano, en busca de su celular, desbloqueó la pantalla y se quedó observando el artefacto, suspiró marcando un código internacional, seguido de un número telefónico, en cuanto la femenina voz respondió, Violeta cerró los ojos, sintiendo el dolor del pasado alojarse en su pecho.
—¿Hola?. . . ¿Hola?— insistía la voz de su dre, mientras ella luchaba por reunir el valor de responderle.
—Hola—suspiró— soy Violeta.
—¡Violeta!— la mujer gimió sorprendida, como si no hubiese esperado ni en mil años una llamada de su hija— ¡Oh Violeta!, ¿Cómo has estado?
—Muy bien, mi vida siempre marcha bien desde que me alejé de ustedes— no hubiese querido sonar tan dura pero sus palabras eran un evidente reproche.
—Lo siento tanto Violeta, hemos Sido los peores padres del mundo— su voz estaba cargada de tristeza, aún así ella no la contradijo, tenía razón, eran una padres terribles.
—Llamaba para. . . para. . .saber cómo están.
—Bueno. . . no diré mentiré diciendo que estamos bien, la verdad es que la hemos estado pasando muy mal. . . desde que esos hombres vinieron y destruyeron la mitad de la casa, todo ha ido empeorando— Violeta presionó la mandíbula con fuerza— estoy bastante enferma, todo esto me ha afectado mucho, hemos vendido todo lo que teníamos, yo no puedo trabajar por mi enfermedad, así que tu padre tuvo que tragarse su orgullo y salir a trabajar, dejamos de asistir al club, los amigos nos abandonaron, la casa se cae a pedazos. . . hemos quedado solos, esperando el día en el que el creador nos libre de la miseria.
—Si que han estado pasándola mal.
—Agua. . . Agua. . .
—Es natural que tenga sed, permítame— salió unos minutos para luego volver con una bandeja que contenía una jarra de vidrio con agua y un vaso. La mujer sirvió el refrescante líquido, hizo las maniobras necesarias para subir la cama, otorgándole una mejor posición para luego ayudarle a beber, conteniendo un gemido de dolor volvió a recargarse sobre las almohadas.
—Señorita, yo necesito saber de mi esposa— dijo débilmente.
—Lo sé, hace un par de días despertó histérico, debimos sedarlo, entiendo su preocupación pero debe intentar mantener la calma para recuperarse.
—Solo tendré calma cuando sepa de ella— su voz era débil y susurrada— por favor.
—De acuerdo, de acuerdo. Al igual que usted, la señora Helena debió ser operada de emergencia, sus heridas fueron más profundas y delicadas que las suyas— lo miró con intensidad.
—Ella. . . — sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Decir que está bien, sería mentir, su esposa está bastante delicada, se encuentra en terapia intensiva, lamentablemente en la isla no tenemos tan buenos recursos y tecnología como ella lo necesita, pero nos estamos esforzando por mantenerla con vida y que se recupere pronto. . . no mentiré, está delicada.
—Quiero verla— suplicó.
—De momento es imposible. . . y le ruego que guarde la compostura o nos veremos obligados a sedarlo nuevamente para obligarlo a recuperarse. Usted necesita recuperarse para brindarle apoyo a su esposa.afortunadame para usted, sus heridas aunque serías, fueron menos profundas y no comprometieron ningún órgano importante.
—¿Ella podría morir?— preguntó aterrorizado.
—No piense en eso ahora— le aconsejo la sería y profesional enfermera.
—Usted no lo entiende— las lágrimas bajaron por sus mejillas— yo no podría vivir sin ella, Olí. . . Helena es todo lo que tengo en éste mundo.
—Si sigue los cuidado quizás en un par de días le autoricen verla, mientras eso ocurre, sé que es difícil, pero tenga un poco de calma.
—Si ella necesita mejor atención, con más tecnología. . .debo hacer lo necesario.
—Señor. . .
—Necesito hacer una llamada— suplicó— se lo ruego, señorita. . . no puedo permitir que mi esposa muera sin haberlo dado todo por ella. Tenemos un familiar en Rusia, e suba figura importante que podrá trasladarla a los mejores lugares, con la mejor tecnología, y su prima, ella necesita saber que Helena está muy mal.
—Lo consultaré con el médico de guardia.
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