— Jacob no te preocupes, todo está bien, me he sentido bien, ¿Cómo van las cosas allá? — Preguntó Maya, no pensaba decirle lo que había pasado con Victor porque tenía miedo de que su hermano dejara todo lo que tenía que hacer para volver aquí. Además creía que si las cosas permanecían como hoy, podían llegar a funcionar.
— Me alegro de que estés bien, bueno te dejo, aún tengo algunas cosas que resolver, solo llame para ver cómo estabas, hablamos luego. — Se despidió Jacob colgando la llamada y cuando Maya estaba dejando el teléfono a un lado escuchó que tocaban la puerta.
— Pasen. — Dijo frunciendo el ceño confundida, porque los niños nunca tocaban antes de entrar, pero creía que solo podían ser ellos, ya que Victor debía haberse ido y venían a contarle como les fue, pero descubrió que estaba equivocada cuando lo vio a él entrar por la puerta. — ¿Qué estás haciendo aquí?
— Los niños están entretenidos con sus juguetes nuevos y yo vine a hablar contigo, no terminamos la conversación de ayer y creo que ya es hora de hacerlo, aclaremos todo de una vez Maya por favor. — Pidió Victor, no creía que ella lo pudiera perdonar, pero estaba decidido a intentarlo, porque anhelaba estar con ella y sus hijos. Quería que ella supiera la verdad de todo, que él siempre la ha amado.
— Esto no estaba en el trato. — Suspiró Maya, no podía entender porque él seguía insistiendo con todo esto, pero pensaba que quizás lo mejor era intentar aclararlo todo para ver si así, él ya paraba con esto.
— Lo sé, pero, ¿Puedes dejarme hablar? Quiero contarte algunas cosas. — Espetó Victor y Maya finalmente asintió ante su atenta mirada. — ¿Sabes que él secuestro de mi hermana prácticamente destruyó a mi familia? Fue un gran dolor en el corazón de todos nosotros, mi madre no parecía estar viva en ese entonces, yo no quería estarlo, ella era como una pequeña luz, la conociste, no podías estar con ella y no tener una sonrisa en tu rostro, perderla fue demasiado doloroso, casi nos destruye a todos.
— Lo sé, lo siento mucho. — Susurró Maya, ella no recordaba nada de esos días y sus padres tampoco le hablaban de eso, pero estando ya grande sabía que había sido terrible y se alegraba mucho de que ya ella estuviera junto a ellos de nuevo.
Victor asintió y se tensó, ahora venía lo más difícil, algo que prefería guardarse para siempre, pero que tenía que decir.
— Maya ese día en el que secuestraron a mi hermana, ella estaba en tu casa, quedándose a dormir contigo, tenían una pijamada y ese día los secuestradores no iban por ella, si no por ti. — Confesó Victor, con sus ojos llenos de dolor, le dolía en el alma tener que decirle esto a ella, había preferido antes dejarla atrás que decírselo, porque sentía que con la muerte de su hermana, nunca podrían ser felices, así no quisiera hacerlo, él la culparía siempre, pero el regreso de Aria lo había cambiado todo.
Maya lo quedó mirando desconcertada antes de empezar a negar con la cabeza, no entendía de que él hablaba, no tenía sentido, nadie había dicho nunca esto.
— No, no es posible, ellos iban por Violeta, no por mí, ¿Si no por qué no me llevarían? — Cuestionó ella confundida, pero con sus manos temblando y su corazón apretándose.
— Eso mismo me pregunté, tampoco tenía sentido para mí, pero vi la grabación de las cámaras de seguridad unos días antes de que hiciera que te alejaras, estás se suponía que no existían, se suponía que ellos las habían borrado, pero eso fue una mentira de tu padre, no quería que supiéramos la verdad, porque tenía miedo a que mi papá tomara repercusiones contra él, por lo que pasó.
— Estas mintiendo. — Acusó Maya mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse, con dolor en su corazón, esperaba que esto fuera una mentira de Victor, porque si no lo era, significaba que ella sería la culpable del sufrimiento de otra persona, de una pequeña niña inocente que no merecía algo tan horrible.
Pensaba que a pesar de todo él debería odiarla, porque después de hacer eso, lo merecía, había hecho sufrir a demasiadas personas y ni siquiera podía recordarlo, no podía creer como había podido ser tsn cruel en ese entonces.
— Porque te amo y tú solo eras una niña, estabas muy asustada, entraste en shock, no te culpes por eso, ya todo es parte del pasado muñequita, es hora de que dejemos atrás todo esto, pero para hacerlo te tenía que decir la verdad, siento mucho causarte este dolor. — Respondió Victor y la envolvió en sus brazos para calmarla, no quería seguir viéndola llorar, sentía que miles de agujas se clavaban en su corazón.
— Es que soy culpable, merezco sufrir, ¿Cómo pude hacer algo así? Entiendo porque me odiabas, lo lamento y lo siento mucho por tu hermana. — Sollozó Maya desconsolada.
— No mereces sufrir, ya está, es parte del pasado y Aria es muy feliz ahora, todo está bien, tienes que dejar esto atrás. — Le susurró Victor dándole palmaditas en la espalda.
— No puedo, no cuando hice algo tan terrible y ni siquiera puedo recordarlo, supongo que lo olvidé porque sabía que hice algo muy malo, viví todo este tiempo una vida feliz sin saber eso, cuando ella debía estar sufriendo en mi lugar. — Murmuró Maya entre sollozos, tenía mucho dolor por lo que hizo, por causar tanto dolor a una niña menor que ella y a su familia, al hombre que amaba.
— Escúchame bien, ni tú ni ella debían estar sufriendo, esos bastardos son los únicos que deberían haber sufrido, no ustedes. — Espetó Victor abrazándola con más fuerza, ya no soportaba el dolor en su corazón por verla tan destrozada y comenzaba a sentirse terriblemente arrepentido de revisarle la verdad, porque ella ahora estaba sufriendo mucho.
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