Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 13

Mia suspiró en la cama buscando el cuerpo de Jacob sin abrir los ojos al despertarse, pero al darse cuenta de que él ya no estaba en la cama abrió los ojos, un poco abatida y solo al darse cuenta de que en la mesita de noche había una rosa y una nota sonrió.

“Te veías preciosa durmiendo y parecías muy cansada, por eso no quise despertarte, hoy tengo algunos asuntos importantes y estaré todo el día ocupado, nos vemos en la noche.” Le había escrito y aunque no decía nada realmente especial, ella si lo sentía así, solo por el hecho de que él se había tomado la molestia de dejarle la nota, de escribir esto para ella y dejarla junto a una rosa, eso le daba calidez a su corazón.

Mía llevó la rosa a su nariz y disfrutó de su aroma para luego levantarse, dándose cuenta que efectivamente ya era casi la hora del almuerzo, así que después de darse una ducha y vestirse se dispuso a bajar las escaleras para encontrarse con Meryl en el comedor.

Después de que comieron juntas, Meryl volvió a su habitación, como habitualmente lo hacía, porque prefería pasar casi todo su tiempo sola y Mia se sentó en el sofá, pensando en que de nuevo no le había dicho nada a Jacob, quería hacerlo, pero ayer se había dejado llevar por sus besos y hoy se había levantado demasiado tarde, así que decidió que cuando él llegara no perdería más tiempo y le diría, no quería que Rosa siguiera sufriendo por más tiempo, estaba muy preocupada, pero unos minutos después su teléfono sonó y al ver de quién provenía la llamada, tembló.

— Señorita, por favor ayúdeme se lo suplico, lo que me están haciendo me duele mucho, por favor tenga misericordia de mí. — Sollozó Rosa al otro lado y toda la cara de Mia perdió su sangre, sintiendo que una enorme piedra le oprimía el pecho, impidiéndole respirar.

Cuando atendió la llamada, pensó que sería su padre para apresurarla o decirle que quería que hiciera otra cosa, pero la realidad había sido más cruel, rompiendo su corazón al saber que Rosa estaba sufriendo más de lo que pensaba.

— Lamento mucho lo que estas pasando por mi culpa Rosa, te ayudaré, te voy a sacar de ahí. — Dijo Mia con un enorme nudo en su garganta, tratando de aguantar sus ganas de llorar.

— Necesito que lo hagas ya mismo, si no quieres que la mate, estoy cansado de esperar. — Rugió Elijah, haciendo que Mia se estremeciera.

— La oficina de él está cerrada, voy a necesitar más tiempo, dame hasta mañana, me habías dicho tres días, estoy buscando la forma de hacerlo sin que nadie se de cuenta. — Mintió Mia, tratando de ganar más tiempo para poder contarle a Jacob lo que sucedía.

— No me importa lo que tengas que hacer, pero más vale que lo hayas hecho en media hora o Rosa va a morir quemada, en unos minutos comenzaré a rociar gasolina en su cuerpo, depende de ti que no le prenda fuego. — Amenazó Elijah, necesitaba que ella hiciera esto de inmediato porque las cosas se estaban saliendo de control.

— Papá, pero es que…

— Tienes media hora, si no lo haces, ya puedes imaginar lo que va a pasar, su muerte será tu culpa. — Advirtió Elijah antes de colgar la llamada.

Mia miró el teléfono y sus lágrimas comenzaron a caer, llena de desesperación y comenzó a llamar a Jacob, pero una vez más él no respondió, su teléfono sonaba apagado y al darse cuenta de esto su estómago cayó.

— Si que lo hiciste bien, me supiste engañar con tu fingida inocencia, eres una buena actriz. — Masculló Jacob, estaba furioso con ella y sobre todo con él mismo, por los sentimientos que había empezado a tener por ella, porque ahora se sentía devastado al saber que ella solo había estado jugando con él, buscando el momento perfecto para traicionarlo.

En la mañana cuando despertó lo primero que recibió fue una llamada de Dean, contándole lo que había sucedido ayer y que tenía sospechas sobre ella, a él también se le hizo extraño esto y aunque no quería desconfiar de ella cuando le había entregado su primera vez, después de haber sido su primer hombre, en este negocio había que tener demasiado cuidado, así que ideó un plan, solo para asegurarse de que ella no estuviera haciendo nada mal, dándole un supuesto acceso a lo que creían que ella quería y puso una cámara para ver si de verdad se atrevería.

Esperaba con todo su corazón que no lo hiciera, que no intentará entrar a su oficina o que si lo hacía no hiciera nada malo, porque no quería tener que alejarse de ella, pero al ver la grabación de la cámara y verla meter una especie de pendrive en su computadora, sabía que ya no había vuelta atrás, que su destino no era estar juntos.

Al verlo así Mia supo que él ya sabía lo que hizo, no entendía como, pero por la forma en la que la miraba y sus palabras era claro que ya lo sabía y su corazón tembló, desgarrándose por el dolor, porque podía ver en su mirada que él no la perdonaría.

— Yo.. yo no estaba…— Tartamudeo, quería decirle que no estaba fingiendo ser inocente ni actuando, que ella no quiso hacer eso, que se vio obligada, pero, ¿De que serviría? Ella igual lo había traicionado después de todo y sabía que eso era algo que en este negocio no se perdonaba, porque lo más valorado era la lealtad y ella no la había tenido hacía él que era su esposo.

— ¿No estabas que? ¿Ahora tienes miedo después de verte descubierta? Pudiste causar que todo mi mundo se hiciera pedazos y no te importó, pero ahora estás temblando y finges estar triste, que irónico. — Espetó Jacob con una sonrisa, pero está no era natural, no había ni un poco de alegría ni sinceridad en ella, no había humor, solo rabia y dolor. — Creo que tal vez debería matarte, para que sepas lo que está prohibido, para que sepas que no puedes traicionar al hombre con quién vives, con quién estás jodidamente casada. — Rugió y sacó el arma detrás de él para apuntarla, tenía mucha rabia en su interior porque creía que había sido un idiota al dejarse engañar por ella, sentía que la odiaba con todo su corazón.

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