Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 24

Ya había transcurrido una semana desde su beso con Lucien y aunque Aria aún no le daba una respuesta oficial sobre su relación, si habían estado siendo más cercanos y se habían estado besando mucho, solo que ella no se sentía lista para nada más y Lucien como todo un caballero la había estado respetando y esperando que ella tomara su decisión.

Aria se sentía muy bien junto a él, le encantaba su cercanía, sus besos, la manera en que él la trataba, pero aún el miedo de volver a salir lastimada estaba demasiado presente en ella y eso no le permitía darle una respuesta positiva acerca de ellos a Lucien.

— ¿Ya estás lista? Max te ira a llevar y después pasará por ti. — Dijo Lucien al entrar a la habitación.

— Si, ya estoy lista, tengo muchas ganas de ver a mi abuela. — Espetó Aria con una sonrisa.

— Esperó poder conocerla pronto. — Comentó él, se había dado cuenta que la única persona de su familia de la cual Aria hablaba con entusiasmo era de Amelia y por eso quería conocerla, para ver porque ella parecía quererla mucho.

— Si lo deseas, puedes venir conmigo. — Ofreció Aria mirándolo, aunque sabía que su abuela seguramente si lo sabía debía estar preocupada por su matrimonio y más si sabía que era con Lucien, pero ella tenía planeado asegurarle que ella estaba muy bien y feliz con este matrimonio.

De hecho esto era verdad, aunque se casó por obligación, Lucien la trataba muy bien y cada vez eran más cercanos y además Luna se había apoderado de su corazón, la quería demasiado y estaba feliz de la familia que había comenzado a tener, solo le preocupaba que también fuera arrebatada junto a su felicidad, ya que sentía que cuando en su vida las cosas iban bien, esa felicidad era arrebatada y ella quedaba destrozada.

— Me encantaría ir contigo, pero lamentablemente no puedo hacerlo, no puedo salir por el momento. — Suspiró Lucien un poco abatido, le gustaba que ella lo invitará a hacer algo, pero estos días las cosas habían estado muy tensas en cuanto a sus negocios y familia, sabía que en este momento cualquier movimiento que hiciera podía estar siendo vigilado.

— Entiendo. — Dijo Aria sin dejar de sonreírle y se acercó a besar la mejilla de Lucien. Aunque ella no tenía claro lo que estaba ocultando él y el porque de todo su comportamiento, entendía que esto era muy importante para él, así que no tenía ningún problema con salir sola, incluso estaba agradecida porque Lucien la había dejado ir sin problemas y además le había pedido a Max que se encargara de llevarla y traerla de vuelta más tarde.

— Creo que te equivocaste de lugar con respecto al beso. — Se quejó Lucien tomándola del brazo antes de que ella consiguiera alejarse.

— Eres muy exigente. — Susurró Aria antes de acercarse para darle un pequeño beso en los labios que Lucien rápidamente comenzó a profundizar.

— Creo que nunca me cansaré de besarte. — Espetó Lucien con voz ronca cuando finalmente la soltó. Deseaba seguir besándola por mucho más tiempo, pero sabía que ella tenía que salir ya, solo por eso había contenido sus ganas de besarla hasta el cansancio.

— Ya me tengo que ir. — Susurró Aria antes de salir prácticamente corriendo de la habitación con sus mejillas teñidas de rojo. Aún cada vez que Lucien le hacía algún cumplido o le decía algo como eso sus mejillas se volvían rojas de inmediato.

Aria bajo las escaleras rápidamente y vio a Max junto a Luna en el sofá.

— ¿Nos vamos ya? — Cuestionó Max al verla.

— Si. — Respondió ella y se acercó al sofá. — Luna nos vemos más tarde. — Dijo para luego dejar un beso en la frente de la pequeña.

— ¿A dónde vas? ¿Puedo ir contigo? — Preguntó Luna mirándola con una sonrisa.

— Lo lamento pequeña, pero a dónde voy no puedes ir, trataré de llegar temprano para jugar contigo, ¿Está bien?

— Si. — Accedió Luna y Aria la abrazó.

— Eres una niña muy comprensiva, ya quiero volver para jugar contigo. — Suspiró Aria, le parecía increíble lo buena y tierna que era Luna teniendo tan corta edad.

— Yo también. — Dijo Luna y luego de Aria darle otro beso en la frente se separó para irse junto a Max.

Cuando llegaron a la casa de sus padres, Aria se despidió de Max y se dispuso a tocar la puerta.

— Esta bien mamá, ahora subiré por un momento a ver a mi abuela. — Dijo Aria levantándose, ya no soportaba más seguir con esta absurda conversación cuando ella a quien había venido a ver era a Amelia.

— Bueno ve de una vez, pero recuerda lo que tienes que hacer, esperamos una respuesta pronto. — Espetó Melissa y Aria asintió antes de retirarse.

— Hola abuela, me alegro mucho de verte despierta de nuevo. — Dijo Aria con una sonrisa abrazando a Amelia, quien estaba un poco sorprendida luego de verla.

— Que bueno verte mi niña, estaba muy preocupada por ti, me dijeron que te casaste y eso me sorprendió mucho, tú nunca me habías hablado de esto, ¿Cómo está tu matrimonio? ¿Él es un buen hombre? — Preguntó Amelia preocupada por ella, en el pasado ya hubiese investigado un poco más sobre él, pero con la enfermedad había perdido bastante independencia, por lo que no pudo hacer esto y lo único que sabía era lo poco que Melissa había decidido contarle.

— Él es un buen hombre y me trata bien, estoy contenta al estar a su lado, no tienes que preocuparte. — Respondió Aria un poco conmovida por la preocupación de su abuela y dándose cuenta que al responder a su pregunta no tuvo que pensarlo demasiado, porque en realidad todo lo que dijo era cierto, se sentía muy bien estando con Lucien, ya el matrimonio que comenzó como una obligación no se sentía así.

Así pudiera irse sin tener problemas, ahora no deseaba hacer esto, porque estar al lado de Lucien y Luna había estado siendo más feliz de lo que había sido en toda su vida, porque ni siquiera cuando su relación estaba bien con Noah fue tan feliz como ahora, se sentía por fin parte de algo, tanto Luna como Lucien la habían estado acogiendo de buena manera.

— Me deja mucho más tranquila escuchar eso mi niña, porque lo que me importa es que tú estés bien y feliz. — Le dijo Amelia con una sonrisa y Aria también le sonrió.

— Muchas gracias por preocuparte tanto por mí, pero no tienes que hacerlo, tienes que preocuparte por tu salud, ¿Cómo te has estado sintiendo?

— He estado sintiéndome un poco mejor mi niña y ahora que estás aquí mucho más. — Le respondió Amelia sin poder dejarle de sonreír, la había estado extrañando mucho.

Las dos continuaron hablando por un rato, Amelia le hizo algunas preguntas sobre Lucien, interesada en saber más de él, hasta que Aria se dio cuenta de que ella ya estaba cansada y se despidió para que pudiera dormir, no era bueno que se esforzara tanto con su mal estado de salud.

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