Todo fue muy rápido y después del primer disparo se escuchó uno más tan solo unos pocos segundos después, pero este era de parte de uno de los guardaespaldas hacía Brooke.
— Jacob. — Susurró Mia con sus ojos cristalizándose y sintiendo un poco de sangre en su mano, asustada.
Jacob volteó para ver que estaba pasando y después de ver a Brooke en el piso, se alejó un poco del abrazo para asegurarse de que Mia no estuviese herida y que la bala solo estuviera alojada en su cuerpo y cuando vio que no había rastro de sangre en el cuerpo de ella, a excepción de en su mano, pero está no era de ella, suspiró aliviado.
— Estás bien y yo estoy bien, nada pasó mi amor. — Aseguró él de inmediato, volviendo a estrecharla en sus brazos como si necesitará asegurarse de que ella estaba bien y que no le había pasado nada, que si había conseguido protegerla y que ella estaba totalmente a salvo.
— Tú no estás bien. — Susurró Mia al borde de las lágrimas, asustada por él, porque sabía que la bala lo había herido y no sabía que tan malo era, le asustaba mucho perderlo.
Antes de que Jacob pudiera tranquilizarla, alguien más habló.
— Señor, ¿Está bien? Llamaré a una ambulancia, lo sentimos mucho, no nos dimos cuenta lo suficientemente rápido de las intenciones de ella y no la habíamos podido reconocer. — Se disculpó uno de los guardaespaldas acercándose a ellos preocupado.
— Llama de una vez y voy a necesitar un informe de como carajos ella apareció aquí, cuando no debería estarlo. — Masculló Jacob, antes de calmarse y besar la frente de Mia, dejando la rabia atrás solo para mirarla a ella. — Si lo estoy mi amor, yo no te mentiría. — Espetó mirándola con amor y Mia frunció el ceño un poco dudosa, pero esperando con todo su corazón que de verdad esto fuese así, porque necesitaba que él estuviese bien.
No quería contradecirlo una vez más y estaba poco convencida, pero tocada por la curiosidad también intentó alejarse de sus brazos para mirar la herida de él y también el estado de Brooke, ya que no podía escuchar nada de parte de ella, pero Jacob no la dejó moverse.
— Suéltame un momento.
— No, no quiero que mires, quédate así mi amor por favor. — Pidió él, sabía perfectamente que Brooke debería estar muerta, porque cuando algo lo amenazaba sus hombres tenían órdenes claras de disparar a matar, sin pensarlo demasiado, era lo que debían hacer y no quería que ella tuviera que ver esto, no quería que su inocencia se viera manchada de nuevo por estás personas que no se rendían que no querían dejar a Mia tranquila.
Ella asintió, quedándose tranquila en sus brazos, por miedo a que él se esforzara demasiado para retenerla y pudiera lastimarse más. Entendiendo que probablemente él no quería que viera nada porque Brooke estaba muerta.
Pocos minutos después la ambulancia llegó y él se subió a esta acompañado de Mia, asegurándose de que ella no viera en ningún momento el cadáver de Brooke y al estar dentro de esta, ella no dejaba de mirarlo con sus ojitos llenos de miedo y Jacob le sonrió para tranquilizarla.
Cuando llegaron al hospital lo ingresaron rápidamente a la sala de emergencias y Mia no dejaba de mirar la puerta preocupada, él aún se veía bien antes de entrar, pero sabía que él podría estar fingiendo, porque después de recibir una bala en su cuerpo era imposible que no sintiese dolor, además algo así podría hacer mucho daño si esto se complicaba.
Pasó una hora, en la que Mia se iba sintiendo casa vez más desesperada, mientras rogaba por el bienestar de Jacob y cuando finalmente vio salir al doctor se acercó a él de prisa.
— Te amo con toda mi alma y por eso no quiero que expongas tu vida para salvar la mía, porque yo tampoco podría estar bien si algo malo te pasa, estaba muy asustada, no puedo imaginar y tampoco quiero una vida sin ti, te necesito de la misma forma en la que tú me necesitas y yo sin ti tampoco puedo vivir, así que prométeme que siempre vas a estar bien, que no vas a exponer tu vida. — Pidió Mia mirándolo con sus ojos llenos de amor y devoción hacía él, como si Jacob fuera lo más maravilloso del mundo.
— No te puedo prometer que no voy a exponer mi vida, porque trabajo en algo complicado y siempre que tú estés en riesgo no pensaré ni un segundo en protegerte, pero te prometo que voy a asegurarme que los dos estemos bien resguardados, para que no corramos ningún riesgo, espero que eso sea suficiente para ti mi amor. — Dijo Jacob antes de darle un dulce beso en los labios. — ¿Estás bien con las cosas así?
— Está bien. — Susurró Mia un poco aturdida por su beso y entendiendo que al menos él trataría de protegerse y evitar que más cosas malas sucedieran, esperaba que él no volviese a estar herido nunca.
Jacob sonrió al verla así y sin poderlo evitar volvió a besarla, la amaba con todo su corazón, era la mujer perfecta para él y se sentía el hombre más afortunado por haberla conocido y ahora poder tenerla así.
— Te amo mi amor, estaremos juntos siempre y vamos a envejecer juntos, así que no te preocupes demasiado, tu y yo tendremos una vida larga y hermosa, voy a asegurarme de eso. — Dijo él y Mia finalmente sonrió.
— Yo también te amo y esto me encanta, ya quiero ver si serás tan guapo como ahora cuando seas mayor, aunque algo me dice que si. — Musitó ella antes de sellar los labios de Jacob con los suyos.
El beso de los dos, no era tan apasionado, pero si estaba lleno de un amor incalculable y hermoso, que ambos querían demostrarse el uno al otro, ya que este era demasiado grande como para describirse con palabras, solo podía demostrarse.
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