— Lamento llegar tan tarde. — Se disculpó Aria de inmediato al ver a Lucien y él la miró por unos segundos dándose cuenta de que ella tenía unas marcas de dedos en su brazo y se acercó rápidamente.
— ¿Qué te sucedió? ¿Quién te lastimó? — Preguntó preocupado y tenso, tomando el brazo de ella con delicadeza para observar de cerca los moretones que empezaban a formarse.
Aria siguió su mirada sorprendida y notó las marcas de las que ella no se había dado cuenta hasta este momento y vio la preocupación de Lucien y sintió como su corazón se aceleraba, la hacía sentir realmente bien que él ni siquiera le diera importancia a su retraso y que solo quisiera asegurarse de su bienestar, nunca nadie se había preocupado tanto por ella como lo hacía él y eso llenaba su corazón de amor.
El problema era que si le decía la verdad de lo sucedido era probable que él no volviera a dejarla salir sola y no era lo que ella quería, pero al verlo a los ojos se sentía incapaz de mentirle, además que Noah no solo quería hacerle daño a ella, por las cosas que le dijo era claro que lo quería lastimar a él también, era mejor que él estuviera prevenido, ella no podría soportar que le pase algo malo.
— Noah, me lo encontré y me tomó del brazo con fuerza, dijo que quería hacerte pagar lo que le hiciste, él no parece estar bien. — Respondió ella omitiendo algunos detalles para no preocupar a Lucien más de lo necesario.
— Ese bastardo, ¿Te hizo algo más? — Cuestionó Lucien apretando los dientes molesto consigo mismo por no estar ahí para protegerla.
Lo volvía loco el solo pensar en que a ella le pudo suceder algo grave en manos de Noah.
— No, me arrastró a un callejón, pero antes de que pudiera hacerme cualquier cosa una amiga de hace tiempo y su hermano me ayudaron, no pudo hacerme nada, pero él escapó y te culpa por todo lo que le está sucediendo, tienes que tener cuidado. — Dijo Aria y Lucien le dio un beso a los pequeños moretones en su brazo.
— Aria ya no puedes ir a la universidad sola, al menos tienes que dejar que el chófer te lleve, es por tu protección, de verdad que no quiero que nada te pase. — Espetó Lucien luego de terminar de besar su brazo, mirándola a los ojos.
Sabía que a ella no le agradaba que alguien la siguiera a todas partes o que la llevarán porque estaba acostumbrada a hacer todo por si misma, pero en este punto no podía ceder de nuevo, porque se preocupaba demasiado por ella y hasta que no pudiera encontrar a Noah para encerrarlo por intentar lastimarla, ella tendría que al menos tener al chófer con ella, además esto también serviría para mantenerla a salvó de sus otros enemigos.
— Esta bien. — Aceptó ella y él la atrajo hacia su cuerpo para sentarla en su regazo.
— ¿Las personas que te ayudaron son las mismas que te trajeron? ¿Los conoces bien? — Preguntó él, desde que el auto se acercó a la mansión sus guardaespaldas le habían avisado de esto y quería saber si las personas eran de confianza.
— Ella estudió conmigo en la secundaria y es una muy buena persona, su hermano creo que también lo es. — Respondió Aria y Lucien asintió antes de acariciarle la mejilla.
— Esta bien, tienes que tener cuidado con quién te relacionas y mucho cuidado si Noah se vuelve a acercar a ti, la próxima vez necesito que me llames rápidamente, ¿Ok? de verdad que no quiero que te pase nada, prométeme que me llamaras si algo similar vuelve a suceder.
— Te lo prometo. — Accedió ella y él la beso, necesitaba sentir sus dulces labios para calmarse un poco, porque ahora se daba cuenta de que le daba mucho miedo de que a ella pudiera pasarle algo.
Ya no solo Luna era su mayor preocupación, si no que Aria también lo era, quería mantenerlas a salvó a las dos.
…
— Aria necesito que consigas más dinero para nosotros, aunque tu esposo nos dio el dinero del tratamiento esto no es suficiente, estamos cuidando de ella y esto requiere más gastos, así que habla con él para que nos de dinero o simplemente dejaremos de estar pendiente de tu abuela. — Exigió Melissa molesta.
— Esta bien, intentaré enviar un poco de dinero para la abuela mañana, hablamos luego. — Suspiró Aria antes de colgar la llamada, su madre a pesar de que lo que Lucien les había dicho no dejaba de molestarla, siempre terminaba llamándola para pedirle más dinero y a ella le preocupaba que si no les daba nada Melissa cumpliera su palabra y que dejara de cuidar de su abuela.
Por eso pensaba darles un poco de la cuenta que Lucien le dio para sus gastos, esperando que con esto su madre pudiera estar un poco más calmada.
— Hola, ¿Llevas mucho tiempo esperando? Disculpa el retraso, es que había algo de tráfico. — Se disculpó Clara mientras tomaba asiento.
— No te preocupes, acabó de llegar también. — Respondió Aria con una sonrisa tranquilizadora.
— ¿Y por que decidieron volver después de tanto tiempo? — Preguntó Aria un poco intrigada y queriendo cambiar de tema.
— Mi hermano está abriendo una sucursal de su empresa aquí y decidió venir a vivir un tiempo y yo quise acompañarlo, no sé si me quedaré pero si quiero pasar un tiempo y mientras esté aquí me gustaría seguir saliendo contigo cuando puedas. — Respondió Clara alegremente.
— Por supuesto que si podemos hacerlo, siempre es divertido pasar tiempo contigo. — Comentó Aria con una sonrisa, le agradaba tener a una amiga.
Después de que ambas conversaron por un rato, las dos se despidieron y Aria se fue con su chófer y Clara esperó a Dylan que llegó por ella unos minutos después.
— Llegas tarde. — Se quejó Clara al subirse al auto.
— Estaba ocupado con algunos asuntos y pensé que tardarías un poco más en terminar, de hecho esperaba que al menos me diera tiempo de saludar a Aria. — Suspiró Dylan, tenía muchas ganas de poder ver a Aria de nuevo y se sintió desanimado al solo encontrar a Clara esperándolo cuando llegó.
— Es mejor así, no deberías hacerte ilusiones con ella, está casada y es muy feliz. — Dijo Clara y Dylan la miro con los ojos abiertos de par en par.
— ¿Estás hablando en serio? — Preguntó incrédulo y sorprendido, no podía creer que Aria siendo tan joven ya estuviera casada y no le agradaba para nada que esto pudiera ser cierto, porque desde la última vez que la vio no había dejado de pensarla.
— Por supuesto que si, así que hermano mejor ni la mires. — Respondió Clara y Dylan de inmediato se sintió abatido, sabía que su hermana no le estaba mintiendo pero le costaba un poco aceptar esta verdad, porque sentía que Aria le había gustado en serio y era una lastima que ni siquiera pudiera conocerla mejor.
— Entiendo. — Suspiró Dylan antes de encender el motor, pensando en que ahora tenía que sacarse de la cabeza a Aria.
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