Esposa Obligada Del CEO Paralítico romance Capítulo 36

— Este ataque definitivamente si estaba dirigido a tu hermana, el hombre que iba conduciendo es hermano de Noah. — Espetó Hank frunciendo el ceño, pensando en que si Maya no la hubiese salvado, su hija estaría muerta, porque este hombre solo freno en un último momento porque Maya no era su objetivo.

Al pensar en esto no podía evitar sentirse culpable por haber sido tan hostil con Maya, porque perder a Aria los hubiese destrozado y gracias a qué Maya se había sacrificado, Aria estaba perfectamente, no habían tenido que pasar por algo tan horrible y Maya si estaba muy lastimada, pero viva.

— Hay que hacer algo, acabaré con ese imbécil, ¿Dónde está? — Cuestionó Victor furioso apretando sus manos en puños, él al estar tan preocupado por Maya y por la forma en que se desarrollaron las cosas y como sabía que él conductor había frenado, no pensó que esto fuera planeado por alguien, pero para su sorpresa a Aria aún estás personas no la dejaban en paz, como si ya no hubiese sufrido lo suficiente, eso lo tenía furioso, tanto por Maya como por su hermana.

— Está en la cárcel, pero Lucien ya está en camino, él se quiere encargar de este hombre él mismo, se que fue Maya quien pago las consecuencias, pero él quería matar era a Aria en realidad, por eso creo que es mejor que él se encargue y bueno Maya te necesita, es mejor que te quedes con ella. — Respondió Hank.

— Está bien, que él se encargué, lo llamaré para pedirle que le haga ciertas cosas. — Aceptó Victor, después de todo Maya iba a salir hoy del hospital, no podía irse a hacer nada más y tampoco quería, no podía separarse de ella y quería poder guiarla en todo, porque la casa en la que estaban viviendo sería algo que ella no conocía, todo sería nuevo. — Bueno iré a ver si ya tienen lista a Maya para irnos a casa.

— Está bien hijo, por cierto lamento mucho por lo que ella está pasando y siento mucho mi actitud con ella, se que no lo merecía y quisiera poder disculparme, pero se que no recuerda nada de esto, apenas sus recuerdos vuelvan me voy a disculpar. — Dijo Hank, había estado reflexionando mucho acerca de Maya y había llegado a la conclusión de que él estuvo equivocado con respecto a ella y que definitivamente merecía al menos una disculpa de su parte, después de que ella había sacrificado tanto, incluso sus recuerdos de los últimos años, por salvar la vida de Aria, eso no tenía como pagárselo.

— Me alegra que finalmente te dieras cuenta de tu equivocación, nos vemos luego. — Se despidió Victor levantándose de su asiento para caminar hacía la habitación de Maya y tocar la puerta.

— Ya puedes pasar. — Respondió ella con su voz un poco tímida y Victor paso para verla sentada en una silla de ruedas, peinando su cabello, mientras la enfermera le colocaba su zapato en su pierna en buen estado.

Él hubiese querido hacer estas cosas por ella, ayudarla a vestirse y todo lo que necesitará, pero ella al no recordar todo lo que había pasado entre ellos, no recordaba ni siquiera su primera vez con él, se sentía un poco tímida con respecto a que él la viese desnuda, por eso él dejo que la enfermera la estuviera ayudando con estás cosas cuando lo necesitase.

— Estas muy hermosa muñequita. — Dijo él con una sonrisa sin dejar de mirarla con amor y la carita de Maya de inmediato se ruborizo.

El corazón de ella latía totalmente descontrolado, él la había estado tratando muy lindo, pero a ella aún se le hacía extraño, porque siempre vio como algo muy lejano que un hombre como él pudiera ser tan lindo con ella, a pesar de que lo había querido por mucho tiempo, había pensado que no lo conseguiría, pero efectivamente lo había hecho y aún no lo podía creer.

— Gracias. — Susurró Maya desviando su mirada por la vergüenza y la expresión de Victor se llenó de ternura, esto lo hacía recordar cuando ella siempre era muy coqueta y a veces se acercaba demasiado a él y cuando finalmente había comenzado a aceptar que ella hiciera estás cosas y a prestarle más atención, demostrándole que también estaba interesado en ella, Maya se llenaba de timidez. Esto era como volver a ese pasado, en el que ella era mucho más inocente.

— Si. — Susurró Maya y Victor le dio un beso lleno de dulzura.

— Te amo mucho muñequita. — Espetó Victor con ternura al separarse de sus labios y al escuchar esto Maya sintió que su corazón quería salirse disparado de su pecho para saltar a los brazos de su dueño.

— Yo también a ti, siempre he estado enamorada de ti. — Susurró Maya con sus mejillas rojas como tomates y Victor sonrió emocionado, con su corazón latiendo demasiado rápido también.

Hace demasiado tiempo que él no la escuchaba decirle que lo amaba, desde el día en que ella pensó que él la había traicionado, no había vuelto a decir que lo amaba y pensó que le tomaría mucho más tiempo volverlo a escuchar, porque necesitaba darle mucha seguridad antes de eso, pero como ahora la inocencia de Maya era igual a su pasado, podía decir estás palabras sin reservas, haciéndolo muy feliz al volver a escuchar esto, claro que no tan feliz como si ella lo hiciera recordando todo por lo que han pasado.

— Definitivamente eres la luz de mi vida muñequita mía. — Aseguró Victor y le dio otro pequeño beso en los labios antes de separarse, porque si no lo hacía podría estar besándola durante todo el día y ya los niños deberían estarlos esperando, así que se puso detrás de ella y comenzó a empujar su silla.

En la carita de Maya se formó una enorme sonrisa, estaba muy emocionada y por momentos sentía que nada de esto era real.

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