— No soy bueno Mia, simplemente me comportó como un esposo debería hacerlo. — Espetó Jacob desviando la mirada, con los latidos de su corazón acelerándose y esto comenzaba a preocuparlo.
— No todos los esposos se comportan así. — Murmuró ella y Jacob volvió a tomar su libro para seguir leyéndolo, sin querer seguir hablando del tema, no quería hacerse más cercano con ella, tenía que tratar de mantener una distancia de ahora en adelante.
Mia lo observó por un momento y al ver que no diría nada más cerró los ojos, sabía que quizás podía costarle mucho ganar su cariño, porque a veces él era un poco frío, pero estaba dispuesta, estar con él era mucho mejor que estar con su familia y está calidez en su corazón y estos nuevos sentimientos era algo que nunca había sentido por nadie más, no quería que la alejaran de él.
Después de que Mia se quedó dormida, Jacob volteó a mirarla y se quedó observándola por unos minutos, viendo cada pequeña peca en su rostro, contrastando perfectamente con su cabello rojizo.
“Es realmente linda, pero no somos adecuados el uno para el otro, no nos casamos por amor, esto es algo que no puedo olvidar nunca.” Pensó mientras la veía, para luego acomodarse, apagar la luz y finalmente cerrar los ojos.
…
En la mañana al despertar él se sintió un poco incómodo y pronto se dio cuenta que tenía un pequeño cuerpo prácticamente encima de él y se tensó. No sabía cómo quitársela de encima sin despertarla, pero ya no podía soportar estar así, porque al sentir la calidez de su cuerpo y la respiración en su cuello, él comenzaba a sentirse caliente.
— Mia. — Llamó con voz tensa y ella se removió, pero en lugar de abrir los ojos simplemente rozó su nariz con su cuello, provocándole un cosquilleo y haciendo que su entrepierna se pusiera mucho más dura. — Mia despierta.
— ¿Mmm? — Volvió a removerse, pasando las manos por su pecho y suspirando, dejando que su nariz volviera a rozar su cuello y Jacob la miró frunciendo el ceño, para asegurarse de que de verdad ella estuviera dormida y no lo estuviese torturando a propósito.
Él ya no soportaba su dureza y necesitaba alejarse, así que iba a intentar quitársela de encima cuando ella lo abrazo.
— Mia si sigues haciendo esto no responderé por mis acciones. — Advirtió, pero ella no lo soltó, simplemente alejó su cabeza de su cuello y la dejó a un lado, más cerca de los labios de él y Jacob se sintió mucho más tentado al ver lo provocativa que ella se veía con su boca ligeramente entreabierta y esos hermosos labios demasiado cerca de los suyos. — Tú te lo buscaste. — Masculló antes de tomarla del cuello y sellar sus labios con un beso.
Un beso dominante y lleno de castigo, porque él pensaba que ella estaba despierta y que estaba haciendo todo esto para seducirlo, pero no era así, Mia al sentir su boca contra la suya, sintió que no podía respirar correctamente e intentó alejarse, pero él no la dejó y abrió los ojos aturdida para ver que estaba ocurriendo y al observar lo que pasaba abrió los ojos de par en par, intentando separarse del beso porque no podía respirar, entonces golpeó su pecho para que la soltara.
— ¿Por qué hiciste eso? — Cuestionó totalmente confundida cuando consiguió alejarse de sus labios, había pensado que él no estaba interesado en ser íntimo con ella.
— ¿Por qué? Porque te me has estado insinuando toda la mañana, me desperté contigo encima de mí y cuando te intenté quitar me abrazas, no te quitas por más que digo tu nombre y te advertí que no siguieras haciendo eso y aún así lo hiciste, no puedes provocarme a tu antojo. — Masculló Jacob levantándose de la cama, se sentía muy molesto porque ella lo había alejado y pensaba que se estaba haciendo la sorprendida y la víctima, no entendía cual era su propósito con esto.
Mía lo vio entrar al baño y suspiró totalmente confundida, pero al recordar el sueño que estaba teniendo, de hace muchos años cuando su mamá le había dado un enorme peluche de regalo, casi más grande que ella y lo había abrazado con fuerza, fascinada, entendió que Jacob estaba diciendo la verdad y ahora se sentía muy avergonzada, no sabía cómo disculparse, no había sido su intención ser tan atrevida.
— Lo siento por lo que hice, estaba teniendo un sueño, por eso me sorprendí tanto al despertar de esa manera y reaccioné así, pero igual puedes besarme cuando quieras y no volveré a reaccionar así, se que es normal que suceda, estamos casados. — Se disculpó avergonzada apenas lo vio salir del baño perfectamente vestido, luciendo muy atractivo y Jacob la miró frunciendo el ceño.
— ¿De verdad no estabas despierta? — Preguntó confundido, ella parecía estar siendo sincera en este momento, pero no entendía como podía ser su sueño tan profundo.
Jacob sintió cierto alivio en su corazón al escuchar esto y al mismo tiempo se sintió un poco divertido al saber lo que realmente estaba soñando.
— ¿Y que pasó con ese oso? ¿Por qué no lo trajiste aquí? No tengo problemas si quieres tenerlo en la habitación. — Espetó él, fascinado al ver cómo sus ojos brillaban y pensando en que si ese oso de peluche la hacía tan feliz, a él no le molestaría tenerlo en su habitación.
— Ya no lo tengo más. — Susurró Mia y la alegría en su mirada fue reemplazada por la tristeza al recordar como Brooke cuando llegó quiso su oso y su papá dejo que se lo quitará, solo para que ella lo ensuciara en el jardín completamente y terminará destruyéndolo y finalmente lo botaron.
— Lo lamento. — Se disculpó Jacob, lamentando el haber preguntado, no quería hacerla sentir triste.
— No importa, ya es parte del pasado, no tienes que disculparte. — Dijo Mia sonriéndole de nuevo, dejando atrás la tristeza que la embargó por un instante.
Jacob la miró sorprendido por como ella podía recomponerse con tanta rapidez y volver a sonreír hermosamente, para él esto era muy extraño y le intrigada bastante, pero necesitaba mantenerse al margen, aunque cada vez más deseaba poder entenderla.
— Bueno ya yo terminé, tengo que irme, nos vemos luego. — Se despidió levantándose de su asiento.
— Nos vemos más tarde, te voy a esperar para cenar juntos, cuídate mucho por favor. — Pidió Mia y él se paralizó por un momento antes de asentir, su corazón se sintió un poco indescriptible al escucharla decir eso.
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