Felicidad efímera romance Capítulo 65

Ximena estaba inquieta.

—¡Comprueba de una vez la ubicación actual de Ivonne!

Pronto obtuvo una foto de Ivonne y Sebastián. En la foto, Sebastián abrazaba de forma íntima a Ivonne. Se veía preocupado.

«¡Dios debe estar de mi lado! Qué oportuno que apareciera esta carta ganadora cuando aún estaba pensando con qué chico emparejarla».

Últimamente, Jonathan se había sentido atraído sin control por Ivonne y eso había hecho que Ximena se pusiera verde de envidia.

«Si Jonathan se entera de que Ivonne no solo está casada, sino que además está embarazada de otro hombre, apuesto a que la aborrecerá».

Mientras tanto, Ivonne descansaba en la cama. Cuando Sebastián entró en la habitación, notó que su rostro estaba demasiado pálido.

—¿Cómo te sientes?

—Estoy bien. —Ella se levantó para demostrar que estaba bien—. Te transferiré el dinero de los gastos médicos. Lamento haberte molestado toda la tarde.

—¿Qué no soy tu amigo? ¿Por qué me tratas como a un extraño? —Se acercó a atenderla y fijó su mirada en ella—. ¿Quién es... el padre de tus hijos?

Su voz era profunda y ronca. Desde que se enteró de que estaba embarazada, le invadían sentimientos conflictivos. No era un santo, por eso le resultaba difícil aceptarlo. Sin embargo, no se atrevía a abandonarla e ignorarla. No podía dejar ir a alguien que había grabado en su mente y en su corazón. No la despreciaba a pesar de su embarazo. Al contrario, sentía lástima por ella.

Quería permanecer a su lado y acompañarla en todos sus altibajos, aunque fuera desde la distancia. Cuando su mirada se cruzó con la de él, Ivonne se quedó estupefacta. Comprendía sus intenciones y sabía lo que tenía en mente, pero no sabía cómo responder de la manera adecuada.

Se quedó inmóvil. Al momento siguiente, se dio cuenta de que fue Sebastián quien la llevó al hospital. En ese caso, el médico debió mantenerlo informado de la operación y de su condición.

—Son... un accidente.

Ivonne no tenía ningún sentimiento hacia sus bebés. Esto porque su existencia no afectó su vida de manera significativa. Tenía la ilusión de que mientras no pensara en ellos, no existían.

»No quiero quedármelos. —Estaba decidida.

Parecía que lo había pensado bien y había tomado la decisión hace mucho tiempo.

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