La mimada del Alfa romance Capítulo 20

Camila Albora

Al fin llego el día… hoy Xander cumple veintisiete años según él, pero los demás me dicen que lleva varios años cumpliendo esa misma edad, no importa porque eso es cosa de hombre lobos que son eternos y nunca envejecen.

Observo la hora y son las 6:30 AM como hoy es sábado tendré el día completo para ir a la tienda y comprar el regalo perfecto para Xander. Decidí regalarle un álbum de fotos de nosotros, un reloj nuevo porque le rompí uno hace una semana y llevarle el desayuno a la cama, el cual voy a preparar con mi nana.

Me levanto de la cama y suelto un jadeo al ver mancha de sangre en mis colchas blancas.

—No puede ser, precisamente hoy tenía que pasar de niña a mujer, —dejo salir en voz alta mirando la mancha de sangre, suspiro y decido cambiar las colchas para ir a tomar una ducha y colocarme una de las toallas que me compro mi nana hace una semana, ya que igual también me enseño como debo utilizarla y cada cuanto debo cambiarla

Nunca pensé que a mis doce años pasaría de niña a mujer, pero lo que no entiendo de todo esto es que nana me dijo que el vello púbico saldría antes de que me llegara el tal Andrés.

Tampoco es que estoy muy interesada en tener eso por mi cuerpo.

Después de hacer todo lo mencionado busco una ropa cómoda para poder ir a la tienda y hacer el desayuno con mi nana, tomó un pantalón corto y una blusa que deja mi ombligo descubierto, Xander no le gustan este tipo de vestimenta pero se cómo persuadirlo para que me deje usarlas.

Cuando estoy vestida tomó mi celular y le envió un mensaje a mi mejor amiga Valeria.

Valeria:

Espero y en una hora estés lista para acompañarme por el regalo de Xander.

Envió el mensaje y salgo de mi habitación, sé que ella está durmiendo a esta hora pero desde que lo lea la tendré tocando la puerta de la mansión porque ama las compras al igual que yo. Cuando llego a la cocina observo a mi nana de espalda colocando algo en el horno.

—¡Nana! ¡Buenos días! —Grito provocando que se sobresalte.

Lleva una mano a su pecho y me mira con el ceño fruncido.

—¡Niña por la diosa! Terminarás dándome un infarto, —me regaña y no puedo evitar poner ojitos de cachorrito regañado para ver cómo se forma una sonrisa en su rostro.

Sonrió y me acerco para darle un beso en la mejilla.

—Carlos nunca me perdonaría que te provocará un infarto, —suelto y ella se carcajea—Ahora ¿Qué hacemos para el desayuno de Xander? —Pregunto con una sonrisa.

—Ya coloque la tarta de fresa en el horno… ahora vamos hacer un homelt con jugo de naranja y un poco de café, —me informa.

—Entonces mano a la obra.

(...)

A las 7:23 am ya tenemos el desayuno especial para Xander el cual colocamos en una bandeja y me encargo de llevársela al cumpleañero, maniobrando abro la puerta de su habitación la cual está al frente de la mía y entro despacio, colocó todo sobre una pequeña mesa que tiene aquí, me acerco a su cama y ahí esta él.

El hombre por el cual suspiro y que amo, pero que no lo sabe, Xander me ve como una niña todavía, sé que soy su mate y durante todo este tiempo el me trata como una chiquilla y hasta a veces pienso que él cree que soy su hija y no su futura luna.

Observo su amplia espalda la cual tiene algunas pecas, suspiro y con mucho cuidado me subo sobre esta para poder acariciar su cabello como siempre hago desde pequeña todas las mañana cuando vengo a despertarlo, Xander deja salir ese sexi ronroneo y sonrió como una tonta, me acerco a su oreja.

—Feliz cumpleaños lobito, —le digo, sé que le encanta que le diga de esa manera aunque cuando me enojo con él le grito chucho y perro pulgoso, eso lo molesta mucho y a Bruno también.

Estaba tan mentida en mi pensamiento que cuando Xander gira para dejarme completamente debajo de él dejo salir un grito de sorpresa.

—Buenos días luna mía, —ronronea con su voz ronca y con sus ojos brillando de felicidad, sonrió y llevo mi mano a su cabello para dejar algunas caricias, este cierra sus hermosos ojos azules y se deja acariciar por mí.

Recuerdo que el desayuno se enfriara y dejo de acariciar su cabello, acción que provoca que Xander abra sus ojos y me mire confundido.

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