La mimada del Alfa romance Capítulo 21

Xander Cohen

Gruño al recordar los ojos brillosos de mi luna por las lágrimas pero era necesario, estuve a unos pocos segundos de marcarla y hacerla mía de tantas formas que solo de recordar provoca que me duela la polla. Respiro profundo pero su olor tampoco ayuda, solo quiero ir a su habitación y hacerla mía.

—Debiste a verla marcado, —me gruñe Bruno furioso conmigo por ser así con Camila.

—No podemos. Aún es una niña, —le recuerdo mientras me aferro a esa idea para no ir por ella.

—Ella ya no es una niña, es una mujer, —suelta.

—Porque tenga su primer sangrado y ovule no quiere decir que sea una mujer, —sentencio para cerrar el enlace de una vez por toda. Gruño al sentir su olor el cual se volvió más fuerte porque mi luna pronto estará ovulando nuevamente, cosa que provoca que mi celo también se acerque.

Tengo que tomar la poción que me hizo Sasha para que el celo no me saque de control. Entro al baño y abro la ducha con agua fría, bajo mi bóxer y un suspiro sale de mi boca cuando al fin mi erección es libre de la tela.

Entro debajo del agua helada y mi piel se eriza al sentirla. Aunque ya es una costumbre darme ducha con esa temperatura por las mañanas.

Mi luna aún no sabe el poder que tiene su toque sobre mí. Desde hace tiempo mi Camila entra por las mañanas a mi habitación, se sube sobre mi espalda y acaricia mi cabello, pero eso no es lo malo, sino su olor a excitación al ver mi cuerpo cuando me levanto de la cama para ir a tomar una ducha.

Su olor se hace más fuerte cuando esta excitada y es algo que le pasa desde los once años, sé que es algo bastante oscuro que una niña me ponga duro, pero no lo puedo evitar, Camila es mi alma gemela y todo esto me pilla muy desprevenido.

Mi luna me desea pero aún no tiene la edad necesaria para que le corresponda a su deseo. Soy un hombre que está en contra de ese tipo de relaciones y por eso hace mucho cree una ley donde el hombre lobo que encuentre a su mate este debe esperar a que esta cumpla sus dieciséis años para marcarla. Estuve dispuesto a colocarla a los dieciocho años pero mi padre me lo prohibió y los miembros del consejo votaron en contra, así que se propuso que sea otra y aceptaron.

Ahora ya estoy entendiendo porque no quisieron que lo ponga a los dieciocho años, es difícil poder resistirse al olor de excitación de tu mate pero debo ser fuerte por mi luna, no puedo hacerle daño, sé que si estoy con ella puedo lastimarla y eso es lo que no quiero.

Suspiro, cuando mi erección ha bajado por completo, así que tomó el gel de baño y comienzo a lavar mi cuerpo.

«Tengo que pedirle disculpas a mi princesa por haberle gritado de esa manera» pienso.

(...)

Termino de atar las agujetas de mi tenis deportivo, hoy iré a entrenar a los nuevos cachorros que tuvieron su transformación hace cinco días. Paso una mano por mi cabello aún húmedo por la ducha y camino hacia la habitación de Camila, toco la puerta pero del otro lado nadie responde. Entro y confirmo que la luna no está aquí, por lo que supongo esta con nana en la cocina, pero cuando llego al lugar solo está mi nana leyendo un libro que parece de recetas.

—Buenos días nana, —saludo y ella levanta su rostro para regalarme una sonrisa, se levanta de su asiento para darme un abrazo muy maternal.

—Feliz cumpleaños mi niño.

Besa mi mejilla.

—Gracias nana, —murmuro devolviéndole el abrazo.

—¡Hoy mi bebé está más viejo! —Chilla mi madre provocando que me duelan los oídos, ruedo los ojos.

Creo que el día que estaban repartiendo madurez mi madre llego tarde, me giro y ella rápidamente se cuelga en mi cuello.

—Madre por la diosa

—Cállate y déjame consentir a mi bebé, —me dice tomando mi mejillas entre sus manos para luego darme sonoros besos en estás. La dejo estar porque se atreve a armar la tercera guerra mundial si no la dejo hacer lo que quiere—Ya mi bebé cumple sus treinta y siete años, —añade y dejo salir un bufido.

—Son veintisietes, —mascullo rondando los ojos, esta suelta un bufido y pone los de ella en blanco.

—Pero alfa...

—Pero alfa nada Angélica, no voy a volver a tener sexo contigo, ni con nadie que no sea mi luna… lo que paso entre tú y yo fue un completo error que no volverá a repetirse jamás, —le informo y me voy dejándola con la palabra en la boca.

(...)

Llego a la casa y hay mucho movimiento de personas en ella, suspiro, lo primero que le dije a mi madre y es lo primero que hace. No quiero una fiesta pero ella hace lo que le da la gana.

Según ella está fiesta cuenta como despedida para Mimy que se va a Estados Unidos a hacer una nueva carrera. Aunque mi beta no está de acuerdo pero mi hermana siempre ha sido muy liberal y Parker respecta eso. Respiro profundo y capto el olor de mi luna pero antes de ir donde ella decido subir a mi habitación a darme un baño, no quiero que mi princesa sienta el olor de Angélica y piense cosas que no son. Además estoy sudado y necesito quitar cualquier mal olor producto de los ejercicios.

Camila desde los ocho años comenzó a captar los olores. Desde el día que Sasha vino a ver lo de mis marcas… bueno en realidad todos sus sentidos se agudizaron, mejor visión en las noches, su oído más sensible, mejor olfato pero no tanto como lo de un hombre lobo. También tiene fuerza y rapidez, mi luna me manipuló para que la dejara entrenar con los pequeños cachorros de la manada y pues accedí.

Esta entrena desde ese año para poder controlar su fuerza y no lastimar a nadie. También resultó ser una de las mejores en su clase y estoy orgulloso de ella, Camila sabe su procedencia desde los nueve años y me sorprendió su respuesta.

—No me interesa saber nada de ese señor, si me abandonó con mi madre es porque nunca le interese.

Fue su respuesta tan madura a la edad de nueve años por lo que decidí respetar su decisión. Solo hable de su madre y la lleve a donde descansa eternamente. Tomó mi jabón líquido, lavo mi cuerpo hasta que me siento limpió para retirar la espuma, agarro mi champú y lo aplico en mi cabello, el cual esta largo en la parte de arriba y corto a los lados.

Cuando termino mi baño, me visto con un jean roto en las rodilla y un polo que se ajusta a mi trabajado cuerpo. En estos años mi masa muscular ha aumentado porque voy más a los entrenamientos y la razón es que eso me distrae de querer marca a mi luna. Estando listo salgo de mi habitación, escucho movimiento en la habitación de Camila y toco la puerta.

—Pasa, —escucho que murmura su delicada voz y entro para encontrarla en su escritorio, tecleando en su laptop.

—Princesa, —murmuro, Camila me mira para luego volver a ponerle atención a su computadora, sé que está enojada conmigo y esa es su forma de demostrarlo. Ignorándome, me acerco a ella y me agacho para quedar a su altura—Perdón por haberte gritado esta mañana, —añado tomando su mano pero esta no me deja ver su rostro, suspiro y paso una mano por mi cabello—. Anda pequeña no me ignore, hoy es mi cumpleaños, —susurro tocando su nariz y viendo como una sonrisa se forma en sus labios.

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