Claudia
Encontrar la persona ideal con el cual pasar el resto de tu vida, no es tarea fácil y más viviendo en un mundo donde el 90% de los hombres son infieles, se supone que la persona que elijas debe tomar parte de ese 10% que no lo es, y eso fue lo que creí cuando conocí a George Brown, todo un hombre fiel, leal a sus principios pero sobre todo guapo y millonario, todas en la universidad nos sentimos atraídas por semejante galán quien siempre se mostró respetuoso y educado, en cuanto lo vi supe que sería mío para siempre, nos enamoramos muy rápido y al culminar la universidad nos casamos.
La señora Miriam Brown no estaba de acuerdo con nuestra relación, pero ambos demostramos que éramos el uno para el otro, así que a pesar de todos las trabas puestas en nuestra contra nos casamos, creí que habíamos vencido al mundo y que seríamos felices amándonos, pero pronto esa burbuja se explotó, el hombre que decía amarme se aburrió de mí y se enamoró de alguien más lo supe desde el momento en que se acostó con ella, sus ojos no me veían igual, ya sus manos no me tocaban, me desvelaba noches enteras esperando por mí amado esposo que nunca llegaba, nuestra hija era tan solo una niña de doce años y llevábamos quince años de casados.
El amor no es para siempre, a George le tomó quince años darse cuenta que no me amaba lo suficiente, que yo no era la mujer que amaba en verdad, traté de convencerlo de que nos demos otra oportunidad, quizás el tanto trabajar nos estaba agotando emocionalmente, le rogué que no me dejara y por algún tiempo tratamos de revivir nuestro amor, pero nada le era suficiente, ya no deseaba mis besos ni mí amor, ya otros besos provocaban lo que yo antes hacía.
Trece años engañada, trece malditos años rogando por un poco de amor, pidiendo que tengamos otra oportunidad para ser felices, luego me di cuenta que tenía una hija con esa mugrosa, una hija que sería media hermana de mí hija, con la cual debía dividir sus riquezas, una hija producto del pecado consumado por esos malditos.
Cómo una mujer puede soportar que su esposo el hombre que amó y ama con todo su alma, la abandoné de la noche a la mañana con una aparecida pobretona, sin familia y sin clase, una maldita camarera de un cuchitril de lugar, me reí a carcajadas amargas cuando George me pidió el divorcio para largarse con su nueva familia, de la cual llevaba poco tiempo de reencontrar, entonces todo mis planes de ser feliz para siempre se venían abajo, George me dejaría sola con mi hija y sería feliz con la paliducha esa, y todos deberíamos estar conformes, pero lástima por ellos que mí manera de un final feliz no encaje con el suyo.
Fingí durante unos meses que estaba de acuerdo con sus planes, le hice creer que firmaría los papeles del divorcio incluso le pedí que no hablara con su abogado, que yo me encargaría de todo y así lo hice, el día que se llevó todas sus cosas de la casa corté los frenos de su auto, entonces él y su zorra se accidentaron lamenté mucho que la mocosa no estuviera abordo, así habría terminado con todos de una buena vez.
Pero creo que la vida ama demasiado a Anika y la dejó vivir, para que ahora yo pudiera torturarla hasta que no quede nada de su existencia, recuesto mí cabeza sobre el fornido pecho de Carlos, quien ha sido mí conejillo de indias en todo éste plan, lo hice mi amante y confidente era quien la vigilaba día y noche, informándome de sus movimientos, fue muy fácil falsificar su identidad, hacer que firme informes falsos en donde colocaba su firma auténtica de su puño y letra, comprar un celular a su nombre con sus datos e intercambiar mensajes con Carlos fue mí parte favorita.
Cambiar de propietario su departamento fue lo más complicado, pero gracias a mí lo hice posible, la maldita de Miriam le regaló un lujoso departamento a esa mugrosa, nunca le ha regalado nada a Cristal, es una maldita que no le importa si hace sufrir a mí hija.
Hace algunos meses me enteré que Miriam había contratado un investigador privado, ya que tiene sus dudas sobre la muerte accidental de su hijo, esto me alarmó y decidí acelerar los planes e inducirla a un coma, ya me tenía harta con sus malos tratos y metiendo sus narices en donde no debe.
La sonrisa de satisfacción no se me borra del rostro, soy toda una maestra nadie me puede vincular en nada, tengo el departamento de Anika, a nombre de Carlos, pobre hombre no sabe que solo es una pieza en mí rompecabezas que pronto no me hará falta y me libraré de él.
Me levanto de la cama y me visto — ya te vas?— pregunta el ingenuo.
— Sí, ya sabes que Cristal me está esperando— le digo con una sonrisa.
—¿Cuándo le dirás lo nuestro?— me dice haciendo que le dé la espalda buscando mis zapatos al tiempo que ruedo los ojos, están inmaduro que me asquea.
—Nikolas, nunca va a amarme mamá— me dice con dolor —a pesar que Anika, lo engañara él nunca me verá cómo la mira a ella— me dice y anhelo el momento en que la desaparezca de nuestras vidas, no tengo suficiente con que su reputación esté en el suelo.
—Tranquila mí amor, él es el hombre que escogiste para amar y lo tendrás— le digo y la abrazo.
— Creo que será mejor olvidarme de él, debo dejar a un lado lo que siento por él y encontrar a alguien más— me dice.
— ¡No! No debes resignarte con poco, tú lo mereces todo— le digo.
— Pero no puedo estar mendigando amor como si no valiera nada mamá—me dice y ella es tan inocente
—Yo me encargaré mí amor, déjalo en mis manos— le digo y beso sus mejillas.
Nikolas es el hombre que ella debe tener y tendrá, quiera el o no.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Resiliencia (COMPLETA)