La nota de voz de mí ex cuñada me alivia un poco, debo hablar con ella, pero no sé que decirle, una conspiración ha provocado que me marche de Utah, dejando mí nombre en vergüenza, aunque Nikole no me juzgue sé que lo que pase con Nikolas le afecta mucho, es su hermano mayor y lo adora, me mentalizo para hablar con ella y no omitir palabras sobre dónde estoy y sobre mí estado de embarazo, no es seguro para mí dar esa información, por lo que decido llamarla por la misma vía, el timbrado suena un par de veces y del otro lado de la línea la voz de Nikole me saca una sonrisa inconsciente, ya tenía mucho tiempo que no hablábamos.
—Bendito sea Dios Anika, al fin contestas— me dice ella.
—Hola Nikole—digo algo de nervios.
—¿Cómo estás?— me dice.
—Muy bien ¿y tu?
—Mejor al escucharte— me dice —en verdad me preocupe mucho por ti, donde estás— indaga.
— No tienes por qué preocuparte Nikole& le digo sentada al borde de la cama —me alejé un tiempo de la ciudad— me limito a responder.
— Sé que no lo estás bien, perdiste tu empleo por esas fotos— me avergüenza que mí desnudes rondará todo el Internet, violando mí intimidad.
— Eso ya es pasado Nikole— suspiro —tengo un nuevo empleo y estoy mejor— le digo segura, agradeciendo a Ritha por ser un ángel en mí camino.
— Eso es bueno, Dániel te extraña mucho— me dice removiendo la fibras sensibles que me provoca.
— Yo igual a ustedes— me limito en contestar.
— Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites—se pone a mí disposición.
—Muchas Gracias Nikole, lo tomaré en cuenta— agradezco su solidaridad, muero por preguntar cómo está Nikolas, que ha pasado con su vida luego de lo que sucedió, pero me muerdo la lengua para no preguntar lo que ya no debo.
— Seguiremos en contacto— me dice.
—¡Sí!— le digo.
—Dániel está dormido, pero en cuanto despierte le diré que hablamos— me dice.
— Un beso enorme para ambos— me despido de ella con menos pesa en mí carga, a pesar de todo somos amigas y aunque ella no sepa que conspiraron en mí contra, ella me muestra su solidaridad y eso tiene un peso significativo en mí.
El día de la presentación de la ópera llegó, Cristian se preparó por un tiempo, se marchó temprano al teatro ya que cómo interprete de la obra debe llegar a tiempo, Nahomi y yo nos iremos en taxi, aún no hemos hablado sobre sus suegros, le estoy dando su espacio para que ordene sus ideas, no quisiera que esto terminara con la bella relación que sostienen ella y Cristian.
Arthur y Lissy irán independientes, se ofrecieron a llevarnos pero preferimos que sería mejor que nos encontramos en el teatro.
Los vestidos que Homi y yo estamos usando los compramos el viernes, son de gala, muy elegantes ya que la ocasión lo demanda, el Lyceum Theatre es uno de los más emblemáticos de la ciudad de Londres, salimos del taxi luego de pagar, la calidad brisa refresca mí rostro, tomo la mano de Homi e ingresamos al bello lugar, es enorme y en la entrada hay varias personas vestidas de forma elegante, hay varios autos de lujo alrededor, vienen por la ópera ya que es la única función que se llevará a cabo hoy.
—¡Anika!— escucho ye volteo son Lissy y Arthur, ambos lucen impecables ella con un vestido estilo princesa color amarillo con su cabello suelto y el con un traje de tres piezas color rojo vino
Me acerco con Homi a saludarlos, los presento ya que no habíamos tenido la oportunidad de hacerlo — entonces ¿ustedes son los que se están robando a mí Ani?— manifiesta Nahomi celosa
— No es solo tu Ani, también es la nuestra, verdad papá— dice Lissy y Arthur me mira y asiente.
— Estas muy hermosa Anika— habla Arthur, él tomó de su voz es suave nos quedamos viendo por unos segundos, hasta que Homi rompe con la conexión.
Los camarógrafos enfocan el auto que se acaba de estacionar, Nahomi respira profundo —son ellos— comprendo que se refiere a los padres de su novio.
Del auto bajan dos señores, una elegante dama vestida de negro queda por el suelo, sus joyas son de diamantes, el señor que la acompaña trae un traje de tres piezas color azul marino, tiene el cabello peinado para atrás, ha ambos le relucen las canas.
&Los Duques de Kent Oscar y Alicia Müller acompañados por la heredera al trono la Duquesa de Fife Amelia Wilson— dice uno de los presentadores y de otro auto sale una bella joven despampanante, trae un vestido Rojo pasión muy similar al que trae Homi, la miro y mi mejor amiga se muerde la lengua presa del disgusto.
—¡Ya dinos que es!—pide ansiosa Homi —la desesperación me matará— estamos en la librería, ayer supe el sexo de mí bebé y hoy en la librería todos nos reunimos para revelar lo que es.
Los Jones, mis mejores amigos, junto a Ritha y Lourdes están sentados en la mesa circular que ocupamos, hay pastel y té pasa acompañar, con ayuda de Arthur imprimí un ejemplar de mí libro, pero éste tiene las hojas del color que escogimos para la ocasión.
— Están listos— digo haciéndolos esperar un rato más, gritan eufóricos un rotundo “Si”, saco el libro y abro la primera hoja mostrando el color Dorado que indica que es una niña, ya les había dicho que tenía dos colores en mente, el dorado si era niña y el plateado si es niño.
—Y ¿ya tienes un nombre?— indaga Cristian.
—¡Alia!— les digo con la mayor alegría del mundo, recuerdo todos los nombres que leí y ninguno me provocó lo que leí con Alia, tiene múltiples significados y en diferentes países.
La algarabía de todo es eufórica, las lágrimas de Homi me motivan a abrazarla, la vida me ha puesto gente de todo tipo, pero cómo ella ninguna, Ana está del otro lado de la línea, es nuestra mamá Oso y la adoramos, no está con nosotros presente pero para el parto vendrá.
Al terminar la pequeña fiesta, luego de comer pastel y tomar té, con las niñas y Arthur salimos al parque de diversiones, ésta actividad se ha vuelvo rutinaria para los cuatro, cinco si contamos a mí hija.
Las niñas se suben a los columpios y me siento con Arthur en la banca, el posa sus manos en mí vientre, es algo que le gusta hacer y se lo permito, nos hemos vuelto grandes amigos, nos hemos apoyado mutuamente en todo éste proceso.
—¡Hola Alia!—le habla a mí niña —pronto estarás jugando con Lissy y Lili, ya pronto pequeña— él es muy tierno y me hubiese gustado que Nikolas estuviera en su lugar ahora, pero eso es parte de mí pasado, le conté fragmentos de mí vida amorosa a Arthur quien me entendió y prometió nunca preguntar más al respecto.
El sol de las cinco de la tarde es tenue, una sombra me cubre y levanto la mirada.
— Buenas tardes— saluda un hombre alto de aspecto robusto —¿es usted Anika Brown?— indaga y Arthur lo mira extraño, me pongo de pie y asiento.
—Sí, soy yo— digo con algo de temor, poso mis manos en mí vientre en modo de protección, Arthur se posa a mí lado
—Soy el detective Augusto Fonce— extiende su mano —llevo las de siete meses buscándola— me dice y siento que la garganta se me seca —su abuela Miriam Brown me contrató hace un tiempo y me pidió que la proteja— dice y mis ojos se llenan de lágrimas —lamento no cumplir mi palabra, pero tengo todas las evidencias para limpiar su nombre y que usted retome su vida.
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