Mi Resiliencia (COMPLETA) romance Capítulo 29

Al día siguiente nos dieron el alta a mí bolita de algodón y a mí, no tuvimos complicaciones de ningún tipo, en la madrugada empecé a lactar y eso me quitó un peso de encima, Arthur nos fue a buscar al hospital, en casa nos esperaba un sorpresa, las niñas y su nana, Ritha y mis mejores amigos junto al padre de Nahomi es el esposo de Ana, nos dieron la bienvenida, Nahomi y Cristian trajeron los obsequios que nos llevaron a la habitación de hospital en donde estábamos, un enorme cartel de bienvenida cuelga al frente de la puerta de entrada, tengo a mi niña en brazos envuelta en una manta color verde, me recuerda a la que le regalé a mí abuela en su cumpleaños, ésta manta tiene bordado el nombre de Alia en cursiva.

Todos nos dan la bienvenida con abrazos y buenos deseos, las niñas están muy felices por conocer a mí bebé, — tienes unos ojos preciosos— dice Lili mientras toca los bracitos de Alia.

— Tendrá tu cabello— secunda Lissy.

— Seremos las mejores amigas del mundo— dice Lili emocionada —¿cierto Anika?— sus ojos están brillando debido a la emoción, me imagino a mí pequeña rubia de ojos azules y a la princesa pelirroja de ojos verdes y sé que juntas serían excepcionales.

— Claro que sí nena, le enseñarás todo lo que sabes— la animo.

Pasamos la tarde, comemos y al anochecer Ana y Nahomi se quedan conmigo, me ayudarán el proceso de adaptación, Alia está en su cuna dormida, me acerco y le dejo un beso en su frente.

Me siento muy afortunada al tener a todas las personas que tengo a mi lado, cuando miro mí vida hace meses atrás, creí que ya no tendría salida que me hundiría en el fango del lodo, pasé penumbras y pagué por deudas que no me correspondían, dejé que me aplastasten y humillen sin piedad, pero logré sacar fuerzas y aferrarme a los brazos que me tendieron.

Estoy tan orgullosa de mí misma, he aprendido a soportar el dolor y superarme a mí misma, no sabía lo fuerte que era hasta que la vida me obligó, hoy velando por la sueño de mi niña sé que no hay nada en la vida que no pueda superar, Ana me había hablado sobre la Resiliencia, el diario de Ana Frank, Brenè Brown y Wayne Dyer en sus historias narran sus propias historias de superación personal, es increíble saber que eres inspiración para otros, el éxito de mí cuento Tití Koala es la gran prueba de ello.

Los testimonios de lectores de mí obra me sacan lágrimas de felicidad, mis escritos han cambiado la mentalidad negativa de las personas sobre enfrentar la adversidades, las siguientes semanas después de estar en casa me lo han demostrado, en la página oficial del cuento los lectores dejan comentarios que leo en mí tiempo libre, les respondo motivando a despertar su Resiliencia.

La primera noche buena, navidad y el primer año nuevo de Alia me sacan lágrimas, después de su nacimiento estoy más sensible, todo me causa ternura, aprovecho y disfruto cada instante con mi niña, el apoyo de Ana y Nahomi me ha venido de maravilla, me estoy acostumbrado a cambiar pañales, amamantar, consolar a mí bebé entre otras cosas que demanda la maternidad.

Mientras más se acerca el día de la demanda más fuerte me siento, ya quiero culminar con la peor versión de mí historia, la culpable de todos los disturbios de mí vida, a pesar de todo no le guardo rencor en mí corazón, no tengo tiempo para eso.

El rencor solo envenena el corazón que lo posee, mi mente y corazón están en paz, ella merece ir a prisión por matar a mis padres, con los cuales no tuve se me limitó vivir más tiempo junto a ellos, no me vieron graduarme ni vieron el nacimiento de Alia, es algo que todo hijo quiere que sus padres vean estando presentes, pero ese privilegio no lo tengo.

Las fiestas la pasamos en mí casa y en casa de Arthur, nos tomamos fotos para recordar estos gratos momentos.

Viajare un par de días antes a Utah, el consulado me otorgó el permiso, tengo una semana para dejar mí nombre limpio y traer a mí abuela, no pienso quedarme mucho tiempo, el juicio lo puedo llevar desde Londres.

Homi era quien me acompañaría pero lamentablemente tuvo una pérdida inesperada después de año nuevo y le hicieron un legrado, desde que eso pasó estamos muy triste, ella quería tener un bebé al igual que Cristian, ahora ella está en reposo Ana se quedará con ella y Alia, Arthur le pidió a Lourdes que se ocupara de ellas para que yo estuviera más tranquila.

Lili y Lissy están con su tía Laura por lo que Arthur se propuso acompañarme a Utah para que no estuviera sola, acepté porque necesito un respaldo seguro y Arthur es como una columna se piedras que me sostiene.

— Recupérate pronto, ¡sí!—beso la mejilla de Homi quien tiene los ojos rojos y Cristian le acaricia el cabello.

— Suerte con la demanda, que ambos paguen por sus delitos— me dice.

— Adiós bolita de algodón— beso la frente de mí alma —te extrañaré mucho mí amor— abrazo a mí niña, ha ganado un poco de peso en los días que tiene de nacida, se la entrega a Ana.

—Dios está contigo Ani— me abraza.

— Estamos en contacto— me dice el padre de Homi Leo.

— Les mantendré informado— me despido y abordo el taxi en el que Arthur me espera, llegamos el aeropuerto, la nieve adorna las calles de Londres, miro por el cristal recordando cuando llegué, estaba en un estado deplorable y maltratada, la humillación que recibí me tenía al borde de la depresión, pero no me alcanzó.

Estoy convaleciente todavía, la faja abdominal ajusta mí cintura y para quien no sabe que apenas hace doce días que día a luz, no le notaría, camino con Arthur a registrar nuestros para abordar el avión, hicimos la reservación después de hablar con el detective, ya que en estas épocas los vuelos son muy complicados.

Con toda fe y la confianza en mí misma abordo el avión, tengo todas las pruebas irrefutables que castigarán a los cómplices.

Las aterrizar en Utah el clima está bastante helado, han anunciado tormentas de nieve y hay suspendidos varios deportes sobre el hielo.

El pisar la tierra que amo, en mí se remueven recuerdos que prefiero alejar de mí mente

Con Arthur nos hospedamos en un hotel, en habitaciones separadas, llamo a Ana para saber de Ali y me informa que está comiendo bien, Homi aún está vulnerable, les mando besos.

— Es una hermosa ciudad— dice Arthur frotando sus manos enguantadas.

— Sí que lo es— concuerdo.

— Después que todo termine, ¿volverás?— en sus ojos veo un poco de tristeza, su pregunta me toma por sorpresa, pero es que no había pensado en volver.

— No había pensado en eso— le dejo saber, estamos cenando en uno de los restaurantes del hotel.

Hay agentes encubiertos por toda la casa y en puntos estratégicos, cuando el padre de Claudia se aleja a sentarse en su puesto y Carlos y ella están frente al juez uno de los agentes da la señal que se necesita para proseguir - ahora- de todas partes aparecen los soldados, la gente se alborota y la cara de los novios es un poema.

— FBI, Claudia de Brown y Carlos Donovan son detenidos por los delitos de......... el agente se acerca a ellos quienes levantan las manos cuando les apuntan con armas, el agente le canta sus derechos.

Cristal se altera —¿qué está pasando?

Respiro y me pongo de pie —pasa que tú madre es una asesina y estafadora— me saco los lentes, todos se enfocan en mí —mató a mis padres, falsificó su testamento y mis documentos, saqueó el dinero que tenía ahorrado y manchó mí reputación— hablo fuete y claro para que todos me escuchen, los presentes no dejan de murmurar.

—¿Anika?— dice Marcos el mejor amigo de Nikolas

—Eso es mentira, maldita seas Anika— me grita Cristal —Marcos haz algo— le pide.

—Todo es una trampa de esa mugrosa— grita Claudia, pero eso no detiene a los agentes que le ponen las esposas junto con Carlos.

—¿Cómo te atreves a hacerle esto a mí madre?— llora Cristal —¡malditos suelten a mí mamá!—defiende ella.

— Indujo a un coma a nuestra abuela— le digo al borde del llanto, no puedo flaquear.

—¡Eso no es verdad, la abuela ésta enferma!

— Saquenlos de aquí— dice el comandante, los agentes se los llevan en las camionetas.

Cristal no deja de llorar ni maldecir, las personas se empiezan a disipar - me pondrén en contacto con mis abogados- dice el padre de Claudia saliendo con su esposa

— Te juro que vas a pagar esto que nos haz hecho— me amenaza, se marcha y Arthur viene hasta a mí, lo abrazo y dejo que dos lágrimas se escapen de mis ojos, ya la pesadilla terminó.

—¿Anika?— escucho a mí espalda y me tenso, hacía mucho tiempo no escuchaba su voz gruesa, sus últimas palabras para mí fueron, "si vuelves a buscarme pretendiendo que soy un idiota, te juro que te mato" me doy la vuelva y enfrento a mí otro tormento, el hombre que alguna vez amé, sigue teniendo un porte imponente, sus ojos azules brillan mientras la nieve cae.

Meto mis manos en los bolsillos empuñando mis palmas enguantadas, éste es otro capítulo que debo cerrar en el ciclo de mí vida.

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