Cristal
Cierro los ojos presa del dolor, las fotos, los documentos y los videos que me muestran me cierran el paso de la respiración, se me acelera los latidos, mi mente no puedo asimilar lo que ve, tengo un enorme tronco atascado en mí pecho, mi madre la mujer que más he amado en éste mundo, me crio rodeada de lujos para que no sintiera el vacío de la ausencia de mí padre, esa mujer que me reiteraba todos los días el odio que sentía por la mujer por la que papá la había cambiado, estoy temblando sin saber que argumentar.
—Anika está celosa porque Carlos se casaría con mi mamá y no con ella— digo sin pensar —Marcos esto es él una trampa de esa tramposa— le digo, él toma mis manos, después del escándalo de la boda vinimos a la comisaría para conocer los cargos imputados, Marcos es abogado y me está asesorando al respecto.
— Linda, las pruebas son muy claras, el caso es muy complicado y delicado— me mira a los ojos —podemos apelar para que se investiguen más a fondo las pruebas— respira profundo —pero eso sería retrasar lo inevitable.
Dejo que la lágrimas salgan de mis ojos, mí madres fue capaz de... No puedo si quiera imaginarme algo cómo eso, ella es rencorosa pero no una asesina.
—Debes sacarla de aquí ahora— le exijo a Marcos —ella no hizo nada de eso, d acuerdo... Ella no es una asesina... Ella es mi madre, no puedo permitir que esté en prisión injustamente— el pecho me duele.
—Linda, son cargos muy serios, no saldrá bien librada de esto— Marcos mata mis esperanzas —todos los cargos son imputables, la participación de tu madre es como la autora intelectual— siento que me ahogo —tengo que el juez puede dictaminar cadena perpetua— el suelto una bofetada.
—No vuelvas a decir eso— le grito —debes estar de mí lado, pero al parecer Anika te hechizo a ti también— le reclamo furiosa, se supone que es el mejor abogado, pero está tirando la toalla antes de empezar, se toca la mejilla afectada y se pone de pie.
—Estás tan ciega que te niegas a ver la verdad— me insulta —tu madre mató a dos personas, falsificó documentos legales, y daño la imagen de una persona— dice furioso —¿qué pretendes que haga.. Que finja que todas estas pruebas son mentira cuando claramente son reales?— me lastiman sus palabras —sé que es tu madre y la amas, pero lo puedes borrar el daño que ha hecho— quiero que se calle —date cuenta el peligro que son tu madre y su amante.
—No puedo maldita sea... No puedo ver como una asesina a la mujer que siempre ha estado conmigo— me pongo de pie y lo enfrento —ella nunca haría algo que me perjudicaría— le grito, porque ella nunca dañaría a mí padre sabiendo que lo amo tanto.
Se desespera por mí actitud —entiendo que para ti es difícil, pero es la verdad cielo— intenta tomar mis manos pero me alejo de él.
—¡No! no es verdad— le grito.
—Si lo es— se altera —te amo y quiero estar contigo en estos momentos difíciles para ti..Pero no voy a defender a una asesina— me hunde.
—Entonces vete, anda ve con Anika, ella es la perfecta que no le hace daño a nadie— le digo con dolor.
— No quiero dejarte sola.
—Pues ya lo estoy, ahora no tengo a nadie— le digo el niega con la cabeza.
—Me tienes a mí— me tiembla el cuerpo, le doy la espalda y me abrazo a mí misma —no me alejes de ti— me envuelve en sus brazos y besa mí cabello, el peso de todo cae sobre mí, me sumerjo en el dolor y lloro desconsolada
— ¿Por qué?— le pregunto a él —¿por qué me hizo esto?— digo asustada —yo siempre la he amado.
—Calma— me acaricia el cabello —no te maltrates así— me pide Marcos.
— Mi madre— no puedo decirlo en voz alta, me causa asco pensarlo, las pruebas no están alteradas y yo no puedo ser la tonta —¿ella mató a mí padre?— no sé qué hacer ahora —no me dejes sola por favor— le pido, aunque sé que el siempre estará para mí —abrázame— le suplico.
Me aprieta más a él y recuesto la cabeza sobre su pecho.
Después de unas horas me armo de valor y decido escuchar lo que ella tiene para decirme.
—¡Hija! mí amor— me dice la mujer que me dió a luz, la que considere mí madre y mi adoración durante toda mi vida, la cómplice de mis travesuras, quien me cumplía todo mis caprichos.
—Quiero que me lo digas con tus propias palabras— le pido.
—Mi amor ¿com...— intenta alcanzarme pero los barrotes nos separan —¿crees en todo eso?... Esa bastarda maldita invento todo— me jura —no puedes creer en n nada de eso mí amor— me indica.
—¡Ya basta!... No me mientas más—le pido con dolor —¿mataste a mí padre?— le pregunto, sus ojos están llenos de lágrimas.
—Yo siempre amé a tu padre y lo sabes— me dice.
— Responde la pregunta— aprieto los barrotes enojada.
— Yo no...
—¡Ya basta! confiesa, no me mientas en la cara, si en verdad me amas se sincera conmigo— le pido sacudiendo los barrotes, baja la mirada al piso de la celda en la que se encuentra.
— Lo siento... No tenía otra alternativa.... Él se iba a ir con esa mesera— habla y sus palabras son el detonante que arrasa con todo en mí.
—Te odio— le grito.
— Perdoname— me pide —yo sólo quería lo mejor para las dos, los Brown nunca nos han querido— se justifica.
— Te aborrezco con toda mi alma— le digo —espero que nunca salgas de aquí que te hundas cómo la escoria que eres— la ofendo —olvida que soy tu hija.. Que para mí no tengo madre— la miro por última vez.
—¡Cristal hija!— me grita.
Pero no volteo a verla, es un monstruo de persona, mato a mí padre y casi hace lo mismo con mí abuela, la mujer que me educó y curó mis heridas cuando me caía al jugar está muerta para mí.
Anika
—¡Ah!—me doy vuelta, saco el sobre dónde guardé el anillo de piedra negra con el que me pidió matrimonio —esto es tuyo— se lo extiendo y él lo toma —una piedra única e invalorable, pero que no define quien soy— aprieta el sobre y sus ojos llenos de lágrimas me gritan que está sufriendo por todo esto, que fue una víctima más de todo éste malévolo plan, me encamino a la puerta y salgo, tengo la adrenalina a toda potencia, no creí que verlo me afectara tanto así, es el padre de mí hija y algún vez lo amé tanto que acepte ser su esposa, pero creo que me precipite al aceptar su propuesta.
Cuando nos enamoramos creamos un personaje ficticio que encaje con las necesidades y exigencias de nuestra pareja, yo siempre fui real pero creo que Nikolas se inventó el personaje del que me enamoré y cuando me "descubrió siendo infiel" ya no pudo sostener más su fantasía.
Al cerrar esa puerta dejo atrás nuestra historia, esa ilusión que vivía en la burbuja de las fantasías que explotó y me dejo cicatrices por la abrupta caída.
El objetivo de venir a mí antiguo departamento era rescatar mis pertenencias, los tesoros que había guardado por tanto tiempo ya no están, asumo que Claudia se deshizo de ellos en cuanto me fui.
Las fotos de mí mamá, su camisa blanca con la que dormía, nada de eso está, bajo en el ascensor hasta el primer piso, tengo el corazón acelerado por la discusión anterior.
Me aferro al ramo de rosas que compré, hay nieve por todos lados pero no detengo mí camino, al salir de mí antiguo departamento, Arthur y el investigador privado me estaban esperando, les pedí llevaran a una floristería y luego que me trajera aquí.
Paso los dedos por la lápida que tiene el nombre de mi padre George Brown, junto a la frase "Siempre te amaremos hijo"
No contengo las lágrimas al recordar que Claudia me quitó gratos momentos con él, me limitó a vivir una adolescencia sin el consejo y apoyo de mí padre.
Necesito unos momentos con él, sé que no podemos hablar con los muertos ya que no tienen conciencia propia, pero debo liberar el nudo que no me dejan avanzar y es que ahora que soy madre tengo más claras las cosas.
—Papá, fueron pocas las veces que te llamé así, fueron cortos los momentos que pasamos cómo padre e hija, me hubiera gustado que fuera mucho más pero la vida se encargó de que así no fuera, nunca te dije cuánto te amaba, te amo papá, eres abuelo y créeme que le hablaré sobre ti a mí hija— dejo el ramo de rosas blancas sobre la lápida —feliz viaje papá, adiós— me despido como no lo había hecho, dije las palabras que había guardado para él.
Camino sola en el cementerio, hay mucha nieve y a unas lapidas más allá, en encuentro la de ella.
Me aferro a las rosas que compré para ella, no tiene mensajes cómo la de papá, solo su nombre.
—¡Hola!— me llenó de valor —eres el ser que más amé en el mundo, siempre te extrañaré— respiro profundo —gracias por ser mi madre, siempre te tendré presente ¿sabes por qué?— sonrío al pensar en mí bolita de algodón —mi hija lleva tú nombre, no la conociste pero es toda una belleza como tú, descansa en paz Alia Ivanova— dejo el ramo de rosas sobre la lápida —¡adiós mamá!—me despido con el adiós de para siempre.
No me gustan los cementerios, nada que se relacione a la muerte, pero la muerte es parte de la vida y cuando perdemos seres queridos debemos cerrar esos ciclos, despedirnos como es debido porque si no mentalmente tendremos una cuenta pendiente que no nos dejará vivir tranquilos.
Arthur me espera afuera del auto del detective, tiene las manos metidas en los bolsillos —¿por qué no estás en el auto?— le pregunto cuando llego hasta él —te puedes enfermar— está nevando más fuerte.
— Lo importante es que ya pasó— le digo —hay algo que tienen que saber, lamento de contarles antes, pero no sé cuál sería su reacción— todos me miran a la espera de que diré —tengo una hija- el silencio es sepulcral —nació el 20 de diciembre— continúo —le dije a Nikolas que...— no termino de hablar porque soy interrumpida por Miranda.
—¿Tengo una nieta, recién nacida?— me dice mientras se abanica el rostro.
— Nikolas le hará las pruebas de A...— vuelven a interrumpirme.
—¡Soy tía!— grita emocionada Nikole.
— Sí, pero...— esta gente no me deja completar la oración.
—Quiero verla— dice Demian.
Saco el celular y le muestro las fotos de Alia, las lágrimas de todos me deja sin palabras.
—Se los motivos que tenías para no hablarnos sobre ella— habla Miranda —pero no necesitamos ninguna prueba de ADN— ñ se limpia las lágrimas —quiero sostenerla en mis brazos— me dice.
Les cuento todo sobre Alia, desde cómo descubrí el embarazo hasta sus mañas de bebé, la enfermera me informa de los avances de mí abuela y paso la tarde en la habitación donde se encuentra, verla así me provoca angustia, mi felicidad no es completa si ella no está bien, por lo que investigo los mejores doctores especialistas en su caso —necesito que despierte abuela— le hablo y beso su mejilla —necesito que me digas que me amas mucho porque me parezco a tu madre, con mí cabello rubio cómo el sol— me digo al borde del llanto.
Al anochecer bajo junto a los demás a cenar, me comentan que quieren ir conmigo a Londres para conocer a Alia, les digo que no tengo problema con ello.
La puerta principal se abre, Nikolas llega y todo lo miramos, detengo la cena y Nikole se pone de pie, lo saluda con alegría pero repentinamente el ambiente se torna tenso debido a las miradas poco amistosas que le dedica Nikolas a Arthur.
— ¿Quien es el?— me pregunta Nikolas —¿tu nuevo amor?— creo que a estado tomando.
— Nikolas por favor— dice su madre.
—Le estoy preguntando a Anika, mamá— dice.
— No estás en condiciones— dice su padre queriendo llevarlo a otro lugar, pero se niega
— ¡No! déjame hablar —empuja a su padre —que vea lo miserable que soy desde que se fue— dice con dolor.
—¡Nikolas basta!— pide su hermana, pero no le presta atención.
— Intenté odiarte, envenenarme el alma creyéndote la peor del mundo, pero tu recuerdo no salía de mí cabeza— me grita —¿cómo podría odiar a quien me enseño el significado del amor?— me dice —me duele ser tan invencible y haber creer toda esa basura sobre ti— me pongo de pie está muy dolido —joder yo te necesito Anika, a ti y a nuestra hija— me suplica —¿qué no ves que no puedo vivir sin ti?
Arthur me mira al igual que todos que solo esperan una respuesta mía, respiro profundo —no puedes pretender que después de todo lo que me dijiste e hiciste vuelva contigo como si nada pasó— soy clara, lo miro a los ojos azules iguales a los de mi hija —ninguno de los dos quedó bien después de eso, Alia necesita crecer en paz y es lo que estoy construyendo para ella, ya te dije si quieres estar en su vida no te lo voy a impedir, pero debes transmitirle la seguridad que necesita— le indico —debes poner de tu parte para ser el mejor padre para ella— su padre le toca el hombro —no quiero que tenga vacíos paternales cuando crezca, por eso debes de asegurarme que mi hija no los tendrá, que estarás ahí para ella siempre— las palabras me provocan lágrimas —es lo que más amo en el mundo y no quiero que la lastimes— en su mirada veo indignación pero lo me importa, solo me tiene que dar su palabra
—¿Crees que yo ... Sería capaz?—le dice triste.
— Yo no te conozco Nikolas, no sé de qué eres capaz— el silencio se extiende por minutos —creo que es mejor que nos vayamos, gracias por cuidar a la abuela y por la cena.
—Ya es muy noche, no se pueden ir— habla Miranda
— Mañana volveré por mí abuela— les informo.
— ¡No! de ninguna manera, ustedes se quedarán aquí y mañana todos volamos a Londres— exige Demian.
Nikolas se ha quedado sin palabras y creo que es mejor así, miro a Arthur quien se acerca a mí —haré lo que digas— me informa, lo pienso unos segundos la nieve es un problema, no conozco hoteles en Wisconsin por lo que acepto.
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