Mi Resiliencia (COMPLETA) romance Capítulo 34

Anika

El tiempo cura la heridas, no importa lo profundo que sean, solo debemos darnos el tiempo necesario para sanar, cada cicatriz tiene un tamaño y una dificultad distinta a la otra, por eso es necesario no desesperarse y aprender durante el proceso.

Acaricio el rostro de mí hija mientras duerme, es doloroso saber que no podré amamantarla por un tiempo, pero necesito bajar mis niveles de estrés, puedo hacerme daño y a mí bebé también.

La victoria no es completa hasta que mi abuela no esté del todo recuperada, la doctora que la está atendiendo en las últimas semanas me está dando buenas noticias, su evolución está siendo satisfactoria y eso es algo que me da ánimos.

Ha pasado un mes desde que volví de Estado Unidos, Claudia y Carlos fueron condenados a 85 y 30 años de prisión, la condena me quitó un gran peso de encima, Cristal está devastada pero su madre debe pagar por sus crímenes.

Tengo una agenda muy apretada, mi obra se está internacionalizando, librerías de las grandes potencias mundiales hacen grandes pedido que me están generando grandes ganancias, de las cuales aparto un porcentaje para los fondos de Alia.

La herencia de mi padre fue dividida en partes iguales para mí y Cristal, los bienes de mi abuela quedaron bajo mí tutela ya que soy quien está a cargo de ella.

Alia está creciendo muy rápido, como ya Arthur y Ana me habían hecho saber, las ropitas le van quedando pequeñas, por eso trato de comprar prendas que no le queden muy justas, sino más bien un poco más grandes.

La maternidad es mí papel favorito, amo a mí bolita de algodón, no me canso de cuidarla, abrazarla y presumir la, es lo más importante en mi vida, pongo todo mi empeño en que tenga salud, alimentación y protección.

Arthur y sus hijas siempre me visitan, Lili cumpleaños mañana y su padre le está preparando una sorpresa en el establo de sus abuelos, será una fiesta muy privada, solo algunos compañeros de su clase, obviamente Alia está invitada, claro para mí bebé no habrá cabalgatas pero estaremos presentes.

Cómo a Lili le gustan mucho los animales le compré unos conejos negros, son muy lindos, le pedí la autorización a su padre y accedió.

Con Lissy e estado más unida últimamente, después de mí decaimiento noté que le afecto mucho por lo que le expliqué mí estado y eso la tranquilizó un poco, ahora me visita todos los días junto a Lili.

Ana sin duda ha sido una ayuda incondicional que aproveche hasta el último día que estuvo aquí con su esposo, por más que quisiera que se quedará toda la vida hasta que Alia se gradúe de la universidad, eso no es justo para ella.

Se marchó hace una semana atrás a Turquía, le gusta explorar diversas culturas y hacer sus experimentos científicos, le agradecí con todo mi corazón y deposite una ayuda para la fundación que dirige para niños que viven en las calles y no tienen familiares, es una muy noble fundación que se está extendiendo en todo el mundo.

La librería crece cada día, organicé mis horarios con Ritha y solo trabajo en la tarde, así tengo las mañanas y las noches para mí bolita de algodón, en las tardes Lourdes la cuida, Arthur me sugirió la idea y me agradó ya que la conozco desde hace algún tiempo, y las niñas están cerca de Allá.

Los Katunaric, se fueron a Croacia, están organizando cosas que preferí no preguntar, no quiero estar muy al pendiente de sus actividades, son familiares de mí hija y los aprecio, pero quiero mantenerme al margen de todo lo que hagan.

Nikolas lloró cuando a fin logramos que Alia lleve su apellido, ahora es Alia Katunaric Brown, no puedo negar que su nombre tiene un gran peso ahora, que tiene el apellido de su padre.

Nikolas cómo padre es muy bueno, se preocupa mucho por mí bebé, la arrulla en sus brazos como si no quisiera que nadie se la arrebate, entiendo su sobre protección, debe tener algo de miedo por cómo se dieron las cosas entre nosotros, de cómo me guardé por tanto tiempo que era su hija.

Cada día en vez de tener mi mente clara, estoy más confundida y es que Nikolas no entiende que ya no tiene oportunidad conmigo cómo pareja, todos los días me manda rosas, me deja notas pidiendo perdón, me estresa su intensidad, le he dejado claro mil veces que lo nuestro no puede ser, pero es tan terco que me enfurece.

El tiempo sana las heridas y las mías respecto a él aún no has sanado, quiero que me dé espacio para mí, quiero estar sola con mi hija, no estoy para complicarme la vida con una relación que sólo me destruyó.

— Se quedó dormida— me dice Homi, estoy en su departamento, en donde vivía con ellos

— Sí, la llevaré a dormir— le aviso y con mi bebé en brazos me dirijo a mí antigua habitación en donde Homi tiene una cuna para Alia, acuesto a mí hija y vuelvo a la sala de estar donde Nahomi me espera, estamos solo las tres en casa, Cristian está en Kent en el palacio de su familia.

— Y ¿cuándo vuelve Cris?— indago y Homi se encoje de hombros.

— Tiene asuntos parlamentarios que resolver— me dice triste.

— Haz hablado con el?— me preocupa la situación en la que están, hace unos meses atrás perdieron a su bebé, era muy pequeño pero eso no implica que no les doliera perderlo, Nahomi estaba tan devastada que tenía entrará en depresión.

— Un par de veces— se limita a decir.

— Y ¿por qué no vas a Kent?— le digo.

Ella me mira cómo si fuera obvio —Ani, no soy bienvenida a Kent, tampoco quiero incomodar a Cris— confiesa.

— No sé nada sobre los códigos de la realeza, pero si de las relaciones— tomó sus manos —tú y Cristian son tan únicos, miren todo lo que han hecho juntos, la forma en la que se tratan, su forma de organizar sus vidas, ustedes merecen permanecer juntos, se respetan, son independientes, valoren lo que tienen, los padres de Cristian deberían de darse la oportunidad de conocerlos tal cómo son— le digo sin rodeos.

—Eso te dijo Ana?

— Sí, también que Nikolas no disimula los celos que siente por él, ustedes se llevan muy bien le dije a mamá.

—Con Arthur siento que todo está en su lugar, me siento protegida y segura, el es un hombre que sabe lo que quiere y lucha por ello, tiene los pies sobre la tierra— confieso —mí corazón siente su calidez cuando estamos cerca, tiene las palabras correctas para todo— reconozco —me gusta mucho, pero le pedí que nos diéramos tiempo para fundamentar lo que sentimos.

— Eso es muy hermoso Ani— me dice —¿y Nikolas?

—Sabes que lo amé y sé que él siente algo por mí, fue mi primer amor y siempre está presente en mí vida, se está esforzando con Alia y debo reconocer que lo hace muy bien— respiro —quiere venir a vivir a Londres, para estar cerca de nosotras.

— Quiere recuperarlas— concuerda —y ¿qué sientes ahora por él?

— Me confunde— confieso.

— Comprendo.

— Dejaré que mis heridas sanen, necesito tiempo para mí y mi hija, solo nosotras dos, sin ninguna relación complicada que me perturbe y afecte a mí bebé.

— Creo que es lo mejor por ahora, ordenar tus pensamientos y amar a nuestra hija hasta que estés lista— me aconseja Nahomi.

—Eso es lo haré— le digo.

Pasamos la tarde hablando de nuestros planes a futuro, Alia despierta y Homi la alimenta con el biberón, hacemos la cena y comemos solas nosotras, Cristian llama y Nahomi se va a la privacidad de su habitación para hablar con él.

Tomo a mí bolita de algodón de los brazos, está más gordita, y por increíble que parezca está mucho más hermosa, cada día lo está.

- Bolita de algodón eres mi corazón- le digo – te amo – beso su frente, pasaremos la noche aquí con Homi, las tres nos hacemos compañía.

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