Resistir en medio de las adversidades y tener la capacidad de no desmayar durante dicho proceso es de valientes, Anika había soportado la humillación más grande de su vida, pero sus amigos nunca la dejaron sola, quizás si no tuviera a nadie para sobre llevar las difíciles situaciones, no lograría resistir y estaría en penumbras, pero agradece a su madre que la educara con amor y que siempre le recordara que debía tratar a los demás con empatía, esas palabras nunca las olvidaría y se las enseñaría a su hija, su pequeña bolita de algodón que había llegado a su vida en un momento inoportuno, Alia fue y es la luz de su vida su amor verdadero, por la cual trata de ser mejor persona cada día y a la que sacaría adelante y a la cual le proveería un mejor futuro, una mejor infancia de la que ella tuvo.
Tanto en Inglaterra como en otros países de Europa y Norte América, la historia de Anika se había convertido en la más leída, el éxito de la obra motivo a que Anika escribiera una secuela, los maestros utilizaban la obra como referencia para apoyar a niños con dificultades cognitivos.
La vida se encarga de pagarle a cada quien como se merece y a Anika le había llegado el momento de vivir en libertad, sin miedo ni trabas, las puertas en el mundo literario estaban abiertas para ella, la joven rubia aprovecho cada oportunidad de crecimiento que se le presentaba, era mama a tiempo completo pero siempre sacaba un momento para prepararse profesionalmente.
Anika poseía el suficiente dinero para vivir una vida entera llena de lujos, todo el dinero de su herencia le fue otorgado, al principio no quería aceptarlo pero su abuela la hizo cambiar de parecer, su padre la amaba con el alma y deseaba que su hija pudiera tener un mejor estatus social.
Las ganancias de sus obras fueron otro ingreso que le dio la independencia financiera que necesitaba para comprar una casa más grande, amaba el vecindario así que en cuanto se enteró que había una casa en venta, contrató un agente de bienes raíces quien le mostro las mejores propiedades de la zona, y donde encontró la casa de su sueños.
Era toda una emprendedora, al analizar varios asuntos con su jefa Ritha, llegaron a un acuerdo y Anika se convirtió en la socia mayoritaria de la librería, Anika podía volver a ejercer su carrera como psicóloga en cualquier escuela pública o privada, pero ella decidió extender la Liberia y poner su propia escuela privada de Psicopedagogía la cual llevaba el nombre de su hija y en la cual tiene un personal capacitado de profesionales en la psicología y orientación escolar, como también maestros bien preparados, este proyecto le llevo mucho esfuerzo y dedicación, su seres queridos tenían opiniones encontradas, algunos no querían que lo llevara a cabo, mientras que otros le apoyaron en su sueño.
Diversas revistas y medios de comunicación relataban su vida y la invitaban a entrevistas la cual le hacía ganar más popularidad, ahora Anika Brown era una mujer ejemplar que las personas admiraban por su valor y Resiliencia, no fue fácil para ella exponer su vida ante el mundo pero debía hacerlo, talvez en algún lugar del mundo hay una persona siendo pisoteada y destruida, quizás su historia despierte las capacidades de resistir ante las adversidades y todo podremos construir un mejor entorno en el cual habitar.
La vida de madre para Anika es lo mejor que sabe hacer, cuidar de su pequeña y amarla sin medidas no son un trabajo sino más bien un privilegio, su parte favorita la llegar a casa luego de una día largo y cansado era abrazar a su hija y llenarla de besos, sentía que todo estaba en su lugar.
Aun no formalizaba una relación con nadie, amaba a un hombre con todo su corazón, los últimos dos años ese amor creció y se multiplico por cada célula de su cuerpo, deseaba confesarle su amor y darse la oportunidad que tanto necesitan.
Unas suaves caricias sobre su rostro la hacen despertar, las risas de alguien le alegran el corazón –¡Mami espieta!— le grita una voz infantil, Anika finge estar dormida por unos momentos más —¡mami, teno hamble!— le dice su pequeña rubia.
Anika deside sorprender a su hija y abre los ojos, encontrandoce con los ojos azules como el cielo que la tienen a sus pies, mimediatamente se sienta sobre el colchón y empieza a darle besos en todas parte a su hija, Alia se ríe sin parar –pala mami, pala, po favoi— le pide la pequeña, Anika cesa los besos a su pequeña.
—¿Tienes hambre bolita de algodón?— indaga Anika cargando sobre su regaso a su hija, ya habían pasado dos años desde que Alia nacio, vivian en la casa nueva junto a la abuela Miriam.
Anika obtuvo su ciudadanía Inglesa hace un año atrás, desidio establacerse definitivamente en Londres, ama Utha pero todos los que ella necesitan viven aquí, asi que no fue una difícil decisión quedarse.
Sale con su hija en brazos la cual no para de hablar, es una niña muy feliz y concentida y es que no existe alguien que no la ame, su dulzura y energía enamoran a todos los que la conocen, Anika la sienta sobre su silla alta de comer –voy a preparar tu desayuno favorito— le indica Anika a su hija, hoy es viernes y Nikolas pasara por ella en cualquier momento, habían acordado que Anika pasaría de lunes a jueves con Alia, mientras que su padre la tendría de viernes a domingo y también los días que Anika tuviera que trabajar hasta tarde.
Pone a hervir las papas y los huevos, mientras enciende la música relajante que siempre reproduce cuando está en casa –Buenos días— se acerca Miriam vestida en pijama.
— Abu— Alia alza los brazos para estar con su bisabuela, Miriam no duda ni instante y carga a su bisnieta, el terremoto que le da vida y luz a la casa, se siente tan bendecida por estar con ellas.
—¿Cómo esta mi preciosa albondiguita?— Miriam le dice así de cariño a su bisnieta, Anika sonríe y sigue en su labor.
— Mi papi vene pala ta— dice Alia y Miriam asiente
—¿Enserio?— dice intrigada Miriam bromeando con la pequeña.
— Ti abu— contesta muy segura la nena.
—¿Y te vas a ir con el?— indaga Miriam simulando estar triste —¿nos vas a dejar a tu mami y a mí, solitas aquí?—asusta a la pequeña quien se pone a llorar.
— Abuela no le digas esas cosas— la reprende Anika quien sabe que Alia es muy sensible _no pasa nada mi amor— la tranquiliza, después de unos segundos con la cara roja Alia deja de llorar —ven vamos a desayunar para alistarte— le indica su mamá.
Miriam sonríe al ver lo excelente madre que es su nieta, ver como se desvive por su hija es maravilloso, su hijo George estaría muy feliz de tenerlas.
Quien quieres ser en un futuro debes de trabajarlo en el presente, cuida el ahora y esfuérzate en ser mejor que ayer, es el lema de Anika, sabe que el camino que trazo en el pasado es el que hoy camina, no piensa arruinar lo que hasta ahora ha logrado.
Darle el desayuno a Alia es de las tareas más complicadas, hay que cantar con ella todas sus canciones infantiles, no importa si es su comida favorita, Alia mueve la cabeza logrando ensuciar la mitad de la cocina, la Miriam le parece gracioso, es el espectáculo de todas las mañanas, cuando pasa días con su padre él le informa lo mismo.
Solo con una persona Alia come sin hacer berrinches y es con Arthur quien le tiene toda la paciencia del mundo y le hace gastar todas las energías, claro a él se le hace fácil tiene experiencia de sobra, además que Lili y Lissy le apoyan.
Luego de casi media hora de peleas en el desayuno, Alia logra comer el 70% de la merienda y entras que el otro 30% esta esparcido en toda la cocina —ve y prepárense, yo me ocupo de la cocina— le ofrece Miriam y que falta poco para que Nikolas llegue por su hija.
—Gracias abuela— Anika sale con Alia en brazos y la lleva al baño, llena la bañera infantil color blanco y pone los juguetes de hule para bañarla, le quita la pijama y la sumerge en el agua tibia, esparce jabón por el pequeño cuerpo de su hija y le limpia el cabello con su champú, retira la espuma con agua limpia y la envuelve en una toalla.
Hacer cualquier cosa con Alia implica un desorden después, el baño esta empapado de agua producto de las pataletas que la pequeña hacía en el agua, debía prepararse también para ir a trabajar, tenía que contratar a alguien para que se ocupara de organizar la casa un poco, ya no tenía el mismo tiempo de antes.
Anika saco una ropa para vestir a su pequeña, la noche anterior había empacado las ropas que su hija llevaría para pasar el fin de semana con su padre, Nikolas le había dicho que no se preocupe por eso que en su casa Alia tenía su propio closet en su habitación.
—Vamos a vestirte— le dice Anika a su hija quie salta sobre la cama desnuda,
—No quelo ponelme eso mami— le dice Alia a su madre haciendo un puchero.
— Es el que te pondrás— dice con autoridad Anika y Alia intenta hacer una rabieta pero Anika no se la tolera.
—Adiós mi amor— se despide y la coloca en el piso.
—¿Dónde está mi osito mami?— de repente la pequeña pregunta, Anika frunce el ceño
—Creo que esta en tu cuarto— Anika se va a la habitación de la pequeña a buscar el osito de peluche que Lili le obsequio hace un año y el que es el juguete favorito de Alia.
Anika levanta todas las colchas, abre todas las gavetas, busca en el closet y hasta debajo de la cama, pero no encuentra nada, ¿dónde podría estar su osito? Anika continúa revisando por toda la casa y no hay señales del peluche.
Nikolas tiene sobre sus piernas a su hija en espera del susodicho osito, Anika llega junto a ellos y niega con la cabeza.
—Mi amor, ¿sabes donde lo dejaste?— le pregunta Anika a su hija y esta niega.
Sabría qué tendría un problema muy grande si ese peluche no aparece, llaman a la puerta principal y Miriam se encamina a abrir la puerta, se tomó el tiempo de limpiar la cocina, bañarse y vestirse.
Al abrir la puerta Miriam sonríe al ver que es Arthur —Buenos días Miriam— saluda.
—Buenos días Arthur— Anika al verlo se alegra.
—¡Papi!— dice Alia dejando las piernas de su padre Nikolas, para correr a los brazos de Arthur, Anika, Nikolas y Miriam se quedan perplejos.
Arthur recibe a la pequeña y la carga en sus brazos —pequeña Ali— la saluda Arthur quien no corrige a la niña —mira a quien te traje— le muestra a su osito, el mismo que Anika había buscado en toda la casa.
—¡Mi osito!—dice sonriente la nena.
Anika está en completo shock, Nikolas retiene la rabia que siente va hasta Arthur y le quita a su hija —él no es tu padre Alia— le dice molesto Nikolas a la niña
Ania interviene —Tranquilo Nikolas ella pasa mucho tiempo con las niñas de Arthur— intenta razonar Anika —Alia talves le dice así por eso.
—No me molesta que me diga asi—dice Arthur.
Nikolas pierde la paciencia, ese ingles se le está robando la mujer que ama y también quiere quitarle a su hija —pues a mí sí me molesta, ella solo tiene un padre y ese soy yo— dice Nikolas aferrándose a su pequeña.
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