Nikolas
Me considero una persona puntual y que invierte bien su tiempo, a lo largo de los años nunca he llegado tarde a ninguna cita, alguna reunión, fiesta o cualquier otro escenario que requiera mí presencia, pasarme con dos horas de retraso es insólito, Nicole fue muy clara conmigo ésta mañana al encargarme de ir por Dániel a su nuevo colegio.
Llegué tarde por él, porque al medio día tenía un almuerzo con unos inversionistas, la ubicación del lugar del almuerzo estaba a más de dos horas de viaje, durante la reunión perdí la noción del tiempo cuando miré la hora ya eran las tres, intenté llamar a Marcos para que fuera por Dániel pero no tenía cobertura.
Salí lo más rápido que puede del lugar sin terminar la negociación, había cometido un enorme error al dejar aún pequeño de siete años en la escuela, su madre no sólo me mataría, partiría mí cuerpo en pequeños pedazos y me daría a comer a los perros.
Cuando llegue al colegio de Dániel logré respirar, saber que estaba ahí me hizo sentir aliviado, no me perdono el haber olvidado a mí pequeño sobrino, que clase de persona soy, él es nuevo en el lugar y acá de perder a alguien importante en su vida.
La bella maestra que lo cuidaba me miraba con decepción, ella no me conoce y ya tiene una mala impresión sobre mí, no recuerdo que esa fuera la maestra de Dániel, me sorprendió la manera en la que él se mostró con esa rubia de ojos miel, él no es muy conversador y menos con personas que casi no conoce.
Mi hermana y sobrino ahora viven conmigo en Utah, antes vivían en Washington con Luke, el padre de Dániel y esposo de Nicole, pero éste murió de una aneurisma hace tres meses, la enfermedad no se le diagnóstico a tiempo ya que cuando se enteraron solo le faltaba un mes de vida.
La situación actual de mí hermana a conmovido a toda la familia, nuestros padres, abuelos y yo les hemos brindado todo nuestro apoyo emocional e incondicional a ambos, ya que han sufrido de una pérdida irreparable e inesperada.
Desde la muerte de Luke, Dániel no es el mismo, casi no habla, no come suficiente, no mira a nadie a los ojos y ese comportamiento nos preocupa, mamá le ha dicho a Nicole que deben ir a algún psicólogo para que pueden lidiar con la pérdida, pero ella se niega a asistir.
Hace un mes Dániel está asistiendo al colegio, es nuevo en la ciudad al igual que Nicole, ellos tomaron la decisión de vivir conmigo un tiempo hasta que puedan sobre llevar la pérdida, mis padres querían que se fueran a vivir con ellos pero Nicole quería un cambio de aires y en Washington no lo conseguiría ya que según ella, todo le recuerda a su difunto esposo.
Voy conduciendo a casa con Dániel, mi celular no ha dejado de sonar desde que obtuve recepción, no contesto porque sé que son mis padres y mi hermana, ella está en Washington resolviendo unos pendientes, quería llevarse a su hijo pero al ser nuevo en la escuela no puede perderse las clases.
Ignoro las llamadas, le escribo un mensaje diciendo que ya pasé por Daniel que no se preocupe, le hago preguntas a mí sobrino, preguntas que el ignora olímpicamente sin siquiera mirarme, está en el asiento de atrás sentado en su silla de seguridad, —tienes hambre campeón— indago pero el solo mira a un lado de la ventanilla — te prometo que no volverá a pasar... verás estaba fuera de la ciudad y....— el me interrumpe.
— No te disculpes— me aplica la Ley del hielo y tiene razón, soy un pésimo tío, por mí culpa levantarán un reporte de tardanza y eso es una falta leve, estoy seguro que el lunes tendremos que ir a la oficina de la directora a pedir disculpas y a firmar un compromiso.
Al llegar a la casa, me ocupo de la cena, la comida Tailandesa es mi favorita — bien Dániel pedí la cena para ambos, hoy será una noche de chicos— le digo y el sólo se encoje de hombros es como si fuera un mini hombrecito.
Le doy una ducha a mí sobrino y luego yo tomo una, nos ponemos nuestros pijamas y encendemos el televisor, los jóvenes Titanes son sus caricaturas favoritas así que como ofrenda de paz dejo que los vea.
Cenamos sentados en el sofá viendo esas caricaturas sin sentido para mí, sé que debo escuchar la reprimenda de mis padres y hermana pero tuve un día pésimo y no quiero más regaños.
El celular vuelve a sonar y yo se lo entrego a Dániel para que hable con su madre y abuelos, hablan un rato dónde el solo contesta con monosílabos como si, no, ok, ujum entre otros, él no se habla con todo el mundo y más ahora le cuesta más interactuar hasta con su propia madre.
Dániel me entrega el celular y sé que es momento de afrontar la reprimenda que me merezco — ¡si!— contesto.
—¡Eres un imbécil Nikolas!— me reprende Nicole —si no podías ir por mí bebé debías decirme antes, como se te ocurre, es un niño y estaba sólo, con miedo y llorando, la maestra me reprendió sabes— está llorando —tomaré en la madrugada un vuelo a Utah no confío en ti cuidando a Dániel— le dice y me hiere con sus palabras, sé que no soy tan empático pero Dániel es mi familia y lo quiero.
—Escucha, sé que estás molesta conmigo yo también lo estoy, pero no puedes desconfiar de mí sólo por lo de hoy, amo a Daniel y lo sabes estoy, dispuesto a asumir la responsabilidad de mí error, pero no me alejes de mí sobrino— le digo sincero —fui un irresponsable, perdóname por poner en riesgo lo más importante para ti —ella es una madre que está tratando de salir a delante con su hijo, necesita apoyo no miedo o irresponsabilidades y eso le demostré.
— Lo siento, no quería hablarte así, se cuánto amas a mí bebé, pero entiéndeme necesito apoyo Nikolas, estar segura para avanzar junto a mí hijo.
— Si Nicole, lo sé y créeme estoy más que dispuesto a brindarle mí apoyo incondicional— ella es ocho años menor que yo, recuerdo el día en que Luke nos dijo que Nicole estaba embarazada, nos sentimos decepcionados debido a que solo tenía dieciocho años y estaba apenas iniciando su carrera universitaria, pero todos los apoyamos, estuvimos ahí para ellos y cuando Dániel nació la alegría reinó en nuestra familia —te doy mi palabra— le aseguro.
—Eres mí roca Nikolas, no me sueltes por favor— dice al borde del llanto —siempre cuidaste de mí cuando era pequeña, ya crecí pero te necesito ahora más que nunca— la escucho llorar.
— Tu y Dániel son lo más importante para mí, cuidaré de ustedes con mi vida— le expreso con todo el peso que sé que tiene mis palabras en sus emociones.
El fin de semana se pasa muy pronto, Nicole volvió con nosotros y con Dániel fuimos al cine, a ver el lago y jugamos juegos que a él le gustan mucho.
Estamos sentados en la sala de espera del colegio de Dániel, ya que tenemos un citatorio con la directora, ahora mismo Dániel está en su aula mientras Nicole y yo esperamos.
— Pueden pasar— nos dice una joven muy amable.
— Gracias— le decimos mí hermana y yo.
— Disculpe a mí hermano es algo torpe—
Entonces una risa se instala en los labios de la Rubia, labios rojos que deben de sentir se suaves y cálidos, enfoco mis ojos en esos carnosos labios y ella se muerde levemente el inferior, se mira tan sensual.
— En realidad no le dije mí nombre— dice ella con una carcajada, y Nicole le acompaña a burlarse de mí — disculpe jajajaj— su risa tiene una melodía única —soy Anika Brown— me dice y yo arrugo en ceño porque conozco a varias personas con ese apellido.
— Brown, como Cristal Brown— le digo y ella asiente —¿son parientes?
—Algo así— ella dice para luego continuar con el interrogatorio de Psicóloga que debe hacernos para el expediente de Dániel.
Los ademanes de sus manos, el movimiento de su cuerpo, expresiones de su rostro me tienen cautivado, es una hermosa mujer su inteligencia en lo que hace es sorprendente.
Anika Brown apenas te conozco y ya me tienes encantado.
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