Anika
Perder a uno de tus padres a tan corta edad es frustrante, saber que no te verá crecer, llegar a la adolescencia, graduarte de la universidad, casarte, tener los hijos que serían sus nietos, es doloroso pensar que se perderá todas esas maravillosas etapas de la vida, lo sé porque lo vivo desde los dieciséis cuando perdí a mis padres.
Conocer la historia de Dániel provocó en mí que una serie de sentimientos, soy su terapeuta y no debo involucrarme emocionalmente, pero es inevitable no hacerlo, él es un niño increíble, su vida ha sido sacudida de una forma abrupta, con tan sólo tiene 7 años ya tiene que cargar con el peso de una gran pérdida irreparable, tiene que adaptarse a una nueva forma de vida, tiene que hacer nuevos amigos y eso es difícil siendo tan solo un pequeño.
Hablar con la madre de Dániel fue un logro, a pesar de su quebrantamiento ella se intenta levantar apoyándose de sus seres queridos, ella fue muy abierta porque en verdad quiere recuperarse, con ella acordamos dos secciones por mes, a Dániel lo observo todos los días y junto a sus maestros elaboramos un plan para su aprendizaje, ya que está retrasado en las clases debido a su falta de atención.
No sólo debo ayudarle a mejorar su aprendizaje, sino que debo brindarle apoyo psicoemocional, ya que producto de los eventos que ha sufrido en los últimos meses su rendimiento académico decayó.
Estoy preparando mí desayuno, debo alimentarme bien para ir al trabajo, hoy es mi primer mes, en el que he tenido retos de forma profesional y personal, a algunos compañeros no les agrada que les diga que deben tener una forma de enseñar diferente para los alumnos que tienen algunas dificultades en el aprendizaje.
La enseñanza tradicional es arcaica y no cumple con los estándares del mundo moderno de hoy, Salt Lake Arts Academy no puede vivir en el pasado de la enseñanza, tenemos equipos tecnológicos de primera, padres dispuesto a pagar por una educación inclusiva y que se lleve a cabo la equidad, pero algunos maestros no han avanzado tecnológicamente y sus enseñanzas son algo aburridas, yo busco que rompan con sus rutinas y que crezcan para que enseñar no les sea algo obligatorio sino más bien divertido.
El mismo día que obtuve el empleo llamé a mi abuela para agradecer, pero ella me dijo que mí esfuerzo y talento es el que me ha traído a dónde estoy, mi dulce Miriam quien siempre está al pendiente de mí, prometí cenar con ella ésta noche y eso me emociona mucho, compartir un momento con ella.
Me lavo los dientes luego de desayunar, seco mis manos y rostro con una toalla, me vuelvo a ver al espejo y me gusta lo que veo, estoy vestida con un pantalón, una blusa de mangas largas blanca y el cabello suelto completamente liso cae sobre mí espalda, tomo mí maletín en el que llevo mí laptop, libretas de apuntes entre otros asuntos personales.
Cierro la puerta de mí departamento y dirijo mis pasos hasta en ascensor, pero antes de llegar a éste un cuerpo enorme de intercepta —¿qué guapa estás?— dice Carlos con sus ojos prendidos en llamas, es un inquilino del edificio en el que vivo, desde que se mudó no ha dejado de acostarme, no me gusta que se me acerque ya que tiene algo en su forma de ser que no me agrada.
— Buen día— digo y lo esquivo.
—A dónde vas linda, quieres que te lleve— su pregunta me causa incomodidad por lo que no le hago caso y continuo mí camino — ¿por qué siempre me evades lindura?— no me vuelvo a verlo y entro al ascensor —quieres seducirme con tu desprecio y déjame decirte que lo estás logrando— marco el piso de la recepción y las puertas se cierran.
Todo el tiempo es lo mismo, creo que me ha tomado el horario, antes de salir del departamento ya él está en el pasillo, cuando llego de trabajar, está en el mismo lugar, y siempre dice las misma cosas, comentarios vulgares que no me agradan en absoluto.
Al llegar a la recepción, salgo del edificio y tomo la ruta del autobús ya que no tengo vehículo, y debo tomar ese método para llegar a tiempo a mí trabajo. El autobús no tarda mucho en llegar, me monto en él y media hora después estoy en la escuela.
—Hola Bárbara, ¿cómo estás?— saludos a la maestra de Dániel ya que en los últimos días nos hemos vuelto cercanas debido a que tenemos que estar interactuando intercambiando información de Dániel y de otros de sus alumnos.
—Buen día Anika, estoy bien gracias por preguntar y tú ¿cómo estás?— me dice muy amable.
—Gracias a Dios bien— le dejo saber, saludo a uno que otro compañero y alumnos que me topo en el pasillo hasta mí oficina, el acto de inicio aún no se le ha dado apertura, soy la encargada de dedicar unas palabras a todo el personal, los alumnos y los padres que sé permiten entrar a la escuela.
Estoy algo nerviosa, es la primera vez que hablaré delante de tantas personas juntas, es una ceremonia de inicio que se hace cada día antes de entrar a las aulas, durante éste mes he visto que cada día un maestro diferente es quien brinda dichas palabras.
Dejo mi maletín en mí oficina y me preparo para ir a la entrada que en donde se lleva a cabo el evento, los alumnos están organizados en columnas por sus respectivos grados, en el espacio improvisado hay un púlpito de cristal y un micrófono.
Llego hasta el púlpito, pruebo el sonido del micrófono y se escucha bastante bien —buenos días familias, equipo de trabajo, estudiantado y todos los que me alcanzan a escuchar— digo algo nerviosa pero poniendo mí corazón en la palabras que escribí inspirada desde mí punto de vista cómo psicóloga del nivel primario — la palabra aprender tiene una serie de sinónimos cómo instruirse, estudiar, educarse, aplicarse, asimilarse, cultivarse, ejercitarse, si analizamos bien dichos sinónimos están en singular y lo que significan es que el propio ser que aprende debe aprender desde su interior aquellas cosas que le enseñan, para un aprendizaje significativo debemos tomar en cuenta nuestro desarrollo integral como seres humanos, no solo leer montones de libros y no obtener el sentido que se requiere, es adquirir la inteligencia emocional y educativa y así desarrollar las competencias que se necesitan para avanzar en las dificultades, nuestra competencia no es con los demás, es con nosotros mismo, les deseo que hoy aprendan desde su interior y les garantizo que sabrán más que ayer— termino mí discurso y una oleada de aplausos me reciben les hablé desde mi experiencia como ser humano, dejé atrás mis miedos y abrí mí corazón, la sensación de alegría me inunda, sonrío y bajo del escenario.
— Eso fue hermoso— dice una voz que me ha estado dando vueltas en la cabeza en los últimos días Nikolas.
— ¡Gracias!— le digo amable.
— En verdad, eres muy impresionante, no dejas de sorprenderme— me dice el hombre que tengo en frente el cual a colaborado voluntariamente con las secciones de terapia de Dániel.
— Solo dije lo que sentía— le digo mirando sus azules ojos que se están convirtiendo en mí azul favorito.
—Pues tus sentimientos son hermosos— me quedo de hielo al escuchar sus tiernas palabras, en el último mes me a halagado por todo, el rojo de mis mejillas es más que evidente, escondo mí sonrisa mordiendo la cara interna de mis mejillas, me coloco un mechón de cabello detrás de mí oreja.
—Qué tengas un excelente día Nikolas— me digo porque de repente siento calor y estoy en mí lugar de trabajo se supone que debo comportarme.
— Tu también que tengas un lindo día— me dice para luego estrechar mí mano y la sensación que me provoca su tacto sigue siendo la misma, pequeñas hormigas caminan por todo mi cuerpo.
—Tu novio, esposo... indaga.
— Alguien especial para mi— le digo y se ha puesto muy serio, tanto que durante toda la trayectoria no me mira ni socializa con conmigo solo con Dániel.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Resiliencia (COMPLETA)