My Last Sigh romance Capítulo 13

Despierto en la noche y el dolor de cabeza ya no es tan fuerte, ahora solo es un pequeño fastidio, pero no se ha ido completamente. Alejandro me sedó porque estaba muy alterada y eso me hacía más daño; pero no puedo evitar alterarme, no es justo que suceda esto ahora que conocí a Ezequiel y creo que él me gusta. Ahora que me doy cuenta que Xavier nunca me quiso y yo solo sentía cariño por él, no amor. Es completamente injusto. La vida es injusta.

—Despertaste —escucho la voz de Hazel a mi lado.

Ella se ve un poco cansada.

—¿Qué hora es? — pregunto y ella mira su celular.

—Son las 12:00 p.m. —me sorprendo.

—El tiempo pasó muy rápido —niega con la cabeza.

—Tal vez sientas eso porque estabas inconsciente, pero para nosotros el tiempo pasó muy lento, ya necesitaba que despertará.

Puedo notar que ha llorado, sus ojos están rojos y un poco hinchados. Eso me hace sentir mal.

—Lo siento —ella acaricia mi mejilla.

—No fue tu culpa estar sedada.

—Me siento cansada —ella asiente y sonríe triste.

—Es normal, primero estuviste inconsciente por 4 horas y después te sedaron por casi 8 horas, no estabas descansando por tu propia cuenta, por eso te sientes así —acaricia mi cabello.

—¿Y mamá? — pregunto al no verla por aquí.

—En casa con los demás, estuvieron aquí mientras estabas inconsciente, incluso Marina vino a verte, todos estamos muy preocupados. Pero los hice irse a descansar, hoy yo te voy a cuidar — dice y yo la miro.

—Tú también debes descansar, Hazel —niega con la cabeza.

—Es más importante cuidar de mi hermanita pequeña, ya no tan pequeña —sonrío.

—Gracias —le digo.

Ella es mi segunda mejor amiga, además de ser mi hermana.

—¿Por qué? —pregunta curiosa.

—Por estar aquí conmigo cuidándome y ser la mejor hermana mayor que una chica podría tener, te amo, hermana —a ella se le cristalizan los ojos y me abraza.

—Yo también te amo mucho, pequeña —me abraza y besa mi cabeza—. Quiero contante algo, es sobre el chico del bar, lo volví a ver.

Me mira sorprendida.

—¿Qué?

—El día que llegué tarde a casa yo les omití la parte de la historia donde nos besamos, la única que lo sabe es Marina —me sigue mirando con sorpresa—. El día que Isaac me estaba molestando yo hablaba con él y nos pusimos de acuerdo para vernos otra vez y conocernos.

—Nombre completo, edad, pasatiempo y que estudia —pregunta rápido y sonrío divertida.

—Ezequiel Harrison, 26 años, hacer ejercicio y estudia administración de empresas —respondo de la misma manera—. Creo que me gusta, él es tan lindo, caballeroso y muy divertido.

Ella me mira fijamente a los ojos como tratando de descifrar algo; luego sonríe.

—Tu mirada lo dice todo, me hablas de él y esos ojitos hermosos tuyos brillan, no los había visto brillar tanto, creo que eso pasa solo cuando te gusta algo. Pero creo que este brillo es más intenso y especial —me sonrojo.

—Creo que fue como el amor a primera vista —le respondo sonrojada y ella sonríe.

—Me alegro que estés feliz por conocer a Ezequiel, espero que no te haga daño —mira la hora en su celular, hace una mueca—. Ahora, a dormir, enamorada.

Me hace cosquillas y rio. Besa mi frente y camina al sillón que se ve un poco incómodo.

—¿Por qué no duermes conmigo? —preguntó.

Su rostro expresa el alivio de saber que no dormirá allí en ese espacio tan incómodo.

Esta cama no es muy grande, pero cabemos las dos perfectamente. Yo no soy muy gruesa que digamos, además, soy pequeña de estatura. Le hago un espacio en la cama, ella se acuesta con cuidado y me abraza de la misma forma.

—Descansa, Claire —dice.

—Descansa, hermana —respondo y a los pocos minutos caigo en los brazos de mi querido Morfeo.

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