My Last Sigh romance Capítulo 22

Llegamos a la casa y me siento cansada. En la sala veo a mi hermano y a Marina viendo una película.

—¿Te traigo algo de comer, hija? —me pregunta mi padre mientras me siento al lado de ellos y niego.

—Se me quitó el hambre —digo, Isaac me mira preocupado.

—¿Te sientes bien? Estas pálida, más de lo normal y tus labios casi blancos —se escucha preocupado y yo le sonrío.

—Efectos secundarios del tratamiento, tranquilo —cierro los ojos y me recuesto en el sofá.

—¿Me muestras el trabajo? —pregunta Marina.

—Después —es lo único que sale de mis labios.

—Claire, come, estás muy delgada —sugiere Hazel.

Abro los ojos y la veo comiendo frutas en la cocina.

—Nunca voy a engordar, esa es mi contextura, futura mamá —se sienta a mi lado y toco su pequeño vientre abultado.

—Como digas, honey —besa mi cabeza y cierro los ojos.

Poco a poco me voy quedando dormida.

***

Despierto y estoy en mi cama. Miro el despertador y son las 4:30 p.m. Abro los ojos con sorpresa y me levanto. Busco algo que ponerme para la cena. Elijo una falda negra larga con una abertura en la pierna y una blusa escotada en la espalda, con unos tacones plateados. Voy al baño y me cambio. Al salir encuentro a Hazel sentada en mi cama.

—Buena elección. ¿Necesitas ayuda? —me pregunta y yo asiento.

—Con el maquillaje y el cabello.

Me siento frente al tocador y ella comienza su magia. Me deja el cabello suelto con algunos rizos y me maquilla no tan producido, resaltando mis ojos.

—Listo —dice y le sonrío.

—Muchas gracias, Hazel, me encantó —la agradezco, ella sonríe.

—Termina de vestirte y bajas —dice.

Me miro al espejo, me gusta lo que veo y sonrío. Tomo una cartera plateada, meto dinero y mi celular. Bajo las escaleras y veo a Ezequiel con un traje típico de un empresario y le sonrío.

—Te ves hermosa, mi amor —me dice al estar al lado de él y yo sonrío.

Valentina me mira expectante y Ezequiel le lanza una mirada de advertencia.

—Su belleza es una de las cosas que atrajo a mi hermano; mírala, es hermosa mamá —responde Nora y me sonrojo.

—Gracias por el cumplido, tú no te quedas atrás, Nora —ella sonríe y yo miro a su mamá—¿Que quiere saber sobre mí seño-Valentina? —pregunto y ella se acomoda en la silla.

—Pues, ya conocí a tu familia y sorprendentemente me cayeron bien. Dile a tu madre que están invitados un día de estos a comer a mi casa. Pero contigo no pude hablar mucho —dice y yo le sonrío.

—Le haré llegar su invitación —la comida llega y la primera en comenzar a comer es Nora.

—¿Por qué tus ojos son de ese color? Ninguno de tu familia los tiene así — pregunta Valentina y voy a responder, pero Eze se me adelanta.

—Se debe a un síndrome no muy conocido, madre, por eso ella es así físicamente. Y así es hermosa, perfecta y sus ojos me encantan, toda ella me encanta —responde mientras besa mi mano y yo le sonrío.

—Todo de ti también me encanta, cariño —le digo, él me sonríe un poco ruborizado.

—Se nota que quieres a mi hijo, sólo eso quería comprobar, provecho —dice y comienza a comer, miro a Nora y ya casi termina su plato.

Suspiro, al parecer les estoy cayendo bien. Eso es bueno.

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