Entramos a la casa y me sorprendo, porque ya está amueblada y la decoración es hermosa. En la planta baja está la sala, el comedor y la cocina; la decoración es roja con negro, y las paredes están pintadas de beige con blanco. En el fondo de la casa, hay una puerta corrediza de cristal que da al jardín. Salgo y tiene una decoración hermosa, hay mucha plata y un tipo de fuente. Vuelvo a entrar a la casa. También tiene una escalera interna que da a la segunda planta. Subo con cuidado y en la parte de arriba hay cuatro cuartos, cada uno con su baño.
—Está hermosa —le digo a Ezequiel con una sonrisa.
Él me mira desde la planta baja y me hace un ademán para que baje con él.
—Mira, ella es Claudia, será la cocinera. Él es Julio el jardinero y ella es su esposa Minerva, la ama de llaves. Ellos tienen un hijo Alan, sólo tiene dos años —me los presenta y yo los saludo a todos con un ademán y una sonrisa.
Al pequeño Alan lo beso en la mejilla.
—Hola pequeñín estás precioso, tienes un hermoso nombre —le digo.
Sus mejillas se ponen rosadas y Alan me sonríe.
—Será un gusto servirles, señora. Gracias por darnos trabajo —me dice la madre.
Me siento en el sofá al sentir un leve mareo.
—Díganme Claire. Señora me hace sentir vieja y no lo estoy, eh —ellos sonríen.
—Los voy a llevar a su cuarto. Minerva y Julio vivirán aquí, Claudia se irá al terminar su labor, no se puede quedar aquí —me informa Eze y asiento.
Comienza a caminar y lo siguen por un pasillo que está detrás de las escaleras.
Me pongo de pie y subo al cuarto. Voy al baño y me doy una ducha. Según mi esposo, nuestros amigos y familia vendrán hoy a darnos la bienvenida y debo estar presentable. Al salir, me pongo un vestido de maternidad rosado, unas baletas blancas, una cadena que me regaló mi hermana y me maquillo un poco. Ezequiel entra y al verme silva, yo me rio.
—Pero que hermosa está mi esposa, mira nada más que belleza —me halaga.
Me ruborizo y él se ríe.
—Ezequiel no seas payaso, ya sé por dónde va tu risita irritante. Hoy no estoy de humor —vuelve a reír y me besa.
—Mi esposo es hermoso y todo, pero... Yo fui quién sufrió para darle vida y me hace esa mala jugada al parecerse a su papá. No me parece justo —me rio y ella sonríe divertida.
Miro a mi sobrino y me imagino cargando a mis bebés. Ya quiero ver sus caritas, saber si se parecerán a su papá o a mí. Damián comienza a llorar.
—Ya lo asustaste con esa cara espantosa tuya —dice Isaac, quién se acaba de integrar a la conversación.
—Pues fíjate que no, él estaba bastante tranquilo. En todo caso fue tu cara la que lo asustó —le entrego el bebé a mi hermana y ella se sienta para darle de comer.
—Boom, turn down for what —dice Marina y junto con Nora y Felipe hacen un bailecito. —Así se habla chica —dice Nora y mi hermano rueda los ojos divertido.
—Ya maduren, chicas —habla Dominick quitando cabello imaginario de su rostro y todos estallamos en carcajadas.
Verdaderamente me saqué la lotería con esta gran familia.
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