Ni tan Señora (COMPLETO) romance Capítulo 13

Mientras que en la habitación se desataba una batalla con una pareja bastante dispareja. Jean tiro a Zoé en la cama saltando encima de ella. Llevo ambas manos por encima de su cabeza y con las piernas la sometía a su antojo.

—Te enseñaré buenos modales. Sonríe en forma de juego.

Pero aquellas palabras atravesaron el corazón a Zoé… le recordó cuando Charlie intento abusar de ella y nuevamente ese sudor frío volvió a recorrerle todo el cuerpo… ¿Jean pensaba hacerle lo mismo? Se preguntó ella asustada.

Sin poder evitarlo sus ojos se aguaron, mientras una lágrima se deslizaba por su rostro acunándose en la oreja. Ya no estaba enojaba, ahora tenía miedo… miedo de que la lastimaran. No lo había superado, pensó que sí. Pero solo se estaba engañando a sí misma.

Jean pillo que Zoé lloraba e inmediatamente la soltó. La chica solo se hizo un ovillo en la cama cerrando los ojos y cubriendo la cara con ambas manos. El gimoteo que salía de su garganta lo hizo sentir mal, no creyó que por un juego ella se pondría así.

Ahora se sentía como un perro…

—Zoe… yo…

—Vete… solo quiero que te vayas. Le dijo entre lágrimas.

Éste se bajó de la cama, pasó una mano por su cabello… no sabía qué hacer, ninguna mujer se le había puesto así (en su vida)

Jean abandonó la habitación encontrándose con que su hermano iba de salida con la morena. Pero al darse cuenta de su presencia Maya se detuvo.

—¿Qué pasó? Pregunto ella frunciendo el ceño.

—No…No lo sé. Responde tartamudeando.

La chica corrió hasta la habitación encerrándose en ella. Mientras los hermanos se miran a la cara.

—¿Qué has hecho?

—Te juro que nada. Ella solo, comenzó a llorar.

—¿Porque?

—No lo sé… se acerca a su hermano. —Adrien, creo que… yo creo que alguien abuso de ella.

—¡¿Qué dices?! Éste mira hacia la puerta.

—Es lo que creo hermano. Responde con tristeza.

—Mejor vayámonos… creo que nos hemos pasado ya un estas chicas.

—Si.

Adrien saca a Jean de la casa… dejando a las amigas solas en la habitación.

[...]

Esa noche era especial para el club… las chicas se alistaban apresuradamente. Todas usaban el mismo modelo de traje. Todas menos una, Zoé. Quien presentaría un acto especial para una manada de hombres.

—¿De verdad tengo que usar esto? Pregunta la castaña a su compañera.

—Claro que sí, es una despedida de soltero. Debes hacerlo.

—¡Es demasiado! Exclamó Zoé viéndose en el espejo.

—Yo lo veo de lo más normal.

—¡Es un maldito vestido de novia! ¿Cómo puede ser normal?

—Pero lo que importa es lo llevas debajo. La rubia le sonríe. —A ellos no les importará ese vestido de novia, créeme querida.

Zoé suspira, maldijo para sus adentros y a su maldito jefe… no le pudo dar el baile especial a otra, sino que la escogió a ella para usar el maldito vestido de novia. Parecía una verdadera novia pensó al ver su reflejo en el espejo.

—Mira, solo debes jalarlo por aquí y te lo sacas completo. Le estaba explicando la chica vestida con encaje blanco. Todas eran novias pero con ropa de lencería.

—Si ya entendí.

Ajustaba bien los cierres mágicos, y termina por darse el último vistazo.

—¡Por dios! Amigaaaa… pareces una novia real. Maya entraba en los vestíbulos con un escándalo no más de verla.

—¡Claro! Una novia stripper. Responde con ironía.

—Pero novia al fin.

Maya siempre tenía algo que decirle, y a todo le veía el lado chistoso. Recordó como la ayudo esa mañana después de que Jean se había ido. Se sentía tan mal, que solo se había hecho un ovillo en la cama.

Las palabras del francés le había afectado tanto, y Maya solo la consoló. Hasta hacerla entender que algún día tendría a un buen hombre a su lado con quién tendría que compartir su vida y cuerpo. Y tenía razón, debía dejar los traumas atrás.

Si no lo conseguía, jamás sería feliz con un hombre… quizás el francés solo estaba jugando con ella, y a causa de su trauma mal interpretó todo. Había pensado.

Luego analizo la situación, y se imaginó que él debía de estar pensando que ella era una tonta.

—¡A trabajar! Le dice la morena azotando su culo.

Los hermanos se sientan la mesa visualizando a todas las chicas vestidas de novias.

—¡Esto sí que está de locos! Novias por todos lados. ¿No te dan ganas de casarte?

—Ni en sueños.

—¡Oh vamos! Algún día tendrás que hacerlo. O papá nos obligará.

—No seguiré el juego del viejo.

—Quizás, lo que debas es hacer algo con lo que él te deje en paz.

—¿Algo como qué?

Pero antes de que su hermano le respondiera, las luces del escenario se encendieron indicando que el show iba a dar comienzo.

Jean llevo la mirada hacia el lugar donde muchos hombres se arremolinaron, gritando y apapuchando porque saliera la stripper. A Jean la situación comenzó por no gustarle. De pronto la ve salir y su corazón dio un brinco.

Zoé salía vestida de novia, con un vestido muy sensual y atrevido. Éste amusgo los ojos al ver esas curvas que ya empezaba a conocer de memoria. Ella emprendió con un baile erótico, al ritmo de la música lenta. Deslizaba su cuerpo por aquel tuvo metálico mientras el público la observaba.

Jean no le quitaba los ojos de encima, hasta que su amiga subió al escenario dejando una silla en medio. Segundos después, un tío con traje de pingüino subía al escenario sentándose en la mesa.

Eso no había pasado ninguna de las veces que él había ido a ese bar. Éste frunció el ceño al notar las intenciones de Zoé. Ella camino de manera seductora hacia él, rodeando la silla mientras que con las yemas de los dedos rosaba el traje del que al parecer era el (novio)

La castaña sonreía, una sonrisa que no le había dedicado a él ni una sola noche. Que si estaba cabreado, desde luego que sí. De pronto el sujeto la tomo por la cadera sentándola a juro en su regazo. De inmediato el francés se pone en pie.

—¡Cálmate Jean! Es su trabajo. Le advierte Adrien.

Jean volvió a sentarse pero sin apartar la vista de ella y menos en ese tipo que sonreía como idiota. En esos momentos al rubio le provocó romperle todos los dientes.

Entonces Zoé, se volvió a poner en pie y mientras le daba la espalda al público de un solo jalón arrancó el vestido de novia. La chica había quedado en lencería blanca, y con ese ligero en su pierna haría que cualquier hombre se arrodillara para quitárselo con los dientes.

Y al parecer sus peores pesadillas se iban a cumplir, cuando la bola de idiotas que casi se subían a la tarima solo para tocarla exigía que el imbécil del novio le quitará el ligero a la stripper. Justo en ese momento Jean comprendió que no deseaba que lo hiciera. Y que su auto control se iría a la porra.

Zoé ignorando la presencia de Jean, y bajo las quejas de sus propios pensamientos… levantó la pierna para dejarla sobre la rodilla del novio. Éste hizo amago de bajar la liga con la boca, pero la castaña se lo impidió. Así que no le quedó de otra que hacerlo con los dedos.

Pronto éste ligero fue a parar al público, y todos aplaudieron cuando Zoé comenzó a bailar erótica mente ante el futuro novio. Éste intentaba tocarla, pero ella no se dejaba. Si no se dejaba con los demás idiotas, menos lo haría con un hombre a punto de casarse.

Cuando al fin su show estaba terminado ella se sintió feliz, que se subiera un cliente al escenario era nuevo para ella… como todas las noches, se despidió y el cliente volvió a su puesto recibiendo abrazos de sus amigos.

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